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hablando de la primera edad de la Poesía, que se establecieron leyes morales y civiles; y no era regular repitiese lo propio, tratando aquí de la segunda edad. Por esto opinan otros Sabios que las palabras via vita, el camino de la vida, aluden á la Física, y que, equivaliendo Vida á Naturaleza, habla HoRACIO de los sendas ó caminos de la Naturaleza misma, esto es, de sus secretos.

V. 929. Hoi el cántico Pitio entonar sabe. En los Coros del Teatro antiguo había un Flautista que llamaban Choraulus, el qual acompañaba al Coro; y ótro llamado Pythaulus, que tocaba á solo, imitando con la flauta el cántico Pitio que el Coro acababa de cantar á voces solas. Este cántico Pitio se intitulaba así, por ser su estilo semejante al de los himnos que cantaban al Dios Apolo en la Ciudad de Pytho, que, segun algunos Geógrafos antiguos, es la misma que Délfos.

V. 941. Así el Poeta á quien su campo renta,&c. Una de las ventajas mas importantes que HORACIO deséa tenga un Poeta, es la de hallar amigos fieles y desapasionados que le adviertan sus faltas; pero como escribe á los PISONES, que eran Caballeros ricos, daban buena mesa, y estaban en proporcion de poder servir á múchos, les manifiesta la dificultad que tendrán en lograr amigos desinteresados á quienes consultar.

V. 945. y 946. Si sale por fiador del que en pobreza ba caido por ser mala cabeza. HORACIO dice: Spondere levi pro paupere, salir por fiador del pobre ligero, esto es, de aquél que por su ligereza y mala conducta se ve reducido á miseria.

V. 975. Que en astucias imita á la raposa. Alude á la fábula bien sabida de la Zorra, que alabando al Cuervo de que era hermoso, le dixo astutamente que sólo le faltaba tener buena voz: con lo qual le obligó á querer cantar, y logró de este modo que soltase un queso que tenía en el pico. Véase á FEDRO, Lib. I. Fab. XIII.

V. 976. Quando á Quintilio Varo. El ingenioso Poeta QUINTILIO VARO fué natural de Cremona, parien、 te de VIRGILIO, y amigo de él y de HORACIO. Quando éste escribió el Arte Poética, ya había muerto QUIN➡ TILIO; y por eso habla de él en pretérito.

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V. 982. y 983. Le ordenaba inflexible volver al yunque el verso mal forjado. Aunque me he propuesofrecí en el DISCURSO PRELIMINAR de esta Obra › y no entrar á exâminar las prolixas controversias de los Intérpretes de HORACIO no es posible á veces dexar de apuntar brevemente sus dictámenes quando lo pide y merece algun texto en que la variedad de las lecciones, ó la dificultad de comprehender el verda

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dero sentido ofrecen suficiente motivo de duda. Es

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te es, por exemplo, uno de aquellos lugares en que ocurre no póco que advertir. Primeramente se ha seguido en él la leccion mas antigua y mas comunmente autorizada por los buenos Comentadores escribiendo male tornatos, y nó male ter natos; bien que no parecen infundadas las conjeturas que alegan los pócos que han adoptado esta última correccion. Critican algúnos á HORACIO, porque, diciendo versos mal -torneados, no sigue la metáfora que corresponde segun las palabras volver al yunque. Pero le han vindicado mui bien de esta censura otros Sabios, como el BROCENSE JUVENCIO, DACIER Y DESPREZ, que prueban no ser repugnante que en una misma metáfora se hable del yunque y del torno respecto de que el hierro, despues de martillado y ablandado en aquél, se pasa á éste para pulirle: de cuya práctica citan varios exemplos así antiguos como modernos. Con las palabras de mi Version mal forjado, queda, á mi ver, bastante clara y consiguiente dicha metáfora.

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Por otra parte, ántes de usar HORACIO aquella figura, dice que Quintilio mandaba borrar (delere) esto es, quitar, ó suprimir, los malos versos. No podían sonar bien en la Traduccion Castellana las expresiones: borrar, y volver al yunque los versos mal torneados ó mal forjados; porque ademas de que el verbo borrar quitaba toda la propiedad y conseqüencia á la metáfora volver al yunque, parecía no

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ser necesario para la cabal inteligencia del pensamien→ to. Si el Autor debía volver á trabajar enteramente de nuevo alguna parte de su obra, claro está que había de deshacer lo hecho. Y si un Artífice que en vez de una llave ha fabricado v. g. un clavo, le vuelve al yunque para convertirle en llave, no puede darle esta última forma sin destruir ántes la priméra. Así, pues, no se lee en mi Traduccion palabra que li→ teral y materialmente corresponda al verbo delere; pero virtual y formalmente se hallará comprehendida aquella misma idéa particular en la expresion general:

"Volver al yunque el verso mal forjado."

Si no hubiese yo temido dexar lánguida, impropia ó inconexâ la sentencia de HORACIO, hubiera traducido así:

"Le ordenaba inflexible

Volver al yunque el verso mal forjado,

Y del todo borrar lo incorregible.'

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pero estói persuadido de que descartando este último verso, quito á los Censores delicados una justa ocasion de exercitar su crítica.

V. 1001. Aristarco será, &c. ARISTARCO, que fué un gran Crítico, contemporaneo de Calímaco, revió y comentó las Obras de HOMERO, y otros Poetas Griegos con la mayor escrupulosidad. No nos ha quedado de aquel hombre insigne mas que la fama, conservada M

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en los escritos de los antiguos que le aplaudieron, quales fueron CICERON Y PLUTARCO. Así como el nombre de ZoILO ha quedado por apodo para calificar á un Censor injusto y maldiciente, se usa el de ARISTAR➡ co para denotar un Censor prudente y equitativo.

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V. 1017. Si vomitando versos remontados, &c. Algunos Sabios, como LUISINO, MINELIO, y el Abate Mr. BATTEUX han discurrido que toda esta pintura que hace HORACIO del Poeta que extraviado, y engolfado en sus versos, que cree sublimes › cae en un pozo, &c. no debe entenderse en el sentido literal y recto, sinó en el figurado y alegórico. El primero y segundo de aquellos Intérpretes solamente apuntan esta feliz idéa; pero el tercero la explica por menor, y la funda en mui probables é ingeniosas razones. Dice, pues, en substancia: "Si un mal Poeta indócil cae en un error ❝ó absurdo (in puteum,) por mas que clame: Amigos, "ayudadme con vuestros consejos (succurrite,) no le

déis ya el menor auxilio (non sit qui tollere curet.) Expresamente ha querido cometer necedades (pru"dens se dejecit:) Nada le digáis; dexadle que se "pierda por su gusto (liceat perire Poëtis.)"

V. 1031. De Empedocles, Poeta de Agrigento. EMPEDOCLES, Filósofo y Poeta Siciliano, dió en el extravagante capricho de pretender le tuviesen por un Dios inmortal; y queriendo desaparecerse de entre

los

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