feliz es un ignorante, que no repara que se encade na á sí mismo, y que se embaraza en lazos de que no podrá salir: ignorans quod ad vincula stultus trahitur (1). ¡Y qué dice Jeremias, un Etiope puede, cuando quiere, mudar su piel, y un leopar do la variedad de sus colores? Pues lo mismo sois vosotros, hombres injustos: no podreis hacer el bien despues de haberos ejercitado largo tiempo en hacer el mal: el ejercicio dilatado de un pecado habitual os endurece: v á fuerza de retener lo á fuerza de retener lo ageno, quereis siempre retenerlo. Cuando un hombre ha cometido una injusticia, y le ha reparado inmediatamente restituyendo lo que ha tomado, es como un vestido que vuelve à quien lo habia robado; mas cuando dilata la restitucion, la cosa mal adquirida se convierte en algun modo en su propia sustancia ; ya no es su vestido, es su piel; ¡y qué apariencia hay de que mude de piel! Si mutare potest Etiops pellem suam, aut pardus varietates suas, & vos poteritis benefacere, cum didiceritis malum (2). Otro profeta dice, que estan de tal suerte envueltos en su dinero, que no pueden desembarazarse, y que perecerán miserablemente si no trabajan sériamente y con tiempo (1) Prov. 7, v. 22. en romper estos lazos que los aprietan: disperierunt omnes involuti argento (1). 3. Antiocho se apoderó de los vasos sagrados, y de todos los tesoros que halló en el templo de Jerusa❤ len (2). Perdió despues grandes batallas. Gorgias y Lisias sus generales fueron derrotados por Judas Macabeo: no obstante, en este mismo tiempo se propone aun volver al mismo templo á saquear lo que no pudo llevar la primera vez; y no consiente en resti❤ tuir lo que ha robado, sino cuando herido de la ma no de Dios, percibe que va a morir. Tal es la conducta de los pecadores, que difieren siempre la restitucion. Si yo la hago ahora, dice aquel mercader, ved aquí mi familia arruinada y mis hijos reducidos á pedir por puertas. Pero es necesario salvarte, mi querido hermano. Mis hijos estan enterados de mis negocios, y saben á quién debo: espero que resti. tuirán por mi. ¡ ilusion! ¿tus hijos tendrán mas caridad contigo, que la que tú tienes contigo mismo? pues bien, yo dare limosnas y satisfaré todo cuando esté para morir. Infeliz, á esta última hora te llamo yo; te espero á esta hora fatal, en que acostado en el lecho de tu dolor, irás á dar cuenta de tus injus (1) Sop. 1, v. 11. (2) Mach. 1, & 6. ticias al soberano Juez de los vivos y de los muertos. Tú has dilatado la restitucion hasta la muerte; porque no podias dilatarla mas; ¿pero la harás? ¿se contentará Dios con esta restitucion forzada? te da¬ rá tiempo de hacerla, cuando protesta que abreviará los dias de los ladrones, y les advierte que se◄ rán forzados á vomitar lo que han comido injusta mente: divitias, quas devoravit, evomet, & de ventre illius extrahet eas Deus? (1). Conclusion. Hermanos mios, haced un poco de reflexion sobre esta importante verdad. Dios os prohibe las injusticias y el hurto, tenedles horror: temed mas echar la mano á lo ageno, que entrarla en el fuego. Los mas de los hombres se persuaden que esta vida no es sino un juego, en que se puede amontonar dinero ó hacienda por todos caminos justos ó injustos: æstimaverunt lusum esse vitam nostram, & conversationem vitæ compositam ad lucrum, & oportere undecumque etiam ex malo acquirere (2). Preguntad á vuestra conciencia, hermanos mios: ¿no habeis estado en este dictamen? ¿es cierto que nunca habeis adquirido por medios criminales? examinaos exactamente, porque (1) Job. 20, v. 15, la cosa es de la mayor importancia. Acaso no hay ninguno aquí, que no tenga alguna cosa de otro. Si os sentis culpables, restituid cuanto antes á fin de poner en seguridad vuestra salvacion : haced ahora lo que en la hora de la muerte querriais haber hecho; y recibireis en esta última hora la recompensa del bien que hubiereis hecho durante la vida. Así sea. PLATICA PARA LA DOMINICA VEINTE Y TRES DESPUES CA Sobre la muerte de los justos. Domine, filia mea modo defuncta est; sed veni, impone manun tuam super cam, & vivet. Señor, mi hija acaba de morir; pero venid, imponedla vuestras manos y vivirá. En san Math, cap. 9, V. 18. E iL evangelio de este dia contiene dos milagros; el primero es la curacion de una muger que padecia habia doce años un flujo de sangre; ésta no bien tocó la fimbria del vestido del Salvador, cuando se sintió perfectamente curada: el otro es la resurreccion de la hija de Jairo, principe ó gefe de la sinagoga ό |