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legis cum maximo novæ misterio, hoc est, cum corpore Christi conjuncta...

Sed quorsum, dicet aliquis, aut qua operis necessitate, vel pretio ista corporis, et umbræ, figuræque, et figurati conjunctio? Certè ut ex ea reciproca repræsentatione latentia in antiquis umbris, figuræque mysteriis mysteria tandem aliquando patefiant, ac penitus innotescant, et tota supremi artificis idea cum magna ejus laude perspiciatur. Enim vero cum infinita propemodum sit legalium ceræmoniarum varietas, et multitudo, et omnia ad significanda novæ legis mysteria instituta, ipsaque significatio præcipuè à Deo intenta; profeto minus rectè de divino consilio, providentiaque sentiret, qui numquam ea plene revelanda existimaret. Quid enim alienum magis à mente, non dico divina, sed quavis alia rationis participe, quàm legem integram ad significandum instituere, cujus tamen significata perpetuò ignoranda sunt? Scio, multa de eadem significatione, tum ab antiquis Patribus, tum ab aliis interpretibus vel sparsim, vel plenis commentariis scripta esse, et exactissimè omnium ab eruditissimo Rivera; sed quanta in iis difficilia, quanta obscura, quanta parùm cohærentia, ac sæpe repugnantia, et quod magis est, omnia incerta, et dubia, tanquam ab humana conjectura excogitata et prout unusquisque in suo sensu abundat, ubique discordantia? P. Vieg. lib. ii, Clav. Proph. volum. iv, c. 11.

CAPITULO X.

EL RESIDUO DE LAS GENTES.

PARRAFO I.

259. ENTRE las grandes dificultades, y embarazos que halla casi á cada paso el sistema vulgar, uno de ellos es la resolucion de cierto problema, en que las Escrituras se ven opuestas entre sí, pues hablando de un mismo suceso, unas afirman, otras niegan: unas aseguran con toda claridad y formalidad posible, que la cosa sucederá infaliblemente : otras aseguran con la misma formalidad todo lo contrario. No hay duda que esta oposicion y enemistad de unas Escrituras con otras, solo puede ser aparente; pues el Espíritu Santo no puede oponerse, ni negarse á sí mismo. Mas esta apariencia, ¿cómo la podemos conocer en el sistema vulgar? Ardua cosa me pides*. Esplícome.

260. Muchas, y aun muchísimas Escrituras nos aseguran en términos formales, claros, é individuales (como pudiera pedir la mas rígida, y escrupulosa delicadeza) que ha de llegar finalmente cierto dia, ó siglo, ó tiempo (tres palabras de que usan promiscuamente los escritores sagrados, como que significan una misma cosa) en que toda nuestra tierra, todos sus fines ó términos, por cualquiera rumbo que se mire; todos sus habitadores, todas sus tribus, cognaciones, familias, parentelas, y aun todos sus individuos, sean benditos en Cristo; todos crean y esperen en él; todos lo conozcan, lo adoren, lo bendigan, lo amen: por consiguiente todos sean cristianos, y buenos cristianos, unidos en una misma fe, animados del mismo espíritu, y como una sola grey, simple, é inocente bajo el gobierno y

* Rem difficilem postulasti. Cicero.

direccion de un solo pastor, &c. Ved aquí como en un punto de vista algunas de estas Escrituras.

261. La primera que se presenta á nuestra consideracion como la mas antigua de todas, es la promesa que hizo Dios, y que repitió y confirmó varias veces á su fidelísimo amigo el justo Abrahan: EN Tí serán benditos todos los linages de la tierra*. Y en cap. xviii, ver. 18: debiendo (dice) ser BENDITAS en él todas las naciones de la tierrat. Y en el cap. xxii, ver. 18: en tu simiente SERÁN BENDITAS todas las naciones de la tierra. Tenémos, pues, aquí en buenas palabras, todas las cognaciones, ó familias de la tierra benditas, ó bendicendas en algun tiempo, en la simiente de Abrahán: esto es, en Cristo, como esplica S. Pablo §.

262. Diréis aquí, y decis con suma verdad, que todas estas promesas, hechas al Padre de todos los creyentes, se están verificando 18 siglos ha en las muchas gentes, naciones y cognaciones de la tierra, que han creido y obedecido al evangelio; á lo cual yo os respondo, que tenéis razon: añadiendo no obstante una palabra que no podéis negar: es á saber, que todo cuanto se ha hecho en 18 siglos, es todavia poquísimo, confrontado con las promesas de Dios vivo, santo, y fidelísimo en todas sus palabras: por consiguiente, falta todavia mucho que hacer, para que estas promesas lleguen á su entera y perfecta plenitud. Si acaso estas antiquísimas promesas no os parecen tan grandes, ni tan claras, ni tan universales, ni tan decisivas, pasémos un poco mas adelante.

263. En el salmo xxi, que todo es de Cristo evidentemente, en que él mismo habla en espíritu, y segun parece habla desde la cruz, pues habla de sus angustias, de su de

18.

* IN TE benedicentur universæ cognationes terræ. - Gen. xii, 3. + BENEDICENDE sint in illo omnes nationes terræ. Gen. xviii,

BENEDICENTUR in semine tuo omnes gentes terræ.

§ Ad Galat. iii, 16.

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samparo, de su desnudez, de sus llagas de pies y manos, &c., dice él mismo estas palabras como una consecuencia necesaria en algun tiempo de su muerte y pasion: Se acordarán, y se convertirán al Señor todos los términos de la tierra: Y adorarán en su presencia todas las familias de las gentes. Por cuanto del Señor es el reino: y él mismo se enseñoreará de las gentes *.

264. En el salmo lxxi se dice de Cristo: dominará de mar á mar, y desde el rio hasta los términos de la redondez de la tierra. Delante de él se postrarán los de Etiópia, y sus enemigos lamerán la tierra. Los reyes de Tarsis, y las islas le ofrecerán dones: los reyes de Arabia, y de Sabá le traerán presentes: Y le adorarán todos los reyes de la tierra: todas las naciones le servirán... todo el dia le bendecirán... Y serán benditas en él todas las tribus de la tierra: todas las gentes le engrandecerán... y será muy llena de su magestad toda la tierra: así sea, así seat. En el salmo lxxxv, se dice: Todas las gentes, cuantas hiciste, vendrán, y te adararán, Señor, y glorificáran tu nombre.

del

265. En Isaías cap. xi, ver. 9, se dice: porque la tierra está llena de la ciencia del Señor, así como las aguas mar, que la cubren §. Y en el cap. lxvi, ver. 23: ven

* Reminiscentur, et convertentur ad Dominum universi fines terræ. Et adorabunt in conspectu ejus universæ familiæ gentium. Quoniam Domini est regnum: et ipse dominabitur gentium. — Ps. xxi, 28, et 29.

+ Dominabitur à mari usque ad mare; et à flumine usque ad terminos orbis terrarum. Coram illo procident Ethiopes: et inimici ejus terram lingent. Reges Tharsis, et insulæ munera offerent: reges Arabum, et Saba dona adducent: Et adorabunt eum omnes reges terræ: omnes gentes servient ei:... totâ die benedicent ei... Et benedicentur in ipso omnes tribus terræ: omnes gentes magnificabunt eum... et replebitur majestate ejus omnis terra: fiat, fiat. Ps. lxxi, 8, 9, 10, 11, 15, 17 et 19.

Omnes gentes quascumque fecisti, venient, et adorabunt coram te, Domine et glorificabunt nomen tuum. - Ps. lxxxv, 9.

§ Quia repleta est terra scientiâ Domini, sicut aquæ maris operientes. Isai. xi, 9.

drá toda carne para adorar ante mi rostro, dice el Senor*.

266. En Daniel cap. vii, ver. 14, se dice: diòle la potestad, y la honra, y el reino: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él... y todos los reyes le servirán y obedeceránt.

267. En Zacarías cap. xiv, ver. 9, se dice: Y el Señor será el Rey sobre toda la tierra: en aquel dia uno solo será el Señor, y uno solo será su nombre ‡. Por abreviar: en el cántico admirable Magnificat profetiza la santísima Virgen entre otras cosas esta: me dirán bienaventurada todas las generaciones §. Todo lo que concuerda perfectamente con lo que observámos en el fenómeno i: la piedra que habia herido la estatua, se hizo un grande monte, é henchió toda la tierra.

268. En todos estos lugares de la Escritura santa y en otros semejantes que pudiéramos citar, se debe observar, lo primero: la generalidad, ó universalidad con qué hablan de todo nuestro orbe, de todos sus fines ó términos, de todas las gentes, de todas las naciones, tribus ó pueblos, de todas las cognaciones ó familias, sin escepcion alguna.

269. Esta misma observacion hace S. Pablo, sobre la palabra todas, del salmo viii, diciendo: En esto mismo de haber sometido á él todas las cosas, ninguna dejó que no fuese sometida á él¶. Lo cual como añade el mismo Apostol, no habia sucedido hasta su tiempo y nosotros

* Veniet omnis caro, ut adoret coram facie mea, dicit Dominus.Isaí. lxvi, 23.

+ Et dedit ei potestatem, et honorem, et regnum : et omnes populi, tribus, et linguæ ipsi servient :... et omnes reges servient ei, et obedient. Dan. vii, 14 et 27.

terram: in die illa erit DoZach. xiv, 9.

Et erit Dominus Rex super omnem minus unus, et erit nomen ejus unum.§ Beatam me dicent omnes generationes. Lapis autem qui percusserat statuam, factus est mons magnus,

et implevit universam terram. Dan. ii, 35.

Luc. i, 48.

In eo enim quòd omnia ei subjecit, nihil dimisit non subjectum

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