De manera, que si la enferma vaciláre en la Fé, la proponga los exemplos de los Santos Martyres, los quales, en testimonio de nuestra Santa Fé Católica, tantos milagros obraron, y tantos tormentos padecier on: y podrá hacerlo con estas ò semejantes palabras

Creo firmemente y confieso todas aquellas cosas, que los Santos Apóstoles, Martyres y Confesores creyeron y confesaron, y la Sacrosancta Madre Iglesia Romana tiene, cree y enseña.

Si dá muestras de poca confianza del perdon de sus pecados, propongásele quan grande è inefable es la piedad de nuestro misericordioso Dios, y como es mas poderosa, y pesa mas delante de su Magestad una sola gota de Sangre de su benditísimo Hijo Jesu-Christo nuestro Señor, para aplacarle y moverle à misericor– dia, que todos los pecados del Mundo, para provocarle à ira è indignación. Y podrá traérsele à la memoria los exemplos del Publicano, de San Mateo, San Pablo, la Magdalena, y de otros, que primero fueron pecadores, y después alcanzaron, no solo el perdon de sus pecados, sino muy altos grados de Gloria en el Cielo.

Si parece, que confia mucho en sus proprios merecimientos, amonéstela, que no por el valor de ellos,sino por la virtud y eficácia de la Pasion de Christo nuestro Señor, por la qual fue el Mundo redimido, confie ba de alcanzar la salud eterna.

De estos, y otros semejantes remedios contra los lazos del enemigo ha de prevenir á la enferma qualquier a que la asista, y excitarla à menudo à que baga Altos de Fé, Esperanza y Caridad.

Pongásele tambien delante de los ojos la Imagen del Santo Christo, y traigásele à la memoria la Sacratísi

ma

ma Virgen María, Señora y Madre nuestra, paraque la invóque y se encomiende à ella y lo mismo al Santo Angel de su Guarda, y demás Santos con quienes ba tenido particular devocion en su vida: y se asperjará à menudo la Celda con agua bendita, para abuyentar los malos espíritus.

Demás de las sobredichas diligencias se podrán añadir las Oraciones del párrafo siguiente. Para la recomendacion del Alma, se prevendrá una Estola morada, y una vela blanca bendita.

§. II.

ORACIONES BREVES PARA ayudar à bien Morir.

SE

Eñor mio Jesu-Christo, gracias os doy, porque me habéis hecho hija de la Iglesia y concedídome vivir y morir en vuestra santa Fé Católica: yo protesto de no faltar en ella, ni consentir en tentacion alguna del enemigo con vuestra gracia.

Jesus de mi alma,desconfio de mí y de mis obras y de todos mis merecimientos, y confío en los vuestros y que por vuestra Sangre tengo de ser salva.

Jesus dulcísimo, Redentor mio, siento en el alma haberos ofendido: y así me pesa de todos mis pecados, y quisiera que el dolor fuera tan grande, que mi vida se acabára con él, solo por ser vos el ofendido.

Acepto, Señor, muy de corazon esta enfermedad, estos dolores, estas angustias y esta muerte, y qual

LI 2

quie

quiera otra cosa que de vuestra mano me viniere, solo cumplir vuestra santísima voluntad.

Padre piadoso, pequè contra el Cielo;y contra no merezco llamarme vuestra hija por haberos sid fiél. Pésame en el alma. Echad, Señor, vuestros zos sobre esta Pecadora, para que no se pierda, que se salve.

Señor mio Jesu-Christo, aprovécheme vuestra gre, y no se pierda en mí; ni apartéis de mí vu misericordia.

Padre de mi Señor Jesu-Christo, yo os ofr todos los dolores que padeciere y esta muerte union de los dolores y muerte de vuestro Hijo y Señor. No por mí, mí, ni porque lo merezco sino ". po

Sangre y muerte, me haced salva.

Señor mio Jesu-Christo, en vuestras manos s tísimas encomiendo mi alma, y por vuestra San dadme buena muerte.

No se pierda, Señor mio, esta alma, que para criásteis, y con vuestra Sangre redemísteis.

Creo en mi Dios. Espero en mi Dios. Ama à Dios.

Yo perdono de buena gana à todos los que me ofendido, y quisiera ofrecer mi vida por cada u de ellos.

Ojalá, Dios mio, nunca me hubiera apartado vuestra voluntad santísima. Perdonad, Señor, las i norancias y flaquezas de-mi mocedad; que con po saber os ofendí.

Señor mio Jesu-Christo, que no queréis la muer del pecador, sino que se convierta y viva: A vuestr pies estoy recibid mi alma, para que eternamente confiese y alábe,

Pu

Purísima María, Reyna del Cielo, Madre de Dios, Madre de gracia y de Misericordia, y Virgen perpetua, mostrad que sois mi Madre, y no. me falte vuestro favor en esta hora.

** Abogada de la Iglesia y de todos los pecadorés, Refugio en todas las necesidades, no me, falte vuestro favor y amparo en esta hora.

Gloriosísimo santo Angel de mi Guarda,que siempre me habéis defendido y librado de mis peligros, defendedme de mis enemigos, y presentad mi alma delante de Dios.

Bienaventurados Santos N. y N. los amigos son para el tiempo de la necesidad: pues en el discurso de mi vida me habéis favorecido y ayudado, no me desamparéis en esta hora, quando mas necesidad tengo de vuestro favor.

Así como el Ciervo deséa las fuentes de las aguas, así mi alma deséa à ti mi Dios. Ea Señor, sacadla de esta carcel: vean os mis ojos, para que en una eternidad os ame, y de vos no me aparte.

Con estas, y otras semejantes Oraciones breves, se podrá socorrer y auxíliar à la Religiosa que estubiere en el artículo de la muerte.

DE LA

§. III.

RECOMENDACION

del Alma, que se hace por la Religiosa,que está agonizando.

Q

Uanilo pareciere que à la enferma la ván já faltando los sentidos, y está cercana à la muerte, se tañerán luego las tablas ò matraca, y las Religiosas, de donde quiera que estén, vengan con presteza à ayudar à la que se está muriendo diciéndo en voz alta: Creo en Dios Padre, &c. Y si la Comunidad estubiere entonces en el Refettorio, si fuere al principio, ò medio de la Comida, oída la señal, salgan algunas, las que la Priora señaláre: mas si están yá cerca del fin, haciéndo señal la Prelada ò la que presida, se diga : Tu autem Dómine, &c. y levantándose todas,dirá la Hebdomadaria: Agimus tibi grátias, &c.ò si fuere dia de ayuno, ò despues de cena: Benedictus Deus, &c. ò si despues de colacion : Sit nomen Dómini benedíctum, &c. y vayan luego à ayudar à la que se está muriéndo pero en tiempo de la Misa Mayor,è de las Horas Canónicas, saldrán la Priora, y algunas otras, las que à ella le pareciere, quedándose las demás en el Coro hasta el fin de la Misa,ò de la Hora que se esté diciendo continuando después, si hubiere quedado alguna por decir.

Uno de los Religiosos, que asisten, auxíliará à la enferma con las Oraciones dichas en el párrafo antece

den