SALMO LX. ESTE SALMO ES UNA ORACION DE DAVID llena de afectos de esperanza, que confortaban á este Principe quando su hijo le perseguia. Conviene á Jesu-Christo, y á la Iglesia militante. Exaudi, Deus, de precationem meam: intende orationi mea. A finibus terra ad te clamavi, dum an xiaretur cor meum: inpetra exaltasti me. Dilexisti me, quia factus es spes mea: turris fortitudinis à facie inimici. Inhabitabo in tabernaculo tuo in sacula: protegar in velamento alarum tuarum. Quoniam tu, Deus Escuchad, Dios mio, los ruegos que os dirijo; aten ded á mi oracion. Perseguido de mis enemigos, hasta los desiertos mas remotos, oprimido de afanes é inquietudes, clamé por vuestro socorro : y me levantasteis como sobre una roca inaccesible desde donde pudiese despreciar todas las tempestades. Como siempre habeis sido mi unica esperanza, habeis guiado mis pasos por veredas seguras, y habeis sido para mí como una torre inexpugnable á todos los asaltos de mis enemigos. Alli permaneceré para siempre con Vos: alli estaré siempre á la sombra de vuestras alas. Porque Vos, Dios mio, la rebelion de Absalón. Se exhorta á sí mismo, y á sus aliados á esperar en el Señor. A todos es facil ver el uso que puede hacerse, y el fruto que puede sacarse de este Salmo. Porqué mi alma no ha Nónne Deo subjec de subordinarse siempre al ta erit anima mea? Veruntamen Deo subjecta esto, anima mea: quoniam ab ipso patientia mea. Quia ipse Deus meus, & Salvator meus: adjutor meus, non emigrabo. In Deo salutare Señor, si solamente de él espero mi salvacion ? El es mi Dios, mi Salvador, mi defensor, y asi nada puede ya alte rarme. Hasta quándo habcis de perseguir á David? vosotros que os unis todos para quitarme la vida, vosotros me mirareis sin duda como una pared, que se desprende y amenaza ruina. Mis injustos perseguidores resolvieron destronarme : me ví precisado á huir con tal priesa, que ni aun tiempo tuve para beber: esto tramaban los traidores en su corazon, al mismo tiempo que me bendecian con la boca. Pero tú, alma mia, sujetate siempre al Señor, porque de él ha de venir el socorro que espero. El es mi Dios, mi Salvador, mi defensor: ninguna cosa me podrá al terar. En Dios he puesto mi meum, & gloria mea: gloria, mi salud, mi apo yo y mi esperanza. Y tú, pueblo congregado en mi seguimiento por fidelidad y por obligacion, espera tambien en el Señor, derrama tu corazon en su presencia, que El siempre nos amparará. Verdaderamente los hijos de los hombres no son mas que vanidad, ni saben dar el justo peso á las cosas: se engañan unos à otros, afirmandose en fragiles apoyos que se les rompen entre las manos. Guardate, pues, pueblo fiel, de poner tu esperanza en la iniquidad, no desees bien alguno que sea fruto de injusticia; y aun quando te vengan las riquezas en abundancia, no pongas el corazon en ellas. Una vez habló Dios á nuestros padres y he aprendido estas dos cosas: que es omnipotente y misericordioso y asi Vos, Señor, tratareis á cada uno segun sus obras. DAVID RETIRADO EN EL DESIERTO DURANTE la rebelion de Absalón, expone á Dios el amor que le profesa, su gratitud por los beneficios que ha recibido, y su esperanza en la divina misericordia. Asi debe practicarlo el justo en la afliccion. Este Salmo enseña á todo christiano como debe emplear los primeros momentos del dia. |