355631 T63 Ai publicar la version del Nuevo Testamento creí que debia procurarme el honor de que llegase á manos de su Santidad un egemplar, como tributo ofrecido a la cabeza de la Iglesia. El Excmo. Sr. Nuncio del Santo Padre en estos reinos me proporcionó tan apreciable satisfaccion, dirigiendo el egemplar junto con la humilde y respetuosa esposicion que hice à su Santidad. Pero cuando las dolorosas, noticias de la enfermedad del Sumo Pontífice me quitaban toda esperanza de poder recibir contestacion, me ha causado muy grata sorpresa la siguiente carta, que de orden de su Santidad me, ha escrito su secretario de Estado el Emmo. Sr. Cardenal de la Somaglia , y es del tenor siguiente: Illmo. Signore -- Essendo pervenuti alla Santità di Nostro Signore i due volumi della versione da V. S. Illma. eseguita del Nuovo Testamento nell'idioma spagnuolo, le significo che sua Santità ha gradito tale di Lei pensiero e mi ha ordinato di ringraziarla nel suo nome. - La moltiplicità delle cose delle quali attualmente si occupa sua Beatitudine, e la sua non del tutto ripristinata salute, le hanno finora vietato di accingersi à scorrere l'opera indicata. Non dubita però ch'ella in tale lavoro siası strettamente tenuta ai principii ed alle regole ricevute ed anprovate dalla Santa Chiesa. Con sentimenti di vera stima mi con. fermo di 7. S. Illma. - Roma 28 gennaro 1824. — Affmo. per servirla. - Giu. Cardinal de la Somaglia.- Sr. D. Felice Toires Amat, Sacrista della chiesa di Barcellona.- Madrid. Esta dignacion de su Santidad, el ver que ha sido de su agrado la idea ó pensamiento de ofrecer al pueblo español una nueva version de las Santas Escrituras, y el favorable concepto que manifiesta de su nuevo traductor, me ha animado muchisimo á proseguir con toda actividad mi tarea, para que quede pronto concluida la impresion de toda la Biblia. Y al mismo tiempo me ha hecho concebir mayores esperanzas de que auxiliados los lectores con las esplicaciones ó notas que facilitan el entender mejor el sentido, producirá la Palabra Divina en cuantos la lean, ú oigan leer, con viva fé y humildad de corazon, aquellos saludables y prodigiosos efectos que producia y produce aun por todo el mundo, predicada en los idiomas de cada pais por los apóstoles ó enviados del Señor å sembrar tan celestial y fecunda semilla. Debo tambien manifestar aquí que me ha alentado mucho la a contestacion que se han servido darme los Illmos. Sres. Obispos de España ; á los cuales creí de mi obligacion el comunicarles mi pensamiento, y remitirles el prospecto de la version, con el fin de que viesen las reglas ó manera con que la habia hecho, y me avisasen lo que su iiustrado zelo por el bien de la Iglesia les dictase por conveniente. Porque de casi todos las he recibido ya en tales términos que me confirman en la importante idea de la utilidad que resultará á los fieles, especialmente en las actuales circunstancias, de publicarse mi nueva version. Y como al pedirles su sagrada bendicion, les suplicaba que se dignasen ilustrarme con sus superiores luces , y advertirme los defectos que hallaren, me parece propio repetir aquí la misma súplica ; á pesar de las esa á ' traordinarias ocupaciones de cada uno de ellos en la direccion espiritual de sus feligreses y reparacion de los males de sus particulares iglesias. Confio pues poder añadir al fin del último tomo las correcciones y mejoras que se me avisen, y Ja censura que ha yan hecho algunos varones de sólida piedad y de zelo segun ciencia, que van leyendo con tan santo fin los tomos que se publican. Con tales y tan poderosos auxilios, y consagrando gustosamente el resto de mi vida en disminuir cuanto me sga posible los defectos de esta version, habré cooperado algun tanto á que los fieles españoles puedan algun dia leer las Divinas Escrituras en estilo sencillo y natural, pero claro, fluido y sentencioso, que ostente de lleno la magestuosa elegancia de nuestro incomparable idioma. I Escelencia de los Libros Sagrados; é importancia de su lectura i meditacion. Cuanta sea la escelencia de los Libros Sagrados, no hay para que detenernos en demostrarlo; por ser una verdad bien notoria á todo cristiano, y confesada aun por varios filósofos gentiles o incrédulos, que los veneraban como modelos de sublimidad en las sentencias, y como un compendio de la mas pura moral'. De esto mismo se infiere cuán provechosa ha de ser su contínua lectura y profunda meditacion. El Señor dijo a su pueblo de Israel, y en él a todos nosotros: « Hable continuamente tu boca del Li»bro de esta Ley; y medita de dia y de noche lo que en él se »contiene, á fin de que guardes y cumplas todas las cosas en el Þescritas: con lo cual irás por el recto camino, y procederás sa у »biamente.» El apóstol S. Pablo hace memoria à su discípulo Timoteo, que desde la niñez habia aprendido las sagradas letras; « las cuales, añade, te pueden instruir para la salvacion, »mediante la fe en Jesu-Cristo; » y prosigue : «Toda escritura, ins»pirada de Dios, es útil para enseñar, para convencer, para cor»regir, para dirigir segun la justicia ; a fin de que el hombre .; »de Dios, ó el cristiano, sea perfecto, y esté apercibido jy para toda obra buena”.» Es la palabra de Dios el libro de la vida, donde halla el que quiere servir al Señor la instruccion que necesita, y con la cual se consuela y alienta'. «La doctrina de »Cristo ( escribia el mismo á los colosenses ) tenga su morada en »vosotros con abundancia y con toda sabiduría, enseñándoos, y »animándoos unos a otros con salmos, con himnos y con cán»ticos espirituales 5 .» 2. Asi es que la Iglesia, por medio de los Concilios y santos Padres, nos encomienda muy encarecidamente este estudio de la Divina palabra; mandando a los sacerdotes que anuncien y es. á pliquen a los pueblos las Sagradas Escrituras, y á estos que las oigan, y las aprendan, y mediten sin cesar, cada uno segun su talento, como un medio eficacísimo para promover el esplendor de la religion, la pureza de las costumbres, y el bien espiritual de todos los fieles. La lectura de los Libros Sagrados, decia Origenes?, es una armeria espiritual, de que usamos paLonginus, Rouss, Helvet. 3 II, Timot. III. 16. 4 Ibid., et 5 Colos. III. 16. Conc. Trid. sess. XXIV. De reforin at. c. 4. ; Horn, VIII, in Levit, (C . 1 2 Josue 1. 8. Rom, XV. 4. ra pelear contra las potestades del infierno y del mundo. Es, segun el Crisóstomo', el pan del alma, y el sustento del espíritu, y nos sirve de alcázar para defendernos del pecado?: o de antídoto , en expresion de S. Ambrosio', contra nuestras pasiones, y de medicina universal para todas nuestras enfermedades y dolencias espirituales. Y el mismo S. Juan Crisóstomo, a los que de á cian que no entendian lo contenido en los Libros Sagrados, responde con estas notables palabras : « Aunque no entendais los se»cretos de la Escritura ; con todo, la misma simple lectura de ella »causa en nosotros una cierta' santidad; bien que no puede ser que »dejeis de entender algo de lo que leais. Porque a la verdad por »esto dispuso la gracia del Espiritu Santo que estas Escrituras fue»sertcompuestas por publicanos, pescadores, artifices de tiendas de »campaña “, pastores, cabreros, idiotas é ignorantes, para que nin. egun idiota pueda alegar por escusa la dificultad de comprender»las , y a fin de que todos entiendan fácilmente lo que en ellas se »contiene, de noilo que el artesano, el sirviente, la viuda, y el vlon bre mas ignorante saque ganancia y provecho de oirlas.... Si »con la continua leccion no puedes aun entender algun pasage, »vete á algun sabio, á algun liombre docto: comunica con él lo »que has leido.» Asi habla: el Santo en su hon:ilía: JII de Lázaro. 3 Conforme á esta doctrina de la Iglesia vemos trasladados desde su principio en todos los idiomas principales los Libros-Sagrados. Por medio de la version griega, que mandó hacer, aunque idólatra, el rey de Egipto Ptoloméo Filadelfo, dispuso la Divina Providencia que se difundiese por todo el mundo la benéfica luz de las Sagradas Escrituras, que los judios ó por escrúpulo ó por envidia procuraban ocultar. Esta version, conocida con el nombre de los Setenta 'Intérpretes, se tiene por legítima en la Iglesia latina, y por aprobada en la griega. Con el imperio romano vino á ser universal la lengua latina; y luego se hicieron en ella innumerables versiones de la Sagrada Escritura; cuya multitud motivó la que trabajó S. Gerónimo, de la cual se hablará despues. Créese que la trasladó tambien este santo Doctor en su lengua materna, que era la dálmata ; S. Juan Crisóstomo la tra. dujo en la arménica; Ulfilas, obispo godo, en la gótica; Juan, obispo de Sevilla , en la arábiga; Metodio en la esclavónica etc. Considerando S. Gerónimo estas diversas traducciones, dijo las siguien. tes palabras: «Los siros, egipcios, persas, etíopes y otras innumera„bles naciones tienen la doctrina celestial trasladada en sus lenguas; »y por este medio han dejado su barbarie para de veras filosofar.» Y Teodoreto decia: «Los libros hebreos han sido no solamente »trasladados al griego, mas aun en lengua latina, egipeiaca, pérsi 1. Hon. 11. in Math. * Hom. III. de Lázaro. 3 In tit, Ps. 33. 4 Skenopoioi. Esto alude á los oficios ú ocupaciones de S. Pablo 9 de otros de los escritores sam grados. 5 Billa Sixti V. præfixa Ed. LXX. Iriterp. ann. 1582... Ep. ad Sophron. 6 C 6 |