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los dones que nos ha dispensado tu piadosísima Majestad; y siempre implorando tu clemencia, te rogamos que pues nos concediste lo que te pedimos, nos dispongas y favorezcas para recibir los premios futuros. Por Cristo Nuestro Señor.

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Despues el Pontífice, asistido por el Cardenal diácono que cantó el Evangelio, se desnudará de los ornamentos sagrados, que se pondrán sobre el altar; tomará la muceta con la estola; y despues de hacer una breve oracion sobre el faldistorio, se levantará, bendecirá al Sínodo, y se marchará.

En las sesiones siguientes se observará este mismo órden, escepto lo siguiente:

1. No habrá procesion, y por consiguiente todos los Cardenales y Padres, á la hora señalada para cada sesion, se dirigirán á la Basílica de San Pedro; y despues de adorar al Santísimo Sacramento en el lugar designado, segun está dispuesto por el Sumo Pontífice, tomarán los ornamentos de color rojo, á no ser que otra cosa se disponga; marcharán á la Sala del Concilio, y despues de hacer una breve oracion ante la Cruz, ocupará cada cual el asiento correspondiente.

2. La misa será rezada, sin canto del Espíritu Santo, segun las rúbricas. Tampoco habrá oracion á los Padres, ni se prestará la obediencia al Sumo Pontífice.

INVITO SACRO

SOBRE LA INAUGURACION DEL CONCILIO (1).

do

CONSTANTINO PATRIZI, etc.

Si hay un momento en que Roma, centro del muny de la Religion, debe resumir de algun modo y en un solo hecho toda su grandeza moral, es precisamente elen que se celebra la inauguracion solemne del Concilio ecuménico del Vaticano, en el dia glorioso de la Concepcion Inmaculada de la Vírgen, Madre de Jesucristo. En otras circunstancias, la Sede Apostólica concedió á otras ciudades de Oriente y de Occidente el honor y la prerogativa de que en ella se celebraran Sinodos generales, encargados de restablecer la paz de la Iglesia y la paz del género humano. Hoy pertenece esta gloria y esta prerogativa á la metrópoli de la fe.

Mientras que las naciones mas ilustres en que se celebraron célebres Concilios han desaparecido de la faz de la tierra, ó han llegado á ser presa de la infidelidad y la herejía, Roma sobrevive inmortal á todas aquellas ciudades, y, siempre invulnerable en su fe en medio de las nuevas luchas que el infierno suscita, abre sus puertas al campo en que se han de celebrar nuevos y mayores triunfos. Amenazada por las violencias de la impiedad y del desórden, y considerada por el enemigo como una conquista inevitable, lejos de sucumbir, va á ser la

(1) Se llama Invito Sacro al edicto del Vicario de Roma anunciando al pueblo alguna solemnidad religiosa. Estos documentos equivalen á las Pastorales de nuestros Obispos.

reparadora de los males que la impiedad y el desórden han difundido en toda la sociedad humana. Roma permanece, precisamente porque en ella está puesta la piedra fundamental del misterioso edificio, obra del Eterno, obra que no puede destruirse como se destruye una obra humana. Roma es el centro de esta unidad divina que de todas las iglesias del mundo constituye la Iglesia, una, santa, católica, apostólica, cuyos hijos son los fieles de todas las naciones, y á cuya fe deben conformar la suya las generaciones de todos los siglos.

¡Oh Roma! reconoce tu elevada dignidad. Los justos de Sion y de Jerusalen han exaltado la suerte de su pátria, cuando el Profeta Isaías, viendo en espíritu una montaña simbólica, á la que vendrian las naciones de todos los lugares de la tierra, deseosas de encontrar las vias del Señor, oia desde lejos las voces de esas naciones alentándose en su marcha hácia Sion y Jerusalen, porque de Sion y de Jerusalen, y no de otra parte, debian salir la ley de restauracion de la humanidad y la palabra de revelacion de los divinos misterios: De Sion exibit Lex, et verbum Domini de Hierusalem.

¡Oh Roma! esa colonia que sobre la tumba de los Apóstoles hace visible á las miradas del mundo la Sede Apostólica; esa colonia es para ti y para todas las naciones la nueva montaña de Dios; tú eres la ciudad nueva, mejor fundada que la antigua sobre las montañas santas de la tierra prometida, á la que de todos los ámbitos de la tierra llegan las almas sedientas de verdad y justicia: Et erit in novissimis diebus præparatus mons domus Domini in vertice montium et elevabitur super omnes colles et fluent ad eum omnes gentes: et ibunt populi multi, et dicent. Venite, ascendamus ad montem Domini, et ad domum Dei Jacob, et doce

bit nos vias suas, et ambulabimus in semitis ejus: quia de Sion exibit lex, et verbum Domini de Hierusalem. (Isaías, cap. II, versículos 2, 3, 4.)

«Levántate, le diremos nosotros con el mismo Profeta Isaías, y resplandece con mas esplendor que nunca con la luz que te corona y embellece como con un reflejo de la gloria de Dios.» Surge, illuminare Hierusalem, quia venit numen tuum et gloria Domini super te orta est. Si el soplo del infierno envuelve á la sociedad en sombras y en oscuridad, de Ti puede y debe salir un gran dia de gracia, de bendicion y de paz: un sol radiante con luces divinas: Quia ecce tenebræ operient terram et caligo populos, super et autem oratur Dominus. Regocijate, Roma. De los bosques, de los montes, de las islas y de los desiertos, de todas las riberas y estremidades del mundo vienen á ti los que el Espíritu Santo puso para gobierno de la Iglesia de Dios. Vienen á reunirse alrededor del primer Pastor, Padre de todos los cristianos y de tu Pontífice, á formar una Asamblea sacrosanta semejante á la del Cenáculo, que, ante la presencia y bajo los auspicios de la Madre de Jesucristo, realizará esta profecía admirable: que de Sion y de Jerusalen serán anunciadas á todos los hombres las doctrinas y las leyes del Dios de Israel. Regocijete joh Roma! tu filiacion espiritual, que ha sido significada y está representada por el espectáculo de los Obispos católicos, reunidos alrededor del Sucesor de Pedro, llamados por su voz, presididos por su autoridad y protegidos por la Vírgen: Omnes isti congregati sunt venerunt tibi; filii tui de longe venient, et filiæ tuæ de latere surgent. (Isaías, cap. Ix.) Para recibir dignamente un beneficio tan grande, y para recibir los frutos deseados que ha de producir, necesario es que nos

preparemos piadosamente. Si las buenas obras, las oraciones y el sufrimiento de las persecuciones impías atraen de todas partes á la Iglesia las gracias ordinarias y copiosas de que necesita en momentos tan solemnes, los fieles de Roma, antes que todos los demas, están obligados á implorar aquellas gracias sobre el Concilio, por lo mismo que Roma recibe mas próximamente sus ventajas y sus beneficios. Aunque estamos seguros de que Dios no abandonará su Iglesia, y mucho menos en el momento en que va á ejercer la plenitud de su autoridad para el bien de las almas, sin embargo, debemos pedir con mayores instancias el cumplimiento de las promesas infalibles del Redentor, porque Él mismo ha puesto por condiciones la humildad y la confianza. Hé aquí por qué el Padre Santo ha prescrito para Roma, ademas del Jubileo, otras obras saludables, que espera ver realizadas con fruto por todos los fieles, y de tal modo, que edifiquen al mundo con su espíritu eminentemente cristiano y santamente romano.

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Debiendo reunirse el Concilio en el dia de la Inmaculada Concepcion, concede Su Santidad á la novena preparatoria de la fiesta que se ha de celebrar en todas las iglesias, ademas de las indulgencias ordinarias, la de siete años y siete cuarentenas por cada dia, y la plenaria para todo el que, asistiendo cinco dias, confiese y comulgue, ó en el dia de la fiesta, ó en cualquiera otro de la novena ó de la octava.

En todas las iglesias designadas para este efecto habrá sermon desde el primer domingo de Adviento hasta el segundo. Durante la novena estarán espuestas las reliquias mas insignes, como la Santa Faz en San Pedro; las de los Apóstoles San Pedro y San Pablo en San Juan de Letran; la imágen del Salvador en Sancta Sancto

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