Obrazy na stronie
PDF
ePub

bre las partes principales y menos principales del cuerpo del Santo, sino tambien sus vestidos, los paños con que se cubrian los sepulcros de los Mártires, y hasta los corporales con que se habia dicho misa sobre sus altares. Estas eran las reliquias que ordinariamente enviaba S. Leon á los que se las pedian, como dice Sigeberto en su crónica, y asi es que puede haber muchas reliquias de un mismo Mártir en muchos lugares. El mismo Dios parece que ha autorizado esta conducta, y hecho mas milagros á la presencia de esta clase de reliquias, que á la de los cuerpos de los mártires. No es nuestro el pensamiento, y si de S. Gregorio, que en el capítulo 62 del libro 2.° de sus Diálogos dice asi, segun una traduccion castellana que tenemos en un códice anónimo del siglo XIV, escrito gallardamente en vitela. "¿Qué di"remos, dijo Pedro, que mu>>chas veces acontesce que non

"facen los Santos Mártires tan"tos milagros a do estan los "sus cuerpos cuantos facen a "do estan las sus reliquias, e que "facen mayores señales alli a "do por sí mismos no yacen? E "respondió Sant Gregorio e di"xo: non es dubdar, Pedro, que "muchas señales pueden mos"trar lo Sanctos Mártires a do "estan los sus cuerpos segund lo facen muchas veces á los "que vienen alli ademandar la su ayuda fiel y puramente: mas por que podrian dubdar los enfermos e menguados de "virtut si pueden ser presentes "a oir las oraciones de los que "se les encomiendan a do no es"tan los sus cuerpos, menester

es que fagan mayores señales "a do la voluntad enferma po"dria dubdar de la su presen"cia. Mas los que han el co"razon fincado en Dios, tanto "han mayor merescimiento de "f, cuanto mas conoscen que "como quier que non estan alli los sus cuerpos, non fallescen "para oir la oracion de los que los llaman con devocion." (1)

(1) Petrus. Quidnam esse dicimus, quod plerumque in ipsis quoque patrociniis Martyrum sic esse sentimus ut non tanta per cortora sua, quanta beneficia per reliquias ostentant, at que illic majora signa faciunt ubi minime per semetipsos

Nos ha parecido conveniente, y aun necesario, hacer estas ligeras observaciones sobre una materia en que la heregía y la incredulidad, con capa de crítica, se burlan de los católicos, que al pasó que confiesan con el juicioso Fleuri que la ignorancia y la credu

lidad mal reglada han introducido abusos, no son ciertamente tantos como se pondera. Podrán ademas servir nuestras indicaciones de apología á otras reliquias de que trataremos en el discurso de este tomo.

CAPITULO IV.

De las iglesias colegiatas del obispado de Gerona y primero de la de S. Felix.

N.

31 o entra en nuestro plan averiguar el origen de las iglesias colegiatas en general, y sí tratar de las que existen en el obispado de Gecomo de uno de sus ornatos que añaden nuevo lustre á esta antigua y célebre

rona,

iglesia. La mas antigua de estas colegiatas, y la que merece un lugar mas distinguido en la historia eclesiástica, es la de S. Felix, cuya situacion es fuera de los antiguos muros de Gerona, sobre el camino que conduce de Bar

jacent? Greg Ubi in suis corporibus Sancti Martyres jacent, dubium, Petre, non est, quod multa valeant signa demostrare, sicut et faciunt, et pura mente quærentibus innumera miracula ostendunt. Sed quia ab infirmis potest mentibus dubitari, utrumne ad exaudiendum ibi presentes sint ubi constat quia in suis corporibus non sint, ibi necesse est majora signa ostendere, ibi de eorum presentia potest mens infirma dubitare. Quorum vero mens in Deo fixa est, tanto magis habet fidei meritum, quanto illic eos novit et non jacere corpore, et tamen non deesse ab exauditione. S. Greg. cap. último, lib. 2. Dialog. edic. Maur. pag. 276.

celona á Francia, y al norte de la ciudad. Por mas que se haya escrito, y se escriba en adelante sobre el primer origen de esta iglesia, jamás se podrá salir de obscuridades, dudas y conjeturas. Leido lo que han dicho Pujades, Roig, Dorca, Villanueva, y antes de estos el piadoso Domence, solamente sacaremos por mas probable, que allí estaba el cementerio de los cris tianos antes de la persecucion de Diocleciano; por cierto, segun los documentos, que alli padeció el martirio S. Narciso, con su diácono S. Felix y otros muchos; que alli fueron enterrados estos y el famoso S. Felix Africano; que probablemente pasada la persecucion edificarian alli igle si, al mismo tiempo que en el de Constantino levantarian la catedral dentro de los muros; que conquistada Gerona por los sarracenos, convertirian estos en mezqu'ta la iglesia mayor, y el obispo y cle10 tendiian que reunirse en la de S. Felix, formando un cuerpo que nunca seria en tonces muy numeroso; y últimamente, que reconquista da Gerona por el ejército de Carlo Magno, volveria el ca

bildo catedralicio á su iglesia, quedando para servicio de la de S. Felix un número suficiente de ministros, que aunque destinados á ella, formaban un cuerpo con los de la catedral. Espongamos los fundamentos de las proposiciones. que acabamos de establecer

32 Por lo tocante á la primera, en que decimos que es probable haber estado el cementerio en el sitio que ocupa hoy la colegiata de S. Felix, nos fundamos en la antigua disciplina de la iglesia, y en las leyes civiles y costumbres de los romanos. Se sabe que el nombre cementerio equivale á dormitorio, y esta significacion le conviene perfectamente segun el dicho del Apóstol en su carta 1. á los thesalonicenses, cap. 4. 12. Nolumus vos ignorare de dormientibus ut non contristemini sicut et cæteri qui spem. non habent. Los cristianos consideraban al cuerpo muerto. como en un sueño que se ha de acabar en la resurreccion general; y de aqui nacía que los metiesen en los que llamaban dormitorios á esperar alli la mañana de la eternidad, si es lícito esplicarnos asi. Desde el principio de la

iglesia tuvieron esta conducta imitando en ella á los judios, que sepultaban tambien sus muertos fuera de las po blaciones con la misma creencia de la resurreccion. No se nos oculta que Tomas Burnet, y otros críticos con él, son de parecer que los cemente rios fueron en otro tiempo se pulcros de los gentiles, y que hasta el siglo V no se enterraron o depositaron en ellos los cuerpos de los cristianos: pero ó se engañan en esto 6 intentan engañar. Los romanos gentiles quemaban los cadáveres, no los enterraban.

Los ricos depositaban las cenizas en vasos que llamaban cinerarios, y colocaban estos vasos en urnas, cipos, altares donde ordinariamente escribian los nombres de los difuntos y de los que les hacian este obsequio. En todas partes se hallan todavia ess tos vasos cinerarios de cuan do en cuando. Los cuerpos de los pobres se quemaban en la hoguera pública, como inferimos del epigrama 75 de Marcial, libro 8. Cuenta la cais da del flaco y miserable esclavo Galo Lingono y sus resultas, y dice:

Ingenti domino servulus unus erat, Tam macer ut minimam posset vix ferre lacernam. Succurrit misero casus, opemque tulit. Quatuor inscripti portabant vile cadaver, Accipit infelix qualia mille rogus.

[ocr errors][merged small][ocr errors][merged small]

restos y vestigios de él en estos últimos tiempos, cuando se abrieron los cimientos para la nueva capilla de San Narciso, de que trataremos luego. Segun dice el Sr. Dorca, informado por dos testigos de vista que cita, "parece que se halló algun yes vtigio de cavidades subterrá » neas en la escavacion; por»que en lo mas hondo de ella » se hallaron algunos, vesti"gios y trozos de bóveda de hormigon, que daba mues tras de ser obra romana. Halláronse tambien unos co"mo nichos en la pared, se"gun lo he oido á dos canónigos (que cita tambien) y "el uno de ellos me añadió, » que la pared donde estaban "los vestigios de los nichos, »era de una masa tan dura "y sólida que fueron

[ocr errors]

me

"nester almadanas y cuñas » de hierro para romperla." Lo dicho basta para probar que probablemente el sitio que ocupa hoy la colegiata de San Felix fue el cementerio de los cristianos en aquellos tiempos.

34 Mas fácil es probar que en el mismo sitio fue martirizado S. Narciso con su diácono Felix y otros muchos. Basta para ello suponer lo que

nadie se atreverá á negar, y es, que no habia en Gerona iglesia alguna pública ni grande ni chica, habiendo sido destruidas todas por decreto de los Emperadores'; y como los cristianos no podian pasar sin reunirse á celebrar los santos misterios donde los obis pos les animaban y fortalecian en la fe, combatida tan bárbaramente, no admite la menor duda que en el cementerio, criptas ó catacumbas formarian sus reuniones. La historia eclesiástica ofrece bastantes ejemplos de estas reuniones clandestinas, que descubiertas por algunos apóstatas ó espías paganos, se vieron sorprendidas á veces, y martirizados los concurrentes, especialmente los sacerdotes y ministros. En S. Cipriano tenemos una prueba. Dando parte al obispo Succeso de lo que referian los enviados que volvian de Roma sobre la persecucion de Valeriano, dice: "Sabed que Xisto fue marti» rizado en el cementerio con "Quarto el dia ocho de los "Idus de Agosto." No nos importa ahora saber con qué especie de martirio murió, y sí que le quitaron la vida en el cementerio como á nuestro

« PoprzedniaDalej »