Obras poeticas de don Vicente Garcia de la Huerte, Tom 1Libreria en la Aduana vieja, 1778 |
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Strona 58 - Segura partir puedes de que en cuanto este espíritu rija el condolido cuerpo, que tantos males debilitan, su alimento será y manjar continuo llanto y dolor, pesar y sentimiento. Mas, ¡ay de mí, infeliz! ¿Qué he proferido? ¿Yo, que Raquel se ausente pensar puedo? ¿Yo puedo proponerlo y consentirlo? ¿Yo, que aliento al influjo de su vista? ¿Yo, que en fe de que me ama sólo animo?
Strona 35 - Raquel, te aparto, cierta es mi muerte. Pues Alfonso muera; muera yo si a Raquel la vida salvo. Esto ha de ser, Raquel.
Strona 82 - ¿qué graves sobresaltos son los que te combaten y te aquejan? Sin duda debe ser que como el Cielo no te crió para tan alta esfera, como es el Solio regio, mal se halla tu natural humilde en su grandeza. Tomen ejemplo en mí los ambiciosos, y en mis temores el soberbio advierta que quien se eleva sobre su fortuna, por su desdicha y por su mal se eleva.
Strona 103 - Raquel mía ; mi ceguedad te mata; y pues es ella la culpada, con lágrimas de sangre lloraré yo mi culpa y tu tragedia. Yo os perdono, vasallos, el agravio ; alzad del suelo, alzad; sírvaos de pena contemplar lo horroroso de la hazaña que emprendisteis en esa beldad muerta.
Strona 61 - Cuánto me pesa en este llanto explico. ALFONSO Pues si mi desventura es tan notoria, y esta vida, este espíritu mezquino como inútiles prendas considero : (Sacando la espada.) acero noble, rayo que, esgrimido de mi diestra, blasones duplicasteis A Marte poderoso, ya os dedico a mejor ministerio : sed piadoso instrumento de amantes sacrificios. Y tú, Raquel, si quieres testimonios de mi constante amor ciertos y fijos, pues no oyes mi razón, estas alfombras te los ofrezcan con mi sangre escritos....
Strona 97 - No , traidores; no aleves ; no cobardes; y si porque amo a Alfonso , me sentencia vuestra barbaridad , no me arrepiento : nada vuestros rigores me amedrentan. Yo amo a Alfonso , y primero que le olvide , primero que en mi pecho descaezca aquel intenso ardor , con que le quise , no digo yo una vida , mil quisiera tener , para poder sacrificarlas a mi amor.
Strona 51 - Deja que, avivando el dolor y sentimiento . el fuego que en mi pecho se alimenta, en las aras de amor mi triste vida ofrenda noble y holocausto sea. Porque vea Raquel que si ha podido el cuerpo separar la suerte adversa, el alma no; que libre de embarazos a Raquel volará como a su esfera.
Strona 64 - ... dependen los que quieran ofenderte. Los doce mil soldados que destino para asediar a Cuenca, ya en Toledo entrando van; fiada en tal presidio, tu gusto ley de mis vasallos sea. RAQUEL. Por testimonio de tu amor lo estimo. ALFONSO. Y porque mi presencia no embarace jque obres con libertad, yo ¡me retiro Adiós, bella Raquel.
Strona 64 - ALFONSO. Ya estás, Raquel, en el lugar sagrado donde nunca alcanzar podrán los tiros de tus contrarios; ya mi imperio todo está en tu mano; ya de tu albedrío dependen los que quieran ofenderte. Los doce mil soldados que destino para asediar a Cuenca, ya en Toledo entrando van; fiada en tal presidio, tu gusto ley de mis vasallos sea.
Strona 44 - ¡ay de mí! que aunque me aliento en vano, lucho con mil recelos y sospechas, y de un trágico fin o desventura el justo horror de confusión me llena. Que lidiar contra un vulgo alborotado, oponerse al poder de la Nobleza, y mantener una privanza injusta, ¿quién sino un despechado lo emprendiera? ¿Pero qué importa aventurar la vida?