Por el amor de mis primeros años, Por tu sangre que corre por sus venas, Por nuestro triste padre!...... Mas si airado Yo la culpada, yo; mi infeliz hijo ¿En qué pudo ofenderte? ¿en qué es culpado?... ¡Ay! aun ignora el inocente mio El nombre de su padre desgraciado!... Yo, hermano, te lo juro: de mi labio De esta madre infeliz; no le condenes Yo guardaré su vida; yo su escudo, BOABDIL. No: tú, querida hermana, cual yo propio MORAYMA. ¿Y el hijo de mi amor?... BOABDIL. Feliz, tranquila, A la sombra del trono de un hermano... MORAYMA (con mayor inquietud). ¿Y mi hijo?... ¿Y mi hijo? BOABDIL. Compadezco Su desgraciada suerte y tu quebranto... MORAYMA (con el extremo del dolor). ¡ Piedad, Boabdil, piedad! BOABDIL. Mas todo cede Al bien y á la quietud de mis vasallos. (BOABDIL se dirige á su aposento, seguido de su comitiva y guardia: MORAYMA permanece inmóvil: los demas acuden á consolarla.) ESCENA IV. MORAYMA, FATIMA, ALI, MAHOMAD. FÁTIMA. Morayma, triste amiga... ALÍ. No á tal punto Os dejeis abatir... Aun queda campo Abierto á la esperanza; aun hay quien tome Mas parte en vuestras penas y cuidados Que vos misma pensais. Que no esté pronto á interceder con ruegos, FÁTIMA. Venid, llorad entre mis tiernos brazos; Que os parte el corazon... MAHOMAD. Quizá aplacado (Arroja á MAHOMAD una mirada de indignacion; y dirigiéndose hacia la parte por donde se fue BOABDIL, dice con el acento del furor reprimido:) Boabdil!.. Boabdil!.. soy madre!... FÁTIMA. ¿Qué haceis? tened; oid... ALÍ. Un solo paso, Una voz, un acento, una imprudencia Quizá pende su suerte en este dia : No lo olvideis, Morayma! FÁTIMA. El desdichado (Vos misma lo dijisteis) ya en el mundo No tiene mas asilo, mas amparo Que su madre... MORAYMA. ¡ Hijo mio !.. ALÍ. Sí, aun es vuestro; Aun quedan esperanzas de salvarlo... FÁTIMA. ¿Nolo escuchais?... Es vuestro; quizá hoy mismo Volvereis á estrecharle en vuestros brazos Sin temor, sin recelos... ¡Hijo mio!.... MORAYMA. ¡Hijo mio! (Yéndose enternecida.) ALÍ ( á Fátima ). Corred, seguid sus pasos; No la dejeis ni un hora, ni un instante FÁTIMA. ¡Ay! ya ha triunfado El tierno amor de madre; y solo anhela |