Obrazy na stronie
PDF
ePub

ríales ademas á los nuevos revolucionarios, aquel brio, aquel entusiasmo, que comunican las ideas grandes y generosas; el hombre que pelea solo por procurarse goces, no será capaz de heróicos sacrificios. Estos demandan la abnegacion, son incompatibles con el egoismo; y la sed de los placeres es cabalmente el mismo egoismo llevado al mayor refinamiento. Sin embargo de estas reflexiones conviene advertir, que un tenor de vida puramente material, y sin la ayuda de los principios morales, acaba por oscurecer las ideas y extinguir los sentimientos, y sumerge el ánimo en una especie de estupidez, en un olvido de sí mismo, que en ciertos casos puede reemplazar el valor. El soldado que marcha tranquilo á la muerte al salir de una orgía brutal, el hombre que se suicida con la mayor calma sin curarse del porvenir, se encuentran en esta situacion; y tanto en el arrojo del uno, como en la resolucion del otro, vemos un desprecio de la vida. Del mismo modo, y suponiendo excitadas las pasiones por las turbulencias de los tiempos, podrian las clases numerosas manifestar una energía de que se las ve privadas; mayormente alentándolas su inmenso número, y dirigiéndolas astutos y ambiciosos tribunos.

Sea como fuere, lo cierto es que la sociedad no puede continuar sin la accion de los medios morales, que estos no pueden limitarse al estrecho círculo en que se los tiene encerrados; y por consiguiente es indispensable, que se fomente el

[ocr errors]

desarrollo de instituciones á propósito para ejercer esa influencia moral de un modo práctico y eficaz. No bastan los libros: el extender la instruccion es un medio insuficiente, y que puede hacerse dañoso, si no se funda en sólidas ideas religiosas. La propagacion de un sentimiento religioso, vago, indefinido, sin reglas, sin dogma, sin culto, no servirá para otra cosa, que á extender supersticiones groseras entre las masas, y formar una religion de poesía y de romance en las clases acomodadas; vanos remedios, que sin detener el curso del mal, aumentarán el vértigo del enfermo, y acelerarán su muerte.

Educacion, instruccion, moralizacion del pueblo: hé aqui unas palabras, que andan en boca de todo el mundo, y que indican cuan viva y generalmente es sentida la llaga del cuerpo social, y la urgente necesidad de acudir á tiempo, previniendo males incalculables. Por esto bullen en tantas cabezas los proyectos benéficos, por esto se ensaya bajo diferentes formas el planteo de escuelas de párvulos, de adultos, de otras instituciones semejantes; pero todo cuanto se haga será estéril, si no se encomienda á la caridad cristiana. Aprovéchense enhorabuena los conocimientos, que en estas materias se hayan adquirido con la experiencia, utilícense los adelantos administrativos haciéndolos servir al mejor logro del objeto; procúrese que los establecimientos se acomoden á las necesidades y exigen. cias actuales, y hágase de manera que ni el celo

de la caridad embaraze la accion del poder público, ni este ponga obstáculo á la de aquella; pero recuérdese, que nada de esto es imposible, dejando á la Religion Católica la influencia que le pertenece; de ella puede decirse con entera verdad, que se hace todo para todos, para ganarlos á todos.

Los entendimientos mezquinos que no extienden sus miradas mas allá de un reducido horizonte, los corazones malignos que solo se alimentan de rencores y que se complacen en promover odios y atizar pasiones bastardas, los fanáticos de una civilizacion de máquinas que no aciertan á ver otro agente que el vapor, otro movil que el dinero, otro objeto que la produccion, otro término que el goce, todos esos hombres darán por cierto poca importancia á las reflexiones que acabo de emitir: lo mismo que pasa en su presencia no lo ven; para ellos nada significa el desarrollo moral del individuo y de la sociedad; la historia es muda, la experiencia estéril, el porvenir nada.

Afortunadamente, se encuentran en número considerable los hombres que creen su espíritu mas noble que los metales, mas poderoso que el vapor, y demasiado grande para que pueda encontrarse satisfecho con un placer momentáneo: á sus ojos, no es la humanidad un ser que viva al acaso, y que entregado á la corriente de los siglos y á merced de las circunstancias, no haya de pensar en los destinos que le aguardan, ni pre

pararse dignamente á ellos, sirviéndose de las calidades intelectuales y morales con que le ha favorecido el Autor de la naturaleza. Si el mundo físico está sujeto á las leyes del Criador, no lo está menos el mundo moral; y si la materia puede ser explotada de infinitas maneras en beneficio del hombre, el espíritu criado á imágen y semejanza de Dios, siéntese tambien con caudal de fuerzas para obrar en esfera mas alta, donde sirva al bien de la humanidad, sin limitarse á combinar ó modificar la materia. El espíritu inmortal no debe ser el instrumento ó esclavo de lo mismo, cuya direccion y dominacion le fueron concedidas por la voluntad de Dios. Dejad que la fe en otra vida, que la caridad bajada del seno del Altísimo vengan á fecundar esos nobles sentimientos, á ilustrar y dirigir esos pensamientos elevados; y palparéis que la materia carece de títulos para ser la reina del mundo, y que el rey de la creacion no ha abdicado todavía los suyos. Pero guardaos de meceros en halagüeñas esperanzas, mientras os empeñeis en edificar sobre otro cimiento que el establecido por el mismo Dios; vuestro edificio será la casa levantada sobre la arena, cayeron las lluvias, soplaron los vientos, y vino al suelo con grande estrépito. (1)

CAPÍTULO XLVIII.

N el capítulo xin de esta obra decia: «LeEvántase el pecho con generosa indignacion al oir que se achaca á la Religion de Jesucristo tendencia á esclavizar. Cierto es, que si se confunde el espíritu de verdadera libertad con el espíritu de los demagogos, no se le encuentra en el Catolicismo; pero si no se quieren trastrocar monstruosamente los nombres, si se da á la palabra libertad su acepcion mas razonable, mas justa, mas provechosa, mas dulce, entonces la Religion católica puede reclamar la gratitud del humano linage: ella ha civilizado las naciones que la han profesado, y la civilizacion es la verdadera libertad.» El lector ha podido juzgar por lo que se lleva demostrado hasta aqui, si el Catolicismo ha sido favorable ó contrario á la civilizacion europea; y por tanto si la verdadera libertad ha recibido de él ningun daño. En la variedad de puntos en que le hemos comparado

« PoprzedniaDalej »