ACTO QUINTO. : (Es de noche el teatro representa el famoso patio de los leones, con la fuente de este nombre en medio varias calles de agrupadas columnas forman el contorno, que se pierde á larga distancia ; óyese de cuando en cuando el sordo ruido del viento, y se divisa en el suelo una compuerta de hierro, que denota cerrar la entrada de un camino subterráneo.) ESCENA I. MORAYMA, FATIMA. MORAYMA. (Acercándose lentamente.) ¿ Tiemblas, querida amiga?... ¡Ay! tú no eres Con magestad terrible lisonjean Mi profundo dolor... y apenas huello (Dirígese á la fuente, hinca una rodilla en tierra, y queda abandonada á su melancolía.) FÁTIMA. ¿Y asi vos misma Quereis acrecentar vuestros tormentos, Cual anunció el esclavo, ¿ no hay mas medio Por mi ley, por mi amor... MORAYMA. Sí, caro esposo, Ya oigo tu triste voz!... y si conservo En la noche fatal !... Aun te estoy viendo, No poder apartarle de tu seno, De tu infeliz Morayma!... Alí será; no temas : los perversos No osarán profanar con su presencia ESCENA II. MORAYMA, FATIMA, ALI. ALÍ. Morayma... MORAYMA. Él es... ¿Adónde está mi hijo? ALÍ. En este mismo instante vais á verlo. MORAYMA. ¡A mi hijo!... No asi, no asi te burles ALÍ. Vos misma lo vereis. MORAYMA. ¿Será posible?... ALÍ. Sí, desgraciada madre : al fin el cielo O á sublevar al inconstante pueblo, Del último infortunio... y al momento por vos, por vuestro tierno hijo... MORAYMA. ¡Ay! yo tambien temblé; yo ví su riesgo, Al recobrar la vida; y que yo propia, Yo traspasaba su inocente pecho. ALÍ. Ese mismo temor, vuestro peligro, MORAYMA. ¿No me engañas, Alí?... ¿ Volveré á verlo, A abrazarle otra vez? ALÍ. El oro pudo Lo que en vano esperé de mi ardimiento : De gozar en su patria sus tesoros MORAYMA. Dios justo y bueno, Esta afligida madre te bendice Per tu inmensa merced! Vuelve á mi seno, Vuélveme, o Dios, á mi adorado hijo, |