dia, asi como en la de Morayma, he indicado con prolijidad muchos pormenores relativos á la representacion, lo he hecho por creer que tales indicaciones no estarán de sobra, si alguna vez hubieren estos dramas de probar fortuna en las tablas y que cuando mas, serán advertencias inútiles, pero no dañosas; pues de modo alguno impedirán que los actores sigan el instinto de su corazon y dejen campear su talento. PERSONAS. EDIPO, rey de Tebas. YOCASTA, reina. EL SUMO SACERDOTE de Júpiter. La escena en Tebas. El teatro representa una plaza magnífica: en el fondo se ve el pórtico del palacio; á su derecha, la fachada del templo de Júpiter; y en el lado opuesto, la entrada del Panteon de los reyes. TRAGEDIA. ACTO PRIMERO. (El recinto de la plaza aparece lleno de grupos de gente, con ramos de oliva en la mano y guirnaldas en la cabeza, en señal de súplica, postrada ante dos aras que habrá colocadas á la puerta del templo: despues de oirse los acentos de una música religiosa, y al mismo tiempo que amanece, principia el canto del Coro; y al concluirse este, sale del templo el SUMO SACERDOTE.) ESCENA I. EL SUMO SACERDOTE, CORO, PUEBLO. CORO. Acoge nuestros votos, O Jove soberano : Aparta de tu mano El rayo vengador! (Las estrofas 1a, 3a y 5a las cantará un hombre; las ESTROFA I. Si alzamos nuestros ojos, ESTROFA II. Suspende, Dios tremendo, Anuncie tu favor. CORO. Acoge nuestros votos, ESTROFA III. Si en ira te encendieron Los padres delincuentes, Los hijos inocentes Desarmen tu rigor. ESTROFA IV. Al menos, en nosotras El rayo ardiente vibra; Y á nuestros hijos libra De tanto y tanto horror. CORO. Acoge nuestros votos, O Jove soberano: Aparta de tu mano |