Dispútase si forma á los poetas
La natura ó el arte: mas ni alcanzo Que sin vena feliz baste el estudio, Ni el natural ingenio sin cultivo;
Que tanto han menester entrambas prendas De union amiga y fraternal amparo. El que en carrera rápida ambiciona Tocar primero la anhelada meta, Se endureció al trabajo desde niño, Al frio y al calor; se abstuvo cauto De los dones de Baco y Citeréa: El que en los juegos Píticos ahora Toca la dulce flauta, largos años Aprendió dócil y temió al maestro. Mas ya sin estudiar exclaman todos: « Mis versos son un pasmo; ¡ mala plaga Al que postrero quede! No en mis dias Sufrir tal mengua, ó confesar que ignoro Lo que nunca aprendí 37. »
Cual suele á gritos
A la turba incitar de compradores
El que vende á pregon; asi un poeta, De haciendas rico y de caudal á logro, Convoca interesados lisonjeros : Y si con mesa opípara regala, Si al que gastó sus bienes fácil fia, O libra á un infeliz del duro lazo De la forense red, será un prodigio
425 noscere mendacem, verumque beatus amicum.
Tu seu donaris, seu quid donare velis cui,
Nolito ad versus tibi factos ducere plenum
Lætitiæ; clamabit enim : pulchrè, bene, rectè;
Pallescet super his; etiam stillabit amicis
430 Ex oculis rorem; saliet, tundet pede terram.
Ut qui conducti plorant in funere, dicunt,
Et faciunt prope plura dolentibus ex animo; sic
Derisor vero plus laudatore movetur.
Reges dicuntur multis urgere culullis
435 Et torquere mero, quem perspexisse laborant An sit amicitiâ dignus. Si carmina condes,
Nunquam te fallant animi sub vulpe latentes 38. Quintilio si quid recitares, corrige, sodes,
Hoc, ajebat, et hoc. Melius te posse negares,
Que acierte á distinguir por buena dicha Al verdadero amigo entre los falsos. No á consultar tus versos llames nunca Al que colmado hubieres de alegría Con don reciente ó próxima esperanza; Le oirás clamar: « bien! bravo! lindamente!>> A cada frase, absorto, enagenado
Mudará de color, y aun tal vez vierta Lágrimas de ternura; del asiento Saltará de placer, y con la planta El suelo batirá. Que como suele Plañidera alquilada en funerales Fingir mas pena en ademan y voces Que la que muestra el síncero doliente; Asi el adulador con mas ahinco
Suele ensalzar que el que veraz elogia. Cuéntase de los reyes, que si anhelan El pecho sondear de un cortesano, Aprémianle con copas repetidas,
Y en la embriaguez le arrancan si merece Obtener su amistad. Gúardate cauto, Si hicieres versos, de ánimos dolosos Que el fraude encubren cual sagaz vulpeja 38 No asi Quintilio: si con él tus obras Consultabas: « enmienda, si te place, Este pasage, esotro, » te decia; Si osabas alegar serte imposible Expresarlo mejor, y que tú propio
440 Bis terque expertum frustra; delere jubebat, Et malè tornatos incudi reddere versus.
Si deffendere delictum, quam vertere, malles, Nullum ultra verbum, aut operam sumebat ina-
Quin sine rivali teque, et tua solus amares. 445 Vir bonus et prudens versus reprehendet iner
Culpabit duros; incomptis allinet atrum
Transverso calamo signum; ambitiosa recidet
Arguet ambiguè dictum, mutanda notabit; 450 Fiet Aristarchus 39; nec dicet: cur ego amicum Offendam in nugis? Hæ nugæ seria ducent In mala derisum semel, exceptumque sinistrè. Ut mala quem scabies, aut morbus regius urget, Aut fanaticus error, et iracunda Diana;
455 Vesanum tetigisse timent, fugiuntque poëtam
Qui sapiunt : agitant pueri, incautique sequun
Hic dum sublimes versus ructatur, et errat,
Una vez y otra lo intentaste en vano, « Pues bórrese, severo sentenciaba, Y el verso mal forjado vuelva al yunque. » Mas si en lugar de corregir tus yerros, Defenderlos indócil preferias, Ni palabras ni esfuerzos malgastaba ; Y te dejaba, solo y sin rivales, De tí mismo prendado y de tus obras. El sabio y recto juez los versos flojos Condenará; corregirá los duros; Vuelta la pluma con tremenda raya Borrará los que muestren desaliño; Cortará en el ornato el lujo ocioso; Prescribirá mudanzas convenientes, Fijar lo ambíguo y aclarar lo oscuro; Será un crítico, en fin, cual Aristarco 39.
Ni dirá, como algunos : «¿ de un amigo A qué amargar el gusto en cosa leve? » Mas no es tan leve el mal que le amenaza, Si á la risa se expone y al escarnio. Del burlado, ridículo poeta
Huyen los cuerdos y tocarle temen, Cual de ictericia ó lepra contagiado, O atormentado de fatal manía, O demente por ira de Diana; Solo la incauta turba de muchachos Le persigue, le ostiga, le atormenta. Y si algun dia, mientras vaga errante
« PoprzedniaDalej » |