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tores la mira en enlazar un versiculo con otro, es la causa de que se interrumpa el sentido del texto, y la contemplacion del que reza el Salmo.

Tampoco se halla el sentido claro y seguido en las traducciones literales, porque siendo el texto en sí dificil y obscuro, ha de salir precisamente con las mismas qualidades la traduccion literal que se haga de él. Para vencer, pues, estas dificultades, han trabajado varios autores obras muy curiosas, ya intercalando la paráfrasis de letra bastardilla con el texto, como hizo el celebre Raynerio Snoy Goudano; ya con notas precio. sas, aunque sucintas al pie de cada uno de los Salmos, como lo practicó el Sapientisimo Francisco Bellenguer, Doctor Parisiense, y ya de otros modos ingeniosos y breves, como se puede ver en la dilucidacion de los Salmos, que con tanto aplauso inventó el Reverendisimo Padre Germano Cartier Benedictino, llevado del zelo que enseña su Patriarca en el citado capitulo de su regla. No es mi intento reprobar ninguno de estos modos de facilitar la inteligencia de los Salmos; antes bien los cito para alabar los buenos deseos que han tenido estos y otros muchos autores de lograr tan util fin. Pero sin embargo entre todos los medios que el zelo ha dictado à tantos Sabios para conseguirle, ninguno me ha parecido mas propio que el que siguió el sabio y piadoso Autor de la presente obra.

Salió ésta á luz la vez primera en París en len gua francesa con aprobaciones, elogios y recomendaciones de diez y seis Obispos de los mas doctos de la Francia; y toda ella la recibió con

general aplauso, especialmente los Eclesiásticos, seculares y regulares, pues con este auxílio lograron entender breve y facilmente lo que muy pocos apenas lo alcanzaban con mucha dificultad. Su sabio Autor, despues de un largo estudio sobre la significacion, energía y propiedad de la raíz hebrayca, syriaca, arabiga, y caldayca, y despues del examen, y cotexo de los mas clasicos Expositores de los Salmos, vino al fin á publicar esta preciosa y admirable obra, que ha sido repetidas veces reimpresa en Francia, y que traducida en italiano, fue dedicada al Sumo Pontifice Benedicto XIII. por su Camarlengo, con cuya aprobacion, y el universal aplauso de los Sabios ha merecido que se multiplicasen sus ediciones.

Descoso yo de comunicar á los fieles de nuestra nacion este precioso tesoro que con tanto apre cio y utilidad corre en las extrañas, me dediqué à traducirla en castellano dos años ha en los ratos que me dexaban libres las ocupaciones de mi comision, procurando al mismo tiempo consultar los Salmos traducidos con muchos de los principales Literatos de Madrid : y ya tenia casi concluida la traduccion del italiano, quando llegó á mis manos el original frances, que para lograrle fue necesario enviar por él á París. En él hallé la dedicatoria del Autor á la Reyna destronada de Inglaterra, su prolego y las aprobaciones de los diez y seis Obispos, las quales publíco traducidas, porque contienen quanto puede decirse en recomendacion del merito y utilidad de la obra. En vista del informe, y dictamen de unos Prela

dos tan sabios y zelosos, sería superfluo quanto pudiera yo añadir sobre esta materia. Pero no lo será, advertir á mis Lectores, que en esta traduccion he procurado dos cosas: la primera conservar el sentido y pensamientos del Autor, cuya exactitud en seguir el verdadero sentido literal está bien apoyada con los testimonios dichos: la segunda poner mi traduccion en castellano, evitando quanto he podido los galicismos que habian pasado tambien á la italiana. Con todo no será extraño que se haya escapado alguno á mis repetidos exâmenes. En fin tal qual sea mi tra bajo, tendrá la recomendacion de haberse hecho en beneficio del público.

Siempre ha mirado la Iglesia los Salmos co

mo uno de los libros de la Escritura, de que mas utilidad pueden sacar sus hijos. Por eso se han aplicado tantos Escritores á facilitar su inteligencia à los fieles, ya por medio de comentarios, ya de traducciones literales, ya de interpretaciones, ò breves paráfrasis. Resuelto yo tambien à emplear mi trabajo en la ilustracion de un libro tan lleno de instrucciones y afectos piadosos, nunca pensé ni comentarle, ni traducirle enteramente à la letra ; reflexionando, que el comentario por lo comun solo sirve para un corto número de personas; y que siendo el texto sumamente obscuro, nunca podria salir la traduccion literal bastante inteligible. Y aunque entre las interpretaciones francesas de los Salmos hay algunas de que hago mucho aprecio, me pareció sin embargo, que aun se podria hacer una nueva, que no fuese inutil.

Con efecto quizá tendrá alguna particularidad, de que carecen las publicadas hasta ahora por autores excelentes, una en que el Profeta hable segun el genio de nuestra lengua, sin decir por eso otra cosa mas que lo que efectivamente dice; y en que se modifiquen las expresiones y figuras del texto, sin alterar nunca el sentido; se exponga siempre cla ramente el literal, y se apunten los demás, que este contiene; se forme un discurso seguido de cada Salmo por medio del particular enlaze, que

se descubra entre los versiculos que le componen; se extiendan moderadamente los pensamientos y afectos, sin dexar al Lector sospecha alguna de haber mezclado cosa extraña; y finalmente se conserve la energía, la nobleza, y sobre todo ,y la uncion del texto.

Sobre este plan he trabajado la obra que presento al público. No me lisonjeo de que habré desempeñado plenamente la idéa que me propuse; pero à lo menos he procurado con el mayor esmero manifestar claramente el sentido de cada Salmo, y conservar quanto es posible, en la interpretacion la dulzura y suavidad del texto. Si acaso he llegado à conseguirlo, no sin razon podré esperar que pueda ser util mi trabajo.

Porque no solo servirá para los seglares, que todos leen los Salmos, y usan de ellos en sus oraciones quotidianas, sino aun tambien para mu chos eclesiasticos, que los rezan cada dia tal vez con menos fruto del que sacarian, si comprehendiesen mejor su sentido: pues la perfecta inteligencia de lo que pronuncian fixaria su entendimiento, è inflamaria su voluntad.

Se lamentan algunos de que siendo ahora la eloquencia del púlpito mas estudiada que en otros tiempos, es muy seca y estéril en boca de algunos predicadores, que la emplean demasiado en discursos ingeniosos. Por lo mismo juzgo muy del caso una interpretacion de los Salmos, como la que he trabajado, la qual suministrará una infinidad de afectos tiernos, y llenos de uncion, que no pueden dexar de imprimirse en los cora zones, siendo dictados por el Espiritu Santo.

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