Venga á asistir al formidable juicio FIN DEL ACTO SEGUNDO. ACTO TERCERO. ESCENA I. EDIPO, YOCASTA, EL SUMO SACERDOTE, PUEBLO, GUARDIA, ESCLAVAS. (EDIPO estará en medio, el SUMO SACERDOTE á su derecha, y vocasta á su izquierda, con un grupo de esclavas detras: á alguna distancia, el pueblo repartido por el ámbito de la plaza ; y en el pórtico del palacio se divisará una guardia.) EDIPO. ¡Y qué, porque obstinado en su porfía La voz de las Deidades se lo ordenan; Y se lo manda un rey, que aunque clemente, Insultos á su cetro no tolera. IV. 14* SACERDOTE. No el cetro de un monarca poderoso EDIPO. Obedecer los Númenes le mandan. SACERDOTE. Acudir á tu voz ellos le vedan. EDIPO. Yo lo veré.-Volad; de fuerza ó grado Conducidle al instante á mi presencia. (Parten algunos de la guardia.) YOCASTA. Edipo... EDIPO. (A Yocasta.) (Al Sacerdote.) Nada escucho. ¡Ay del La ira de Edipo á provocar se atreva! SACERDOTE. Débil mortal, ¿y á quién tus amenazas que ciego Osaste dirigir? ¿Acaso piensas Que el que amparan los Dioses necesita Contra el brazo del hombre otra defensa?... ¡Infelice! los dardos de tu ira Contra tu pecho, sin querer, asestas; EDIPO. En vano, en vano á intimidarme aspiras: Autoridad; á su poder me humillo, SACERDOTE. ¡ Tú su poder!.... Desde el Olimpo ellos EDIPO. ¿No he de saberlo? SACERDOTE (con énfasis). Antes, Edipo, antes que quisieras ! Sacerdote!... EDIPO. SACERDOTE. Los Númenes sagrados Han decretado en su justicia eterna ¿Y á qué aguardas? EDIPO. SACERDOTE. Aguardo á que en los cielos Toque el sol la mitad de su carrera; ¡Qué terror Edipo... YOCASTA. por mis venas se difunde! EDIPO. ¿Qué, Yocasta, qué recelas?.. Un justo rey, el crímen castigando, SACERDOTE. Cuando el cielo en su cólera amenaza, EDIPO. No la inocencia. SACERDOTE. ¿Y quién, ciego mortal, pudo infundirte Tan vana presuncion? ¿Quién en la tierra |