siguientes, y más aún si recuerda, como debe procurarlo que, según la Escritura Santa: "Maldito es el hombre que hace la obra de Dios fraudulentamente."? (1)

Pero esa devoción que se pretende acompañe á la audición de la Misa no ha de ser puramente exterior, porque esta sería una devoción vana é infructuosa, al menos para el que la practica, sino á la vez interior ó espiritual, como la describe Hugo de S. Víctor (2) "La elevación de la mente hacia Dios, por un piadoso y humilde afecto, apoyado en la Fe, la Esperanza y la Caridad," ó como la define Dionisio el Cartujo, diciendo: "La verdadera y segura devoción es la prontitud del apetito superior ó de la voluntad para aquellas cosas que pertenecen á Dios, con cordial detestación y fuga de todo pecado mortal, ya sea que esto sea con fervor sensible ó nó," (3) definición que está en armonía con la que dá Sto. Tomás al decir que la devoción es: "Una voluntad firme, pronta y resuelta de entregarse á todo lo que conduce al culto y servicio de Dios." (4)

De las precedentes definiciones, á primera vista se echa de ver la grande importancia y aun necesidad de la verdadera devoción, y con cuánta razón la encomia San Francisco de Sales, diciendo: (5) "La devoción es la dulzura de las dulzuras y la Reina de las virtudes, porque es la perfección de la Caridad. Si la caridad es leche, la devoción es la nata; si es una planta la caridad, la devoción es la flor; si es una piedra preciosa, la devoción es su brillo; si es un bálsamo, la devoción es olor de santidad que conforta á los hombres y regocija á los Angeles." Y S. Ambrosio compendiando, y en una expresión muy breve, dice cuanto podía decir de la excelencia de esta virtud: "La virtud de la devoción es la primera en el órden y el fundamento de todas las virtudes." (6)

Propagad, pues, por todas partes la verdadera devoción, haced devotos á todos los cristianos y, no lo dudeis, tendreis muchos y muy fervorosos asistentes á la Sta. Misa, que, unidos en coro con los millares de Espíritus Angélicos que á la hora del Sacrificio Eu

(1) Jerem, 48. 10

(2) Hugo de S. Vic.—léase-Juan Gers. Trat, 6 sobre el Magnif. not. 2. (3) En la Exort, á los Novics.

carístico, se agolpan ante el Altar para rendir sus adoraciones al Dios-Hombre que se sacrifica por la salud del mundo, entonen juntamente con ellos sublimes himnos de amor y glorificación á ese gran Dios Víctima de amor y caridad; tendreis mucho más: tendreis valerosos atletas que, peleando con denuedo en los campamentos de la Religión, y haciendo una guerra sin tregua al vicio y á la inmoralidad, no duden sacrificar con heroica abnegación, sus intereses, sus comodidades y aun su propia vida, por los intereses de Dios que forman su divisa y el móvil de todas sus operaciones; porque son almas templadas en el fuego abrazador de la Caridad refinado en su supremo grado por la devoción.

Y ¿dónde encontrar el maravilloso secreto para hacernos de ese riquísimo tesero? ¿Cómo lograremos el llegar á obtener para nosotros y para los demás esa bellísima virtud de la devoción de tan trascendental influencia é importancia? De una manera muy sencilla, responderé: abriendo el Libro de oro de la Suma Teológica del Angel de las Escuelas, en ese gran Libro en que se encuentran multitud de cosas verdaderamente divinas, ahf veremos revelado ese precioso secreto, que sirve para formar los Santos, en estas breves y sencillas palabras: "La causa de la devoción es triple: una extrínseca que es Dios que la da á quien quiere por gracia: la otra es intrínseca y es doble, á saber, la contemplación de la bondad de Dios y de sus beneficios, por una parte, y por la otra, la consideración de los propios defectos que excluye la presunción." (1)

El mismo Sto. Tomás dice en otro lugar: (2) "Las cosas que pertenecen á la humanidad de Cristo excitan demasiado la devo ción y llevan á ella como de la mano; y esto, ya sea que la devoción verse sobre lo perteneciente á la divinidad, ó á una y otra á la vez." Y en otra parte: (3) "La consideración de todo lo que excita el amor de Dios causa la devoción, pero la consideración de lo que distrae la mente de las cosas divinas la impide." Y S. Buenaven. tura nos enseña que: (4) "El fervor de la devoción se nutre y se conserva en el hombre por el frecuente recuerdo de la Pasión de

(1) Sto. Tom. 2, 2. q. 82. 3. o.

(2) Ibi, ad. 1.

(3) Ibi, ad 3.

(4) De Profec, vitae ad Sorores c. 6.

Cristo." Y que sin el espíritu de devoción al que conduce la oración, la Religión es toda árida é imperfecta.” (1)

Incúlquese á los fieles las doctrinas precedentes, completándose y ampliándose convenientemente, con vista de los Autores: enséñeseles á orar y á meditar sobre ellas; indúzcaseles de un modo eficaz y prudente á permanecer en el estado de gracia y se lograrán en ellos los fines pretendidos.

(1) S. Buenav. De Perfec. vitae ad Sorores, c. 6., quiero decir: Lib 2 de Profectu Relig. c. 73.

MEMORIA

formada por el Sr. Prebendado Don Pantaleón Tortolero.

La memoria presentada por el Sr. Prebendado Don Pantaleón Tortolero (hoy Canónigo de Guadalajara) consta de dos partes de las cuales la primera mucho más prolija que la segunda es enteramente doctrinal y demuestra el grande empeño con que su autor se consagró á un estudio concienzudo del tema en cuestión. En esta primera parte afirma con razón el Sr. Tortolero, que el medio más á propósito para verificar el tema propuesto, es dar á conocer á los fieles la excelencia del Santo Sacrificio de la Misa, sus efectos y su eficacia como obra de expiación y como sufragio. En seguida desarrolla cada uno de estos tres puntos, extendiéndose en la enumeración y exposición de los efectos que reduce á cuatro, deduciéndolos de aquellas cuatro cualidades del Sacrificio de la Nueva Ley: Latréutico, Eucarístico, Satisfactorio é Impetratorio. Esta úl