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San Cipriano, á convertir en una Iglesia humana la Iglesia ó sociedad Divina que instituyó en la tierra el hijo de Dios Jesu-Christo, nuestro celestial y único Maestro.

40 A las palabras arriba citadas del autor francés añaden los editores la nota siguiente: "Esto debe convencernos de la suma reserva con que se deben leer las >>>traducciones de la Sagrada Escritura en lengua vulgar, especialmente las en que, >> bajo pretexto de dar mas claridad á las sentencias 6 hermosura á la locucion, se >permite alguna especie de paráfrasis." Muy cierto es esto, especialmente si los traductores ó los autores de la paráfrasis no son cathólicos, ó se hacen sospechosos de malas doctrinas. No creo que semejante prevencion se dirija contra esta nueva version de la Biblia, en la cual no hay ningun texto que no esté traducido literalmente. Porque seria muy crasa ignorancia, ó pura malicia, el llamar paráfrasis á una frase ó voz castellana con que, variada la metáfora, se explique mas claramente que con la frase latina de la Vulgata el sentido que la Iglesia con el comun de los Santos Padres dá á la Sagrada Escritura. Y á ignorancia ó á espíritu de partido atribuí el que un amigo mio y de los editores, eclesiástico respetable y virtuoso, muy instruido en las disputas ó cuestiones escolásticas entre cathólicos, pero poco en las materias dogmáticas, reprobase con extraordinario calor la traduccion que hice de la respuesta de Jesu-Christo Señor nuestro al presidente Pilatos, y especialmente de las palabras de la Vulgata: Nunc autem regnum meum non est de boc mundo. (Véase la nota al pasage citado que ya imprimí en el Apéndice en la Fé general de erratas, correcciones y mejoras). De la misma ignorancia provendrá que alguno haya reputado parafrástica la traduccion de varios textos, como v. gr.: Quod facies ejus esset cornuta (Exod. XXXIV. 29), que despedia su rostro rayos de luz.= Divisisti pedes tuos, etc. (Ezech. XVI. 25). Te prostituiste, etc. = Erexit cornu salutis nostra, nos suscitó un poderoso Salvador, etc., etc., etc.

41 "Cuando no sea otra cosa (prosiguen en la nota) á lo menos limitan la ex>presion de la Sagrada Escritura, rica en sentidos, á su sentido particular; y en »vez de un libro divino nos dan un libro humano." A lo primero, de limitar la expresion, responderán San Gerónimo, el autor de la Vulgata y los Santos Padres, que muchas voces hebreas, especialmente sin puntos vocales, tienen tres, cuatro ó mas significaciones; y asi es que no pueden traducirse con la misma generalidad por falta de correspondencia en la lengua latina y otras. Una prueba de esto es la voz hebrea 17 que en la traduccion griega se explicó por ἐπιέτιον, y despues esta misma voz griega la Vulgata la traduce supersubstantialem en el Evangelio de San Matheo, c. VI. 11, y quotidianum en el de San Lucas, c. XI. 3. ¿Es esto limitar la expresion á su sentido particular? No creo que los editores hagan tan poco aprecio de la Vulgata latina, declarada auténtica por la Iglesia. Los que limitan la Sagrada Escritura á su sentido particular son los que, para apoyar sus opiniones, la traducen contra la comun inteligencia de los Santos Padres y Expositores catholicos. Es de desear que los editores hubiesen examinado antes la nueva version castellana de la Biblia, y visto en ella muchísimas voces y frases traducidas de modo que ya no tienen la oscuridad y limitacion que por precision tuvo

que darles el autor de la Vulgata, y no pudo corregir el máximo entre los Expositores San Gerónimo, por falta de correspondencia en el idioma latino. Y si algunas veces, por la misma razon, no ha sido posible hallar en castellano la tal correspondencia, entonces es cuando para suplir este defecto, y hacer inteligible la expresion de la Vulgata, ó del texto original hebreo ó griego, se ha recurrido al medio de añadir en letra cursiva alguna palabra, como para denotar el sentido de virtutes cœlorum la añadidura de ángeles. Pero por ventura ¿es esto traducir segun el sentido particular ó privado? ¿No basta para explicar el sentido de virtutes cœlorum la autoridad de casi todos los Santos Padres y mas célebres Expositores? ¿Será esto dar un libro humano en vez de un libro divino? Quien le quita la autoridad divina son aquellos que por no leer las Santas Escrituras, ni trabajar por entenderlas, usan de sus textos de un modo lastimoso truncando palabras, y acomodando ó violentando el sentido á favor de sus opiniones.

S. III.

Sobre la Vulgata latina, y auxilios con que se ha hecho esta version 'castellana de la misma.

42 De la Iglesia recibimos las Sagradas Escrituras, habiéndonos señalado ella las que lo son; y es evidente que sin esta regla infalible no podríamos distinguir lo que dice Dios de lo que dicen los hombres: á no ser que diésemos en el delirio de los que afirman que Dios debe revelarlo á cada hombre en particular. Segun las reglas de estos incrédulos, siendo el misterio de la Resurreccion de Jesu-Christo el fundamento de toda la Religion, Jesu-Christo deberia resucitar á la vista de cada hombre que nace al mundo. Á tales extravagancias conduce la necia altivez del que no quiere creer á la Iglesia. Presumirán sin duda de un talento mayor que el elevado entendimiento del gran padre S. Agustin, el cual decia: Ni al Evangelio le creeria yo, si no me moviera á ello la autoridad de la Iglesia; porque ella, que es la columna de la verdad, nos asegura ser tal escrito verdaderamente palabra de Dios. La Iglesia, pues, que nos señala cuales son los libros dictados por Dios, es la que nos ha de fijar tambien su verdadera inteligencia, especialmente en los lugares oscuros ó difíciles; y por consiguiente solamente á ella pertenece declarar si las traslaciones son ó no conformes al original. La innumerable multitud de versiones latinas de la Sagrada Escritura, que habia ya en tiempo de San Gerónimo, y las muchas variaciones que se observaban en los códices, movieron al santo Doctor á trabajar otra, á instancia de nuestro insigne español el Papa San Dámaso, valiéndose del texto hebreo para el Antiguo Testamento, y del griego para el Nuevo. Esta version, conocida con el nombre de Nueva, fue luego muy estimada en la Iglesia latina; y ya por los años de 394, á instancias de Lucenio, Obispo de la Bética, pasaron de España á Belen seis notarios ó escribientes para sacar de ella una copia exacta 1. De la nueva version de San Gerónimo, y de otra 1 S. Hier. De Scrip. Ecl.

que usaba anteriormente la Iglesia, llamada Itala por San Agustin, Comun por Şan Gerónimo, Antigua por San Gregorio, y Vulgata por Orosio, resultó despues de dos ó tres siglos la tercera version; la cual se apropió luego el nombre de Vulgata, por ser la que mas se divulgó ó usó entre los fieles. Y asi esta Vulgata ni es la version de San Gerónimo, ni la Vulgata antigua; aunque hay muchos libros segun aquella, y otros segun ésta.

43 El santo Concilio de Trento, viendo la multitud y diversidad de versiones latinas que corrian, creyó que era necesario el que hubiese una aprobada y reconocida como auténtica por la Iglesia. Y tal fue declarada la nueva Vulgata, en el año 1546, en la sesión IV, canon 2, en que manda el Concilio que se venere como auténtica en las lecciones públicas, en las disputas, en los sermones y en las explicaciones de teología; prohibiendo que nadie ose desecharla bajo pretexto alguno. Pero debe tenerse presente que el santo Concilio jamas pensó extender esta autenticidad hasta las partículas, puntuacion, &c.; de suerte que no dejase lugar á ninguna correccion por pequeña que sea. Porque, despues del decreto se corrigieron algunos defectillos en la edicion de Sixto V, y aun despues en la de Clemente VIII, que se hizo en 1593; en la cual quedan todavía ciertos lugares que, a juicio de varios sabios cathólicos Y del mismo Pontifice podrian enmendarse: defectos todos de poco momento, y que en nada perjudican al decreto en que el santo Concilio declaró como auténtica la Vulgata, en lo que pertenece á la fe y buenas costumbres: pro authenticâ habenda in his quæ ad fidem et mores pertinent 2. Por esto debe moderarse y corregirse el zelo indiscreto y poco. ilustrado con que algunos quisieran definido que ni el mas mínimo ápice de esta version latina de la Sagrada Escritura puede mudarse: zelo que da ocasion á los protestantes para calumniar á la Iglesia romana, de quien falsamente dicen que, despreciando las fuentes de la Palabra Divina, 6 los textos originales dictados por Dios, se contenta con beber en las turbias corrientes de las versiones. "No se habló en >>el Concilio (dice muy á propósito el Ilustrísimo Scio), no se habló de los tex>>tos originales hebreo y griego; los cuales quedaron con su autenticidad intrínseca >>(ni á la verdad necesitaban que se les diese, teniéndola esencialmente): como >> afirman los sabios teólogos españoles del mismo Concilio Vega y Salmeron 3, aunque los protestantes esparcieron voces en contrario. Solo se trató en el Concilio »de las versiones latinas, cuyo número se multiplicaba de dia en dia sin término; » y se decidió prudentísimamente que de todas ellas la Vulgata era la sola edicion »que la Iglesia reconocia por auténtica: que ella era regla infalible de la fe, y que >>no contenia cosa alguna contraria á la misma fe y buenas costumbres, y que por >> tanto se le debia dar entera creencia 4." Esta version latina, que por ser mas conforme al original, prefirió á las otras el santo Concilio, es la que intentamos trasladar á nuestra lengua, siguiendo el camino que abrieron los Padres españoles del siglo XVI, maestros que fueron tambien de nuestro incomparable idioma.

1 Véase Lucas Burg.-Belarm., etc. Pro authenticâ, esto es, en lugar de auténtica.

3 And. Vega lib. XV. c. 9. Salm. Prol. III. 4 Belarm. De Verbo Dei. lib. II. c. 2.

44 Es facil observar que en las preciosas obras de nuestros sabios y piadosos escritores de aquel siglo, que con tanta razon se llama siglo de oro de nuestra España, se hallan traducidos al castellano grandísimo número de pasages de la Sagrada Escritura. Con la idea, pues, de formar una version castellana de la Biblia, que fuese casi toda obra de aquellos varones eminentes en sólida virtud y profunda sabiduría, fuí recogiendo muchos años hace en pequeñas cédulas los versos que iba hallando traducidos. Recorridas todas las obras de los tres elocuentes Padres Luises, Granada, Leon, y Puente, las de los dos Alonsos, Rodriguez y Orozco, las de Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Estella, Rivadeneyra, Marquez, Malon de Chaide, Cáceres, el maestro fray Juan de Soto y otros, hallé trasladadas casi las dos terceras partes de la Biblia. Pero luego advertí que no podria llevar cumplidamente al cabo mi designio, ya por ser algo parafrástica la version de algunos textos, ya tambien por el uso de ciertas voces y frases, que ahora, variados los tiempos, parecerian ó demasiado familiares, ó bajas, ó á lo menos confusas por desusadas, ó á las cuales ha substituido el uso otras mas sonoras y dulces. Omitiendo varios ejemplos, véase como traduce el venerable Granada las voces latinas hircus, cornu, pelvis, renes, etc. No obstante, me ha servido muchísimo esta coleccion de textos de la Escritura traducidos; pues sobre ser la mayor parte de ellos conformes á la letra de la Vulgata, aun en los restantes que tienen algo de paráfrasis he hallado grandes auxilios para formar la traduccion literal: en la cual me ha parecido que podian quedar algunas palabras ó modismos anticuados, que dan cierto aire de dignidad, y parecen propios en escritos antiguos como la Biblia. Asi lo ha practicado el dominico P. Pr. Fr. Diego Fernandez, en la Traduccion literal del Salterio al idioma castellano, compuesta principalmente con los versos que tradujo en sus obras el venerable Luis de Granada, é impresa en Segovia en 1801. Para suplir la parte de la version castellana de la Escritura que no se halla en las obras de los sabios españoles mencionados, me he valido mucho de las versiones anteriores á la del Ilustrísimo Scio, que ya consultó muy particularmente este juicioso traductor; cuyo trabajo en el cotejo é ilustracion de varios pasages, y sobre todo la erudicion de sus notas, han allanado notablemente el sendero para que con el tiempo llegue á tener España la mejor traduccion de la Sagrada Escritura. Digo la mejor, porque es bien conocida de los sabios la admirable semejanza de nuestra lengua con las orientales hebrea y griega en muchas frases y mo

dismos.

45 Ademas de las versiones antiguas castellanas de que hace mérito el Ilustrisimo Scio, he tenido presente la que hizo del Pentateuco Yosseph Franco Serrano, impresa en Amsterdam, en casa de Mossech Dias año de 5455 (esto es, 1695); y la de los libros de Josué, Jueces y Reyes, que en 1722 publicó Isaac de Acosta, impresa en Leyden, en casa de Thomas Van-Ge'el. "El traductor de la Bi>>blia llamada de Ferrara (dice Acosta) demasiado de exacto, tradujo tan en rigor »á la letra, que ademas del escabroso estilo, que causa la improporcion de algu> nos adverbios y términos de una lengua con otra, escurece de tal modo el senti»do en algunas partes, que, ó no puede entenderse la oracion, 6 se entiende muy

»diferente." Asi Acosta como Serrano traducen ya con mas claridad, acomodándose al genio de la lengua española, que conocian muy bien. Tambien me ha servido como de modelo de buena traduccion el precioso fragmento de la version castellana de una pequeña parte de la Sagrada Escritura, obra del siglo XVI, de autor desconocido, que se conserva entre los manuscritos de la Biblioteca Real, hecha con la fluidez que manifiestan estos versos que copio aquí como por muestra.

III. REGU M.

V. 12. Et atrium majus rotundum trium ordinum de lapidibus sectis, et unius ordinis de dolata cedro: necnon et in atrio domus Domini interiori, et in porticu domus.

13 Misit quoque rex Salomon, et tulit Hiram de Tyro,

14 filium mulieris viduæ de tribu Nephthali, patre Tyrio, artificem ærarium, et plenum sapientiâ, et intelligentiâ, et doctriná ad faciendum omne opus ex ære. Qui cum venisset ad regem Salomonem, fecit omne opus ejus. Etc.

EZECHIELIS.

y 1. In vigesimo quinto anno transmigrationis nostræ, in exordio anni, decima mensis, quartodecimo anno postquam percussa est civitas: in ipsa hac die facta est super me manus Domini, et adduxit me illuc.

2 In visionibus Dei adduxit me in terram Israel, el dimisit me super montem excelsum nimis: super quem erat quasi ædificium civitatis vergentis ad Austrum.

3 Et introduxit me illuc : Et ecce vir, cujus erat species quasi species æris, et funiculus lineus in manu ejus, et calamus mensura in manu ejus: stabat autem in porta.

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12 Hizo el atrio mayor todo al rededor de tres órdenes de columnas pulidas, y cada uno de los techos era de cedro bien labrado. Lo mismo hizo en el atrio interior, donde estaba la casa de Dios, y en el pórtico de la misma casa.

13 Envió pues el rey Salomon á Tyro por Hiram,

14 hijo de una viuda de la tribu de Nephthali, y su padre era de Tyro: este era latonero, lleno de sabiduría, inteligencia y doctrina para hacer cualquier obra de metal. El cual vino llamado de Salomon y le hizo toda la obra. Etc.

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