está bien. Es de manera esto que me a dado a entender que aquella resolución fué acordada entre tío y sobrino, porque de otra suerte no tiene disculpa P.o Al. Con Co de allá yo no sé qué camino tomar, y crea V. m. que a no estar tan empeñada la honra en la pretensión de mi sobrino, que tomara el de Córd.a como más saludable; porque estar aquí de la manera que me hallo es indigna cosa, quemando trastos por no avergonzarme a nadie. Ríome mucho del artificio, tan sobre aguado que lo verá un ciego, de esperar el suceso de Roma. Nunca yo hubiera entrado en esta potrera que Dios me hiciera m. d. si fuera servido por otra vía; y ya que me dexé llevar de los ofrecimientos de una carta y solicité la diligencia que se hiço ¿qué culpa tienen mis alimentos, ni qué pecado ha cometido mi crédito para que no se paguen mui puntualmente tres mil y ochocientos R.s que busqué para los correos de a pie y a caballo, como consta por los testimonios que tengo remitidos? Si pensaba el. S.r Xpoval de Heredia que el de Siete Iglesias me avía de hacer la costa, ¿para qué me ofrecía todos los intereses de esta diligencia tan libcralmente como lo tengo agradecido? Y si ya no ignora que el Marqués me la dexa a mis cuestas; ¿por qué no acude como es justo a la satisfación de ello para que su tío no me afrente con nombre de fallido? Dios me remedie. Amén. De Italia no ha llegado correo veinte días a, porque a lo que diçen an sido las nieves y las aguas de manera, que no me da cuydado la dilación, si bien estoy deseando verme descolgado de esta pesadumbre. Tengo ánimo dispuesto a qualquier evento sin engañarme de la esperança, de manera que me altere el fuego contrario; porque tengo tanto desengaño de mi corta fortuna que no sólo prevengo el consuelo mas salgo a recivir la desgracia. Bastante disculpa tengo en el expediente que ha tenido en Cór. el principio de esta diligencia. Haga Dios lo que más fuere para servicio de la divina mgd., que es lo que más me importa. Si deseo el buen logro de esta pretensión crea V. m. que es para acrecentar la casa de mi hermano; que para mí sóbranme los salbados de Xpoval, pues me niega la harina. Yo no sé qué me haga ni qué le responda, y así suplico a V. m. le diga que le beso las manos y que yo estoy tan corrido y avergonzado, que no le scrivo porque le tengo respeto y le debo otras muchas obras buenas y no quiero resentirme aora con su m. d. de lo que pudiera; pues a perdido tan gran ocasión de honrrarme con los tesoreros y de faborecerme en lo que comprende por su horden y comisión. Dejo la lástima de dexarme pereciendo tres meses con quatrocientos R.s, en tiempo tan festivo para todos y quando faltando otros medios pudieron harrieros averme socorrido; pues an llegado de un mes a esta parte tres o cuatro. Al Sr. D. Diego de Avila an jubilado muy contra su voluntad, pues dixo al Rey que estos días a otros del Consejo avían dicho coplas y a él se las avian hecho. Dicese que al S. Presidente de Castilla le dan el govierno de Toledo y al S. D. Fern.do de Carrillo la Presidencia. Sé ciertamente que su Ilma. pidió vocalmente a su mgd, el govierno, con que se puede tener por cierta la promoción del Sr. D. Fern.do Al Conde de Palma ya scriví a V. m. le avían hecho m. d. de la llabe; aora digo que besando la mano a su mgd. dixo que se la besase porque había hecho más que Dios con su persona, haciéndolo gentilhombre. El S. Francisco de Frías tiene capitulada a su hija con un caballero de Avila; dicen que tiene quatro mill d.s de renta. Con el Marqués de Flores estuve antes de ayer en la Carrera alta de Sant Jerónimo. Fué desde el coche y así no pudimos hablar. El día de Año Nuevo vino por mí y nos fuimos a apear a casa de mi S.a de Gregoria. Allí le dió al Sr. Plácido una carta de V. m. Yo como tenía desde medio día el pliego en la estafeta no scriví entonces este suceso. Deseo bolberlo a ver despacio, para saber qué gusto le an hecho las golosinas y las aguas, que dulces y rucios no le dexarán desabrido ni seco. A Dios mi S.r; a mi S.a D." Inés beso las manos. M.d y henero 8 de 1619. D. LUIS DE GÓNGORA. Aquí tenemos al Sr. Duque de Córdoua. [Al margen.] Suplico a V. m. mande a Cantarero que llebe esta carta a las caballeriças del S.or D. Luis de Córdo." que es de Mari-López su amiga. VI A D. Francisco del Corral. 15 enero 1619. Créame V. m. que estoy corrido de cansarle en otras cosas que saber de su salud y servirle en darle cuenta de las diligencias que se hacen con el de Flores; mas S. mío, la opinión de nuestro amigo es y ha sido de manera que me ha obligado a fatigar a V. m. y lastimarlo con mis necesidades. Ya las tengo repetidas en las cartas precedentes. En esta no quiero, sino besarle las manos por el soconro de los quinientos R.s que a llegado. a tiempo que podré esperar la resolución que se toma en mi correspondencia. Sé decir a V. m. que los tesoreros me tienen tanta lástima como amistad, que desean que allá se dispongan las cosas suavemente con P.° Al. de Vaena. Esto no pueden hacerlo ellos, si no hay satisfacción entre sobrino y tío. Puedo asegurar que acetarán cualquier letra que venga sobre ellos. Remitir ninguna no lo harán porque sopla mal de allá P.o Al.° En virtud de esto no sé qué me diga; porque si los parientes no juegan a los [des] propósitos diciéndose los dos una cosa al oído y saliendo otra, fácil es de conformar la diferencia, tomando asiento en lo que se fió hasta aquí y corriendo nueva quenta de contado, de aquí adelante. Yo suplico a V. m. concuerde estas voluntades de suerte que yo no perezca; y en quanto. a lo que V. m. me avisa del arrendamiento de mi hacienda y traça que se da para lo de adelante, juzgo que será bien sobreseer la resolución por este mes, hasta ver el correo de Roma qué nos trae, pues siendo Dios servido ni puede tardar diez días ni me dexan dudar del buen suceso paravienes que me dan quantos curiales tiene esta corte, hasta los oficiales del Nuncio, y téngome por tan desgraciado que temo el efecto. En mi fabor, a lo menos, prebengo como scriví a V. m. en la pasada, todo lo que me puede estar peor en fe de mi buena dicha, para que no me coja desapercibido la nueba, si fuese contraria. Al fin Sr. rodando viene el dado, aguardemos lo que pinta y para entonces la resolución de nuestro asunto. El sábado en la tarde lo pasé toda ella en compañía de Flores y Palma, acompañándoles a la estación de Atocha; reçamos brebemente, y mientras Palma galanteava a sus devociones non muy sancto, Flores me dixo que si le guardaba secreto me enseñaría una carta de Belmonte con grandes quejas y males de Palma; porque scribiendo le faboreciese en su pretensión, le respondió con desengaño que estaba prendado de otro caballero para la misma demanda. Buscó la carta y no la halló en aquellas faltriqueras y a mí no me pesó, por gastar así el tiempo en lo que más me importaba. Apretéle sobre este negocio de V. m. y eché de ver que no habían traído hueso las aceitunas porque lo hallé fácil y mucho más claro, diciéndome: Hermano, por vida del Rey que doy voces como loco, sobre la dilación que tienen en resolver una cosa tan importante. Si D. P. Carrillo quiere esto llano está el Duq.; mas no lo quiere y pretenden sustituír a otro. Esto no a de ser si yo puedo. El otro día supliqué al Duq. no diese lugar a que en su tiempo se introduxese cosa de tan mal exemplo y consecuencia. Dióme palabra que cerraría la puerta a este intento. No puedo hacer más: decille a D. Fran.co el estado que tiene este negocio. Yo le besé las manos por la m. d. que nos hacía en todo y lo agradeci en nombre de V. m. Allanéme a todo lo que es renunciación desigual... y volví contento, deseando que D. Pedro Carrillo no desista ni retroceda, que me asegura de esto el verle tan testarudo en todas sus acciones. Encomiéndelo V. m. a Dios que Flores huele mejor después de ruciado. El Relojillo va en la scrivanía de Xpoval. Perdóneme V. m. la pobreza de çinta, que no está el caudal para guarnición más costosa. Con buen trabajo sirvo a V. m.; más parece venganza que servicio. La jornada de Argel se ha resfriado de cuatro días a esta parte porque Alemania tira de este aparato para la resistencia de los Herejes que quieren hacer Rey de Romanos al Conde Mauricio. Al Sr. Don Diego de Avila jubilaron; no sé si lo escriví a V. m. Diçe el buen viejo. "Exclúyenme por decrépito, ojalá fuera tonto, que no me excluieran." Dieron su plaça al Sr. D. Francisco de Tejada y la de la Cámara creo que apretadamente la compite el Sr. D. Alonso. El Sr. Fr.co de Frías casó a su hija con un caballero de Avila de 4.000 D.s de renta. La plaça del S.r D.n Fra.co de Villeta, que fué a Flandes por auditor general, dieron al Sr. Regente de Sevilla. A nuestro Palma creo que le dan tres mil de renta y seis mil de aiuda de costa para traer su casa. Vçeda ba siendo hijo de su padre en las acciones generosas, aunque al principio disimuló voluntad. De Valladolid tuve carta que remito con ésta a V. M. para que entienda que el marqués no se olvida de V. m. ni yo de acordarle su nombre. Quédese con Dios y duélase de mí con Xpovalón, que aunque me mata de hambre lo quiero bien. A mi S.a D.a Inés beso las manos muchas veces con las del S. D. Juan y su herm.no a quien deseo ver corcoveando en los torneos de la puerta de sevilla. M.d y henero 15 de 1619. D. LUIS DE GONGORA. VII A D. Francisco del Corral. 29 enero 1619. No sé qué obiera sido de mi sin V. m. estos días que nuestro Xpoval. de Heredia se me a retirado, aún más por la pluma que por la volsa. Contagiosa es la necesidad, según se retiran de ella. Dios gue. a V. m. que me busca en ella; de manera que no sé cómo agradezca a V. m. sin parescer adulador. Perdóneseme el no acertar a significarlo, asegurando a V. m. servírselo con las veras del alma y de la honrra. Ya scriví a V. m. cómo avía recibido los quinientos reales que me hizo m. d. el Sr. fr. Plácido y más los mill y doscientos y quarenta y tantos librados en el maiordomo del Sr. D. Martin de Córdoua; porque lo restante de los cinq.ta mill mrs. estaban cobrados, de suerte que los mill y setecientos y quarenta y tantos R.s que montanas dos partidas, como caieron sobre tres meses de vacío an hecho lo que el agua sobre la arena. Certifico a V. m. que las dos partes enjugaron las deudas que tenía contraídas y que con la tercia boy pasando bien fatigadamente [an] dando muy mal las nuevas que me an dado de Roma, que nuestra diligencia fué suia en el logro que tubo convirtiéndola el Cardenal Burgerio en fabor del duque de Ossuna, con quien estaba empeñado, por haber salido inciertas dos vacantes de que su santidad tenía hecha gracia a un Fernando de Soria criado del sobredicho Duque. Vine a pagarlo yo, con hacer la costa al aviso. La forma con que se desistió el de Trejo y la satisfacción de obra o de palabra que le dieron no e sabido, porque como el Marqués está en Valladolid y se le llevaron los pliegos de Roma el sávado pasado, hasta que por la estafeta avise esta noche de todo, no puedo dar mejores nuevas a V. m. Puedo asegurar que lo avirá sentido tanto como yo y aún más, por parecer que la reputación a descaecido en este caso. La semana pasada tuve una carta suya impacientísima del silencio que guardaba Trejo y teniéndolo por mala señal, consolándome con esto y animando mis esperanzas con la m. d. que me hacía el de Lerma y lo que deseaba el buen suceso en esta pretensión y sobre todo persuadiéndome a que este verano me fuese a Lerma que sin duda me valdría mucho; porque el duque aunque desviado, era el Duque de Lerma y P. del de Uceda. Veremos cómo se ponen las cosas, que yo, mi S.r, no pienso salir de M.d sin algún acrecentamiento. Digo salir de M.d para volver a Córdoba y esto es lo que me aconseja el Marqués. Veamos qué le escriben de Roma y qué determina de mí su S.a A la estafeta que viene avisaré de todo; aora no scrivo a nuestro Xpoval., porque quien no responde a dos cartas mías ni me avisa cómo llegó la scrivanía no quiere que yo le canse con mis cartas, fuera de que hasta saber resueltamente el suceso de Roma no quiero desconsolallo. La jornada naval se ha disuelto porque lo de Alemania da cuidado. Flores está en el Pardo, de donde vendrá su Mg.d mañana, miércoles. D. Diego Páez llegó bien barbado, mas no para caballerizo como scrivía V. m. Algunos humos de título an hecho estornudar al Leonardo, que aunque primos, no se perdonan accidentes por parecerle que Villaharta no lo es mucho. Esto para entre nosotros. A nuestro Xpoval. beso las manos, aunque no quiera. A mi S. D.a Inés se las beso muchas veces; y a Dios, mi S.or, que me lo guarde Dios como deseo. Madrid y henero 29 de 1619. D. LUIS DE GÓNGORA. VIII A D. Francisco del Corral. 19 febrero 1619. Perdone V. m. el no haberle besado las manos la estafeta pasada por aver comido aquel día de Carnestolendas en casa del Cardenal de Sandoval. De los mil R.s de la libranza cobré los seiscientos y cuarenta y tres que me tocaban, que aunque mendigante no me atreví a exceder de lo que V. m. me mandaba, como lo haré siempre; porque V. m. me ha obligado tanto con la m. d. que me hace y cuydado que tiene de honrarme y probeerme, que con estas presentes obligo las razones primitivas de nacimiento y vecindad. Fie V. m. que reconozco las unas y las otras y que me tiene tan rendido por todas como lo significaré toda mi vida en quanto fuere servicio de V. m. y así quisiere Dios que hiciese mi deseo. Con Flores de Avila e estado dos veces esta semana pasada: en la una le di quenta de la que me había dado a mí D. Diego Páez, de su pretensión de Caballe-riça que era la tenencia de su cuñado con título de su Mg.d Rióse el Marqués y sintiólo, callando la resolución que pensaba tomar en la prevención o remedio de este intento. Hoiguéme de dexarlo irritado y no creq que pequé en ello, porque no fué la mía prevaricación, no aviendo solicitado yo a D. Diego con preguntas de su intento y siendo Procurador de la causa de V. m. Quédese esto entre los dos. Yo volveré a tratar lo que V. m. advierte y con razón, acerca de la necesidad que ay de acudir a los verdes y monta, bien que todo corre aquí tan lento que no extrañarán el peligro de la omisión, ni los inconvenientes que se siguen a la raza. Nuestro Xpoval. me scrive que solo aguarda la escritura de arrendamiento, la novedad o alteración que yo propusiere: a que respondo a su m. d. como lo siento, que ni altero ni innovo ni trato más que de agradecer la m. d. que |