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mente despues de la vuelta de Babilonia. ¿Quién creyera que en una cosa tan clara no habia de faltar algun efugio? Mas este efugio, si se mira de cerca, se halla muy semejante á una perspectiva. La apariencia se desvanece al punto, si se da algun lugar á la reflexion. Primeramente. ¿Con qué fundamento se asegura en tono decisivo que la iniquidad y pecado de que habla este Profeta es solamente la idolatría? Cierto que con ninguno. Estas palabras, iniquidad y pecado, no solamente en la Escritura divina, sino en todas las naciones y en todas las lenguas, son y han sido siempre unas palabras universales que comprenden todo mal moral, ya respecto de Dios, ya respecto del pró-. jimo: ¿por qué, pues, se contraen aquí á sola la idolatría? La idolatría es cierto que es iniquidad y pecado gravísimo; ¿ mas todo pecado y toda iniquidad deberá reputarse por idolatría? Lo segundo: espresamente habla el Profeta de Israél y de Judá, como que vuelven juntos á la tierra de sus padres, sin llevar consigo el pecado y la iniquidad que antes los oprimia: y es cierto y claro, que aunque volvió Judá en aquel tiempo sin idolatría, mas Israél no volvió sin idolatría, ni con ella, porque no volvió. Lo tercero; aun hablando solamente de los que volvieron, estos no estuvieron tan libres de idolatría, que no fueran idólatras casi todos en tiempo de Antioco; y Judas Macabéo que los persiguió con tanto celo y fervor, no tuvo gran necesidad de encender lámparas y antorchas para encontrarlos; por todas partes se le presentaban. ¿Y qué dirémos del resto de los hijos de Judá? Que no volvieron, sino que quedaron en Babilonia y en toda la Caldea. ¿Qué dirémos de los hijos de Israél, ó de las diez tribus? Que tampoco volvieron, sino que quedaron dispersos en la Média y en otras provincias del imperio. ¿Sería necesario encender muchas lámparas y linternas, para hallar su iniquidad y su pecado?

387. Siguese de aquí (y de otras mil observaciones que podrian hacerse sobre estas profecías) síguese (digo) que ó las profecías se han falsificado, ó no tienen por objeto pri

mario y directo la antigua Babilona de Caldea, sino que en ellas se encierra otro misterio mayor y mas general que pide toda nuestra atencion. La antigua Babilonia no parece que entra en dichas profecías, sino como una señal, ó semejanza, ó parábola de todo lo que ha sucedido, y se ha continuado desde Nabuco hasta aora, y está todavia por concluirse. En efecto: así se lee espreso en Isaías, c. xiv, en que hablando con todo Israel en general, y anunciándole la vuelta de su destierro y el fin de sus trabajos, le dice estas palabras: Y será en aquel dia: cuando te diere Dios descanso de tu trabajo, y de tu apremio, y de tu dura servidumbre, en que antes servistes: tomarás esta parábola contra el rey de Babilonia, y dirás: ¿Cómo cesó el exactor, se acabó el tributo? Quebró el Señor el báculo de los impios, la vara de los que dominaban *.

388. Si este testo sériamente considerado se pudiera aplicar, ó acomodar de algun modo razonable á la antigua Babilonia y á su rey Baltasar, y á aquellos pocos cautivos, que sin dejar de serlo volvieron con Zorobabel, &c., parece que no hubiera gran dificultad en creer, que la palabra parábola, no tiene aquí otro misterio ni otro significado, que el de cántico elegante y festivo, como pretenden insinuarnos; mas el trabajo es, que no siendo posible lo primero, quedamos en nuestra posesion sobre lo segundo. La palabra, Parábola, debe significar aquí lo mismo que en tantas otras partes de la Escritura: esto es, locucion por semejanza, no por propiedad. Así, este cántico que pone Isaías para cierto tiempo en boca de Israél, sin dejar de ser festivo y elegante, es el mismo tiempo una verdadera parábola: y todo lo que se dice en él, se dice por semejanza, no por propiedad. Por consiguiente, el rey de Babilonia y Babilonia misma, se deben mirar como una

• Et erit in die illa: cum requiem dederit tibi Deus à labore tuo, et à concussione tua, et à servitute dura, quâ ante servisti: Sumes parabolam istam contra regem Babylonis, et dices: Quomodò cessavit exactor, quievit tributum ? Contrivit Dominus baculum impiorum, virgam dominantium.- Isai. xiv, 3, 4, 5.

verdadera similitud, no como propiedad. Con qué propiedad, y con qué verdad pudo Israél decir este cántico en tiempo de Ciro; ni aun siquiera sus primeras palabras que son estas: Cómo cesó el exactor, se acabó el tributo? Si alguno las hubiere dicho, ó al salir de Babilonia, 6 despues de estár en Judea, cierto que no hubiera sido creido sobre su palabra; todos lo hubieran desmentido al punto, diciendo con verdad lo que decian en tiempo de Nehemías: He aquí que nosotros mismos hoy somos esclavos: y la tierra, que diste á nuestros padres para que comiesen su pan, y los bienes que produce, y nosotros mismos somos en ella esclavos. Y sus frutos se multiplican para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, y tienen dominio sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestras bestias á su voluntad, y estámos en grande tribulacion. Comparad este testo con aquel otro : Como cesó el exactor, se acabó el tributo? y ved si los podeis concordar en un mismo tiempo y personas.

SE CONFIRMA Y ACLARA MAS ESTE MODO DE DISCURRIR.

PARRAFO VI.

389. Para entender bien todas las profecías que hay contra Babilonia, y el fin y término verdadero á donde todas se enderezan, paréceme á mí que basta tomar las llaves en las manos, y abrir las puertas. La misma Escritura nos ofrece estas llaves, con las cuales todo se facilita; sin ellas todo queda obscuro, dificil é inaccesible.

PRIMERA LLAVE.

390. El apóstol S. Pedro escribiendo desde Roma á todas las iglesias de Asia, concluye su primera epístola por estas palabras: Os saluda la iglesia, que está en Babilonia. ¿Qué quiere decir esto? S. Pedro ciertamente no escribia desde el Eufrates, sino desde el Tiber, no desde la Caldea, sino desde Roma. En tiempo de S. Pedro, la

• Salutat vos Ecclesia, quæ est in Babylone collecta. 1 Pet. v, 13.

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antigua Babilonia ya no existía: ya estaba casi tan olvidada como lo está aora: ; pues de qué Babilonia habla? De Roma misma. Mas ¿por qué razon le da este nombre á la capital del imperio Romano? Fuera de esto, los Cristianos á quienes escribia, debian sin duda estár bien enterados de que Babilonia y Roma no eran dos cosas diversas, sino una misma. Sin esta noticia, la dicha salutacion, como de personas incógnitas é inciertas, hubiera sido inútil, y por lo mismo indigna del supremo pastor. Si sabían esto los Cristianos, ; de donde lo sabian?

391. A esta dificultad responden comunmente los intérpretes, que el apóstol S. Pedro puso Babilonia en lugar de Roma, solo por precaucion: esto es, para no ocasionar sin necesidad, alguna persecucion, ó contra sí, ó contra los Cristianos, si esta epístola llegase por algun accidente á manos de los étnicos, y á noticia del emperador. Mas ¿qué tenian que temer en este caso, ni S. Pedro, ni los Cristianos? ¿Qué hubieran hallado en ello que reprender, ni por qué perseguir al Cristianismo? Antes hubieran hallado mucho que alabar en aquella parte que ellos podian entender, que es la moral: por ejemplo: Someteos, pues, á toda humana criatura, y esto por Dios: ya sea al rey, como soberano que es: Ya á los gobernadores... Porque así es la voluntad de Dios... Honrad á todos: amad la hermandad: temed á Dios: dad honra al rey. Siervos, sed obedientes á los señores con todo temor, no tan solamente á los buenos, y moderados, sino aun á los de recia condicion...*mancebos, obedeced á los ancianos... yo que algun príncipe ó república pueda reprender, ó no alabar esta doctrina del sumo pastor de los Cristianos!

¡No sé

392. Acaso se dirá, que S. Pedro no temia por la moral

Subjecti igitur estote omni humanæ creaturæ propter Deum : sive regi, quasi præcellenti: Sive ducibus, &c. Quia sic est voluntas Dei... Omnes honorate: fraternitatem diligite: Deum timete: Regem honorificate. Servi, subditi estote in omni timore dominis, non tantùm bonis et modestis, sed etiam dyscolis... 1 Pet. ii, 13, 14, 15, 17, 18.

+ Adolescentes, subditi estote senioribus, &c. - Id. v, 5.

de su epístola, sino porque en ella habla de Jesucristo, y de la religion cristiana. ¿Y es creible, digo yo, que S. Pedro temiese por esta parte? En la misma epístola exorta á los Cristianos á no temer la persecucion que les venga en cuanto Cristianos; sino la que puede venirles en cuanto reos y delincuentes: ninguno de vosotros padezca como homicida ó ladron... Mas si padeciere como Cristiano, no se avergüence: antes dé loor á Dios en este nombre*. Fuera de que, cuando S. Pedro escribió esta epístola, no habia edicto alguno del emperador contra los Cristianos, ni prohibicion del Cristianismo, pues los mismos autores afirman, que esta epístola la escribió S. Pedro el año 13 despues de la muerte del Señor, que segun parece corresponde á los principios del emperador Claudio: esto es, mas de 20 años antes de la primera persecucion de la Iglesia, que fué la de Nerón. ¿A qué venia pues en este tiempo el temor y la persecucion de S. Pedro? Y dado caso que quisiese usar de alguna precaucion ¿no era mas natural que dijese á los Cristianos, á quienes escribia: os saluda esta Iglesia; sin nombrar á Roma, ni á Babilonia, ni alguna otra ciudad determinada? ¿No sabrian los Cristianos en qué parte del mundo se hallaba en aquel tiempo el principe de los Apostoles y el vicario de Cristo?

SEGUNDA LLAVE.

393. Despues de algunos años (y no pocos, pues pasaron á lo menos 30) escribió S. Juan su Apocalipsis; y en los capítulos xvi, xvii, xviii, y xix, habla espresa y nominadamente de Babilonia, profetizando contra ella cosas nada ordinarias. Y para que ninguno desconozca la Babilonia de que habla; para que ninguno se equivoque pensando que habla de la antigua, que ya no existia, le pone tantas señas y distintivos, que es preciso conocerla por mas que se repugne. De modo, que aun los doctores mas corteses

* Nemo autem vestrum patiatur ut homicida, aut fur, &c. Si autem ut Christianus, non erubescat: glorificet autem Deum in isto nomine.-1 Pet. iv, 15, 16.

TOMO II.

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