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16 Emendatum ergo illum dimittam.

17 Necesse autem habebat dimittere eis per diem festum, unum.

18 Exclamavit autem simul universa turba, dicens: Tolle hunc, et dimitte nobis Barabbam :

19 Qui erat propter seditionem quamdam factam in civitate et homicidium, missus in carcerem.

20 Iterum autem Pilatus locutus est ad eos, volens dimittere Jesum.

21 At illi succlamabant, dicentes: Crucifige, crucifige eum.

22 Ille autem tertiò dixit ad illos: ¿Quid enim mali fecit iste? nullam causam mortis invenio in eo: corripiam ergo illum, et dimittam.

23 At illi instabant vocibus magnis postulantes ut crucifigeretur: et invalescebant voces eorum.

24 Et Pilatus adjudicavit fieri petitionem eorum. 25 Dimisit autem illis eum, qui propter homicidium et seditionem missus fuerat in carcerem, quem petebant: Jesum verò tradidit voluntati eorum.

26 Et cùm ducerent eum, apprehenderunt Simonem quemdam Cyrinensem venientem de villa: et imposuerunt illi crucem portare post Jesum.

27 Sequebatur autem illum multa turba populi, et mulierum : quæ plangebant, et lamentabantur eum. 28 Conversus autem ad illas Jesus, dixit: Filiæ Jerusalem, nolite flere super me : sed super vos ipsas flete, et super filios vestros.

29 Quoniam ecce venient dies, in quibus dicent : Beatæ steriles, et ventres, qui non genuerunt, et ubera, quæ non lactaverunt.

30 Tunc incipient dicere montibus: Cadite super nos; et collibus: Operite nos.

31 Quia si in viridi ligno hæc faciunt, in arido quid fiet?

32 Ducebantur autem et alii duo nequam cum eo, ut interficerentur.

33 Et postquam venerunt in locum, qui vocatur Calvariæ, ibi crucifixerunt eum: et latrones, unum à dextris, et alterum à sinistris.

34 Jesus autem dicebat: Pater, dimitte illis : non enim sciunt quid faciunt. Dividentes verò vestimenta ejus, miserunt sortes.

35 Et stabat populus spectans, et deridebant eum principes cum eis, dicentes: Alios salvos fecit, se salvum faciat, si hic est Christus Dei electus.

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16 Y así le soltaré despues de hacerlo castigado 1. 17 Y debia soltarles uno en el dia de la fiesta 2.

18 Y todo el pueblo dió voces á una, Haz morir á este, y suéltanos á Barrabás :

diciendo:

19 Este habia sido puesto en la cárcel por cierta sedicion acaecida en la ciudad, y por un homicidio. 20 Y Pilato les habló de nuevo, queriendo soltar á Jesús.

21 Mas ellos volvian á dar voces, diciendo: Crucificale, crucificale.

22 Y él tercera vez les dijo: ¿Pues qué mal ha hecho este? Yo no hallo en él ninguna causa de muerte le castigaré pues, y lo soltare.

23 Mas ellos insistian pidiendo á grandes voces, que fuese crucificado: y crecian mas sus voces.

24 Y Pilato juzgó que se hiciera lo que ellos pedian. 25 Y les soltó al que por sedicion, y homicídio habia sido puesto en la cárcel, al cual habian pedido : y entregó á Jesús á la voluntad de ellos.

26 Y cuando lo llevaron 6, tomaron un hombre de Cyrene, llamado Simon, que venia de una granja 7: y le cargaron la cruz, para que la llevase en pos de Jesús.

27 Y le seguia una grande multitud de pueblo, y de mujeres las cuales lo plañían, y lloraban.

de

28 Mas Jesús, volviéndose hácia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalém, no lloreis sobre mí : antes llorad sobre vosotras mismas, y sobre vuestros hijos 10.

29 Porque vendrán dias ", en que dirán : Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no dieron de mamar.

30 Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros; y á los collados: Cubridnos. 31 Porque si en el árbol verde hacen esto, ¿en el seco, qué se hará 12?

32 Y llevaban tambien con él otros dos, que eran malhechores, para hacerlos morir.

33 Y cuando llegaron al lugar, que se llama de la Calavera 15, le crucificaron alli: y á los ladrones, uno á la derecha, y otro á la izquierda.

34 Mas Jesús decia: Padre, perdónalos: porque no saben lo que hacen ". Y dividiendo sus vestidos, echaron suertes.

15

35 Y el pueblo estaba mirando, y los príncipes juntamente con él, le denostaban, y decian: A otros hizo salvos, sálvese á sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios.

36 Le escarnecian tambien los soldados, acercándose á él, y presentándole vinagre 16,

37 Y diciendo: Si tú eres el rey de los Judíos, sálvate á tí mismo.

9 Estas palabras se estienden à todas las mujeres, que se hallaban en Jerusalém.

10 Ya hemos notado muchas veces, que las desgracias y dispersion de la nacion de los Judios fueron las que sacaron las lágrimas al Salvador.

11 Este tiempo es la ruina de Jerusalém, de la que ya hemos hablado en varios lugares.

12 Si la justicia de Dios permitió que los hombres tratasen así á su propio Hijo, porque puso sobre sí los pecados, que no eran suyos, ¿qué deben esperar esos mismos hombres, que siendo árboles secos, estériles é inútiles para el reino de los cielos, están destinados para el fuego eterno del infierno? 13 Véase la nota al Cap. xxvii, v. 33 de S. MATHEO. 14 No saben lo que hacen: porque no le reconocian por Hijo de Dios. Si le hubieran reconocido por tal, dice SAN PABLO, no hubieran crucificado al Señor y Rey de la gloria. 1 Corinth. 11, 8. Pero su orgullo los hizo culpables, poniéndoles un velo, para que no viesen la luz, que los alumbraba. Parece que el Señor dijo estos palabras en el mismo acto de crucificarle.

15 Los príncipes de los sacerdotes.

16 Esta era bebida, que usaban los soldados romanos. Para

a Matth. xxvII, 23. Marc. xv, 14.-b Matth. xxvu, 32. Marc. xv, 21.- Isai, 1, 19. Oseæ. x, 8. Apocalip. vi, 16.-d Matth. XXVII, 33. Marc. xv, 22, Joan. xix, 17.

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38 Y habia tambien sobre él un título escrito en letras griegas, latinas ', y hebraicas 2: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.

39 Y uno de aquellos ladrones, que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate á tí mismo, y á nosotros.

40 Mas el otro respondiendo, le reprendió, diciendo: Ni aun tú temes á Dios, estando en el mismo suplicio .

41 Y nosotros en verdad por nuestra culpa, porque recibimos lo que merecen nuestras obras: mas este ningun mal ha hecho.

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42 Et dicebat ad Jesum : Domine, memento mei, cùm veneris in regnum tuum.

43 Et dixit illi Jesus: Amen dico tibi: Hodie mecum eris in paradiso.

conciliar los evangelistas, nótese que los Judíos, segun su costumbre, le dieron vino mezclado con mirra, antes de ser crucificado, y los soldados vinagre puro, despues de estar en la cruz. Como era esta su bebida, pudieron dársela, luego que le oyeron proferir que padecia sed. 1 ρωμαικαις, romanas.

2 MS. Ladinas é Ebraygas.

3 SAN MATHEO Y S. MARCOS dicen: que los ladrones, que estaban crucificados con Jesucristo, le escarnecian, etc. Y así pudo suceder, como observa S. AMBROSIO, que al principio lo hiciesen así, como todos los otros; pero el uno de ellos, penetrado despues de un poderoso y eficaz auxilio de la gracia, se convirtió, reconoció al Señor, dió testimonio de su inocencia, le pidió perdon y mereció oir una sentencia, tan favorable.

Es lo mismo que si le dijera: ¿Cómo puedes tú imitar la inhumanidad de este pueblo, insultando sin ningun temor de Dios á este justo é inocente, tú, que sufres actualmente el mismo suplicio que él? Mas con esta grande diferencia, que nosotros padecemos lo que es debido á nuestros de

TUBAU

42 Y decia á Jesús: Señor, acuérdate de mí, cuando vinieres á tu reino.

43 Y Jesús le dijo: En verdad te digo: Que hoy serás conmigo en el paraiso ".

litos; mas este, á quien insultas de este modo, es inocente, no es reo de culpa alguna.

5 Jesús estuvo en la cruz, como Joseph en la cárcel entre dos malhechores. Allí el uno es puesto en libertad, y el otro en un patibulo: aquí el uno se salva y el otro perece. Grande fue la fe de este venturoso ladron, y grande la eficacia de la gracia, con que el Señor le movió á que le reconociese y confesase por su Dios y Señor. Desde el momento mismo en que espiró el Hijo de Dios, todos los justos y santos de los siglos pasados estuvieron en su compañía, y gozando de su presencia se hallaron en el paraiso, esto es. en el limbo de los padres, en medio de unas delicias, que el espíritu del hombre no puede comprender, mientras permanece cercado de esta mortalidad. Porque en el cielo no entraron, ni pudieron entrar, hasta que el dia de la ascension fue elevada su sagrada humanidad, y les abrió las puertas. Jesucristo se sirve de las espresiones de los Judios, que llamaban paraiso, la mansion de las almas bienaventuradas, porque el paraiso terrestre lo habia sido de nuestros primeros padres, mientras perseveraron en la inocencia. A este modo

44 Yera ya casi la hora de sesta, y toda la tierra se cubrió de tinieblas hasta la hora de nona.

44 Erat autem ferè hora sexta, et tenebræ factæ sunt in universam terram usque in horam nonam. 45 Et obscuratus est sol: et velum templi scissum est medium.

46 Et clamans voce magnâ Jesus ait: Pater, in manus tuas commendo spiritum meum. Et hæc dicens, expiravit.

47 Videns autem centurio quod factum fuerat, glorificavit Deum, dicens: Verè hic homo justus erat.

48 Et omnis turba eorum, qui simul aderant ad spectaculum istud, et videbant quæ fiebant, percutientes pectora sua revertebantur.

49 Stabant autem omnes noti ejus à longe, et mulieres, quæ secuta eum erant à Galilæa, hæc viden

tes.

50 Et becce vir nomine Joseph, qui erat decurio, vir bonus, et justus:

51 Hic non consenserat consilio, et actibus eorum, ab Arimathæa civitate Judææ, qui expectabat et ipse regum Dei.

52 Hic accessit ad Pilatum, et petit corpus Jesu: 53 Et depositum involvit sindone, et posuit eum in monumento exciso, in quo nondum quisquam positus fuerat.

54 Et dies erat Parasceves, et sabbatum illucescebat.

55 Subsecutæ autem mulieres, quæ cum eo venerant de Galilæa, viderunt monumentum, et quemadmodum positum erat corpus ejus.

56 Et revertentes paraverunt aromata, et unguenta: et sabbato quidem siluerunt secundùm mandatum.

45 Y se oscureció el sol y el velo del templo se rasgó por medio.

46 Y Jesús, dando una grande voz dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espiritu. Y diciendo esto, espiró.

47 Y cuando vió el centurion lo que habia acontecido, glorificó á Dios, diciendo: "Verdaderamente este hombre era justo.

48 Y todo el gentío, que asistia á este espectáculo, y veia lo que pasaba, se volvia dándose golpes en los pechos.

49 Y todos los conocidos de Jesús, y las mujeres, que le habian seguido de Galilea, estaban de lejos mirando estas cosas.

50 Y he aquí un varon llamado Joseph, el cual era senador, varon bueno y justo.

51 Que no habia consentido en el consejo, ni en los hechos de ellos, de Arimathea, ciudad de la Judea, el cual esperaba tambien el reino de Dios.

52 Este llegó á Pilato, y le pidió el cuerpo de Jesús: 53 Y habiéndole quitado, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro labrado en una peña, en el cual ninguno hasta entonces habia sido puesto 54 Y era el dia de Parásceve ", y ya rayaba el sábado 7. 55 Y viniendo tambien las mujeres que habian seguido á Jesús desde Galilea, vieron el sepulcro, y cómo fue depositado su cuerpo.

8

56 Y volviéndose, prepararon aromas y ungüentos: y reposaron el sábado conforme al mandamiento.

Capítulo XXIV.

9

Los ángeles hacen saber á las mujeres, que Jesucristo ha resucitado. Dan estas la nueva á los Apóstoles. Pedro corre al sepulcro, y queda admirado de no hallar el cuerpo del Señor. Aparece á los discípulos, que iban á Emmaús, les esplica las Escrituras, y le reconocen, cuando parte el pan. Vuelven á avisar á los otros. Aparece á todos juntos y les comunica la inteligencia de las Escrituras. Les promete el Espíritu Santo, y se sube al cielo.

1 Una autem sabbati valde diluculo venerunt ad monumentum, portantes, quæ paraverant, aromata:

2 Et invenerunt lapidem revolutum à monumento. 3 Et ingressæ non invenerunt corpus Domini Jesu.

4 Et factum est, dum mente consternatæ essent de isto, ecce duo viri steterunt secus illas in veste fulgenti.

5 Cùm timerent autem, et declinarent vultum in terram, dixerunt ad illas: ¿Quid quæritis viventem

cum mortuis?

1 Y el primer dia de la semana 10 fueron muy de mañana al sepulcro, llevando los aromas, que habian preparado 11:

2 Y hallaron la losa revuelta del sepulcro 12.

3 Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

4 Y aconteció, que estando consternadas por esto, he aquí dos varones 13, que se pararon junto á ellas con vestiduras resplandecientes.

5 Y como estuviesen medrosas, y bajasen el rostro á tierra, les dijeron: ¿Por qué buscais entre los muertos al que vive?

dieron tambien el nombre de Gehenna al lugar, en donde dia. Así que puede muy bien hacer alusion á esta costumbre. los malos eran atormentados.

4 MS. Era ya foscas hora de sexta.

2 Viendo el eclipse del sol contra las leyes naturales, el temblor de la tierra y todos los demás prodigios, con que la naturaleza mostraba su sentimiento y publicaba la inocencia del Señor, se volvian hiriéndose los pechos en señal de la pena que sentian de haber tenido parte en una injusticia tan grande. Y estos eran los de la plebe, que habian pedido la muerte del Salvador, instigados de los príncipes de los sacerdotes y de los ancianos. S. MATHEO XXVII, 20.

Véase la nota al Cap. xv, v. 4 de S. MARCOS. 4 De la cruz.

5 MS. O nunqua ioguiera otro ninguno. 6 Viernes.

7 MS. E el sábado alborecie. Este comenzaba á contarse desde puesto el sol del viernes. Algunos quieren que SAN LUCAS para denotar con mas determinacion, que aquel dia de Parasceves era viernes, añadió et sabbatum illucescebat, y ya rayaba el sábado. Y así empezar á lucir, no es amanecer, sino lucír, ó mas bien ir cesando los crepúsculos de la tarde, en que acababa el viernes y empezaba el sábado. Bien sabida es la costumbre de los Judios de encender luces en sus casas, cuando iba á entrar el sábado en honor de este

Otros que toman el illucescebat por el amanecer del sábado, suponen que aquella piadosa compañía ocupó la tarde, y mucha parte de aquella noche en el descendimiento y entierro del cuerpo del Señor, y en la preparacion de aromas; porque el ejercicio de estas santas obras en nada se oponia á la observancia del sábado.

80 tambien : yendo en pos de Joseph.

9 Porque en este dia prohibia la ley toda ocupacion y trabajo. Exodo xx, 10. Pudieron preparar todo esto el mismo viernes, y antes de entrar el sábado, luego que vieron las disposiciones para quitar al Señor de la cruz y para darle sepultura.

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10 Esto es, el domingo. S. MATHEO XXVIII, 1. S. MARCOS

XVI, 2.

11 El Griego: xai tɩreç oùr avtaïç, y algunas otras mujeres con ellas.

12 MS. La labde tirada del monumento.

13 Dos varones, duo viri, esto es, dos ángeles en figura de hombres. Estos que estaban dentro del sepulcro, son diferentes del que estaba á la puerta, despues de haber quitado la piedra que lo cerraba. S. MATHEO XXVIII, 2. SAN MARCOS XVI,

a Psalm, xxx, 6.b Matth. xxvii, 57. Marc. xv, 45. Joan. xix, 38.

5.

Matth. xxvII, 1. Marc. xvi, 2. Joan. xx, 1:

6 Non est hic, sed surrexit: recordamini qualiter locutus est vobis, cùm adhuc in Galilæa esset,

7 Dicens : Quia oportet Filium hominis tradi in manus hominum peccatorum, et crucifigi, et die tertiâ resurgere.

8 Et recordatæ sunt verborum ejus.

9 Et regressæ à monumento nuntiaverunt hæc omnia illis undecim, et ceteris omnibus.

10 Erant autem Maria Magdalene, et Joanna, et Maria Jacobi, et ceteræ, quæ cum eis erant, quæ dicebant ad apostolos hæc.

11 Et visa sunt ante illos, sicut deliramentum verba ista et non crediderunt illis.

12 Petrus autem surgens cucurrit ad monumentum et procumbens vidit linteamina sola posita, et abiit secum mirans quod factum fuerat.

13 Et ecce duo ex illis ibant ipsâ die in castellum quod erat in spatio stadiorum sexaginta ab Jerusalem nomine Emmaus.

14 Et ipsi loquebantur ad invicem de his omnibus, quæ acciderant.

15 Et factum est, dum fabularentur, et secum quærerent: et ipse Jesus appropinquans ibat cum illis:

16 Oculi autem illorum tenebantur, ne eum agnoscerent.

17 Et ait ad illos: ¿Qui sunt hi sermones, quos confertis ad invicem ambulantes, et estis tristes?

18 Et respondens unus, cui nomen Cleophas, dixit ei Tu solus peregrinus es in Jerusalem, et non cognovisti quæ facta sunt in illa his diebus?

19 Quibus ille dixit: ¿Quæ? Et dixerunt: De Jesu Nazareno, qui fuit vir propheta, in opere, et sermone coram Deo, et omni populo.

20 Et quomodo eum tradiderunt summi sacerdotes, et principes nostri in damnationem mortis, et crucifixerunt eum :

21 Nos autem sperabamus quia ipse esset redempturus Israël et nunc super hæc omnia, tertia dies est hodie quod hæc facta sunt.

22 Sed et mulieres quædam ex nostris terruerunt nos, quæ ante lucem fuerunt ad monumentum,

23 Et non invento corpore ejus, venerunt, dicen

6 No está aqui, mas ha resucitado: acordaos de lo que os habló, estando aun en Galilea,

7 Diciendo: Es menester, que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercero dia.

8 Entonces se acordaron de las palabras de él. 9 Y salieron del sepulcro, y fueron á contar todo esto á los once, y á todos los demás 1.

10 Y las que refirieron á los apóstoles estas cosas eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Santiago, y las demás, que estaban con ellas.

11 Y ellos tuvieron por un desvario estas sus palabras y no las creyeron 3.

12 Mas levantándose Pedro, corrió al sepulcro: y bajándose, vió solo los lienzos que estaban alli echados, y se fué admirando entre sí lo que habia sucedido.

13 Y dos de ellos aquel mismo dia 5 iban á una aldea llamada Emmaús, que distaba de Jerusalém sesenta estadios 7.

14 Y ellos iban conversando entre sí de todas estas cosas, que habian acaecido.

15 Y como fuesen hablando y conferenciando el uno con el otrò se llegó á ellos el mismo Jesús, y caminaba en su compañía :

16 Mas los ojos de ellos estaban detenidos, para que no le conociesen.

17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son esas, que tratais entre vosotros caminando, y por qué estais tristes?

18 Y respondiendo uno de ellos, llamado Cleophas, le dijo: ¿Tú solo eres forastero en Jerusalém, y no sabes lo que allí ha pasado estos dias?

19 El les dijo: ¿Qué cosa? Y respondieron : De Jesús Nazareno, que fue un varon profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo 10:

20 Y cómo le entregaron los sumos sacerdotes y nuestros príncipes á condenacion de muerte, y le crucificaron :

21 Mas nosotros esperábamos, que él era el que habia de redimir á Israel: y ahora sobre todo esto hoy es el tercer dia ", que han acontecido estas cosas.

22 Aunque tambien unas mujeres de las nuestras nos han espantando, las cuales antes de amanecer, fueron al sepulcro

23 Y no habiendo hallado su cuerpo,

volvieron di

↑ A los demás que habian recibido la doctrina de Jesús, métricos; y sesenta estadios equivalen á siete millas y media y ellas sabian que eran sus discípulos.

2 MS. E ellos tenienlo por antoianza.

3 La muerte del Señor y todas las demás aflicciones, que habian acompañado esta muerte, hicieron tal impresion en el espíritu de los apóstoles, que parecieron mas incrédulos que las mismas mujeres. Mas como este grande misterio debia ser el principal fundamento de la Religion Cristiana, esta misma incredulidad pasajera de los apóstoles contribuyó mucho mas, á que quedase establecido y sentado con pruebas mas evidentes é infalibles este misterio.

• Porque ni él, ni S. Juan, que le acompañó, tenian aun sobre este misterio la inteligencia que la fe sola podia darles. JOANN. XX, 9. El Señor les habia hablado de él frecuente mente, y á S. Pedro le dió una fuerte reprension, porque movido de un sentimiento humano, le habia querido apartar del pensamiento de padecer la muerte, de que hablaba. SAN MATHEO XVI, 23. Este ejemplo nos debe convencer, que el ánimo y entendimiento del hombre no puede entrar en las verdades del Evangelio, si el Señor no le da el don de su inteligencia, como se lee al fin de este capítulo.

Este mismo domingo en que resucitó Jesucristo. Esta aldea ó castillo se llamó despues Nicópolis. SAN GERONIMO. Algunos quieren que este castillo sea diferente de la ciudad del mismo nombre, que despues fue llamada Nicópolis, y que distaba de Jerusalém ciento y setenta y seis estadios, ó veinte y dos millas romanas.

7 Un estadio constaba de ciento veinte y cinco pasos geo

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romanas, y como á dos leguas nuestras.

8 Esto es, Jesús suspendia la impresion que su cuerpo hubiera debido hacer naturalmente sobre sus ojos, y que hubiera hecho, que le reconociesen en el momento. SAN MARCOS XVI, 12.

9 No consta del nombre del otro. ORIGENES le llama Simon ó Simeon. S. EPIPHANIO afirma, que era Nathanael, y San Ambrosio le nombra Amaon. Otros quieren que fuese Santiago, hijo de Cleophas, fundados en lo que dice S. PABLO, Corinth. xv, 7, y en un lugar del Evangelio segun los Hebreos, alegado por S. GERÓNIMO, in Catal. Cap. 11, en donde se leia, que Jesucristo había aparecido á Santiago, que tenia por sobrenombre el Justo, que le reconoció en la fraccion del pan. Y esto parece mas probable. Fuera de que el hecho mismo de responder Cleophas, da á entender que era el mayor y de mayor respeto, y bajo del fundamento dicho, padre del que le acompañaba en el viaje.

10 Hablan del Señor con mucho elogio; pero no dicen que le tenian por el Mesías que esperaban : aunque dan á entender que estaban con muchísima espectacion.

11 Estos discípulos eran aun carnales, y no esperaban de Jesucristo, como Mesías, mas que sacudir por su medio el yugo de la dominacion romana y el establecimiento de un reino temporal. Y viendo que habian pasado tres dias despues de su muerte, creian que no les quedaba ya mas que esperar. A esto mira la reprension que les hace despues el Salvador.

a Matth. xvi, 21. et xvii, 21. Marc. v, 31. et ix, 30. Supr. ix, 22.-b Marc. xvi, 12.

tes se etiam visionem angelorum vidisse, qui dicunt eum vivere.

24 Et abierunt quidam ex nostris ad monumentum: et ita invenerunt sicut mulieres dixerunt, ipsum verò non invenerunt.

25 Et ipse dixit ad eos: ¡0 stulti, et tardi corde ad credendum in omnibus, quæ locuti sunt prophetæ ! 26 Nonne hæc oportuit pati Christum, et ita intrare in gloriam suam?

27 Et incipiens à Moyse, et omnibus prophetis, interpretabatur illis in omnibus Scripturis, quæ de ipso erant.

28 Et appropinquaverunt castello quò ibant, et ipse se finxit longiùs ire.

29 Et coëgerunt illum, dicentes: Mane nobiscum, quoniam advesperascit, et inclinata est jam dies. Et intravit cum illis.

30 Et factum est, dum recumberet cum eis, accepit panem, et benedixit, ac fregit, et porrigebat illis.

31 Et aperti sunt oculi eorum, et cognoverunt eum: et ipse evanuit ex oculis eorum.

32 Et dixerunt ad invicem: ¿Nonne cor nostrum ardens erat in nobis, dum loqueretur in via, et aperiret nobis Scripturas?

33 Et surgentes eâdem horâ regressi sunt in Jerusalem et invenerunt congregatos undecim, et eos, qui cum illis erant,

34 Dicentes: Quòd surrexit Dominus verè, et apparui Simoni.

35 Et ipsi narrabant quæ gesta erant in via: et quomodo cognoverunt eum in fractione panis.

a

36 Dum autem hæc loquuntur, stetit Jesus in medio eorum, et dicit eis: Pax vobis: Ego sum, nolite timere.

37 Conturbati verò, et conterriti, existimabant se spiritum videre.

38 Et dixit eis: ¿ Quid turbati estis, et cogitationes ascendunt in corda vestra?

39 Videte manus meas, et pedes, quia ego ipse sum: palpate, et videte: quia spiritus carnem, et ossa non habet, sicut me videtis habere.

40 Et cùm hoc dixisset, ostendit eis manus, et pedes.

41 Adhuc autem illis non credentibus, et mirantibus præ gaudio, dixit: ¿Habetis hîc aliquid, quod manducetur?

1 El Griego: ovx i8ov, no le vieron.

2 MS. E de corazon tardinero para creer.

3 Mostró hacer aquello que efectivamente hubiera hecho, sino le hubieran ínstado, y aun forzado á quedarse con ellos. Bien sabia que le obligarian á detenerse; pero quiso portarse en esta ocasion, como hombre, y darles lugar á que ejercitasen con él la hospitalidad, que tanto les habia encomendado, mientras vivió en su compañía.

Le instaron y obligaron á fuerza de ruegos.
El Griego: Tou μɛīrai, para quedarse.

6 El sentimiento de los Padres es, que les dió su sacratisimo cuerpo, recompensando asi la caridad que habian usado con él recibiéndole en su casa. El principal efecto que hizo este pan divino en estos dos discípulos, fue abrirles los ojos, para que le conociesen, y conociéndole dejasen todas sus dudas y la infidelidad de sus corazones.

7 El efecto esencial de la palabra de Dios es abrasar las almas, cuando no encuentran impedimento en ellas. Porque las palabras del Señor son como fuego. JEREMIAS XXIII, 29. Y DAVID nos las representa como dardos encendidos. Psalm. CXVIII, 140.

8 En S. MARCOS XVI, 13, se dice, que no dieron crédito, ni á la aseveracion de la Magdalena, ni á la de estos dos discipulos. Algunos lo creerian, principalmente de los apóstoles; pero la mayor parte no lo creerian, pues como se dice en el v. 41, aun apareciéndoseles en esta ocasion y tenién

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| ciendo que habian visto allí vision de ángeles, los cuales dicen que él vive.

24 Y algunos de los nuestros fueron al sepulcro y lo hallaron, así como las mujeres lo habian referido, mas á él no lo hallaron 1.

25 Y Jesús les dijo: ¡Oh necios y tardos de corazon, para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿Pues qué no fue menester, que el Cristo padeciese estas cosas, y que así entrase en su gloria?

27 Y comenzándo desde Moysés, y de todos los profetas, se lo declaraba en todas las Escrituras, que hablan de él.

28 Y se acercaron al castillo, á donde iban: y él dió muestras de ir mas lejos.

29 Mas lo detuvieron por fuerza, diciendo : Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y está ya inclinado el dia. Y entró con ellos.

30 Y estando sentado con ellos á la mesa, tomó el pan, lo bendijo, y habiéndolo partido, se lo daba ".

31 Y fueron abiertos los ojos de ellos, y lo conocieron y él entonces se desapareció de su vista.

32 Y dijeron uno á otro: ¿Por ventura no ardia nuestro corazon dentro de nosotros, cuando en el camino nos hablaba, y nos esplicaba las Escrituras??

33 Y levantándose en la misma hora, volvieron á Jerusalém y hallaron congregados á los once, y á los que estaban con ellos,

34 Que decian: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido á Simon.

35 Y ellos contaban lo que que les habia acontecido en el camino y cómo le habian conocido al partir el pan

36 Y estando hablando estas cosas, se puso Jesús en medio de ellos, y les dijo: Paz á vosotros 10: Yo soy, no temais.

37 Mas ellos turbados y espantados, pensaban que veian algun espíritu ".

38 Y les dijo: ¿Por qué estais turbados, y suben pensamientos á vuestros corazones?

39 Ved mis manos y mis piés, que yo mismo soy: palpad y ved: que el espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

40 Y dicho esto, les mostró las manos y los piés 12.

41 Mas como aun no lo acabasen de creer, y estuviesen maravillados de gozo, les dijo: ¿Teneis aquí algo de comer 13 ?

dole presente y viéndole por sus ojos, por la maravilla, sorpresa y gozo no acababan de creerlo.

9 Improvisamente y cuando por temor de los Judíos tenían las puertas cerradas.

10 Este era el modo ordinario con que los saludaba, pues él mismo era el autor de la verdadera paz.

41 Porque como estaban cerradas las puertas, y no le habian visto entrar, creyendo que esto fuese imposible á un cuerpo, le tuvieron por un espiritu; y aun algunos antiguos afirman que se imaginaban alguna vision, como la de Samuél.

12 Para calmar su turbacion y temor les mandó que se acercasen á él, les mostró sus piés y sus manos: y para convencerlos de la verdad que les decia, hizo que le tocasen. El Señor por su resurreccion dió á su cuerpo una nueva calidad, y esta misma se verá en nuestros cuerpos, cuando resucitemos, por lo que será puesto en tierra como un cuerpo todo animal, resucitará como un cuerpo todo espiritual, I Corinth. xv, 44, mudando no de sustancia, sino de estado y condicion por la gloria que adquirirá.

13 Para convencerlos aun mas, les pidió algo que comer. El esceso de la alegría los tenia tan trastornados y tan fuera de sí, que no creian lo mismo que tocaban y veian, y desconfiando de sus propios sentidos, se persuadian que estaban soñando.

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