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Pero si Trisino olvidò el caracter latino ó africano con que debia vestir los personages de su tragedia, creyò, en mi inteligencia, enmendar este yerro représentando el matrimonio entre Sofonisba y Masinisa con las ceremonias no solo latinas sino catolicas Romanas. Sofonisba mus ger de Sifax de quien ya tenia un hijo, hecho prisionero de los Romanos, por evitar la esclavitud consiente en las bodas con Masinisa. Trisino la presenta delante del Sa cerdote con todo el pudor de una esposa virgen. El Sacerdote invocado el favor de los Dioses para aquellas bonrosas bodas,

Despues vuelto à la Reyna asi le dixo:

¿Teneis à bien, ò Reyna Sofonisba,

Tomar à Masinisa por marido?

Tella cubierto el rostro de verguenza 501

En voz muy baja respondió: me place.
Preguntò despues de esto à Masinisa,
¿Si recibir queria à Sofonisba

Por legitima Esposa? y el respondes

Con alegre semblante: estoy contento.aleb
Tacercandose mas àcia la Reyna on 73

anillo.ng 173

Le puso al dedo un exquisito anillo.

Luego al punto les dixo el Sacerdote

A ambos Esposos: antes que anochezca

Haced à Dios aquel debido obsequio!,

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No faltò sino que Trisino hiciese preceder las amonestacion nes acostumbradas: pero sin duda temiò que pusiera impe

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dimento el primer marido Sifax al segundo matrimonio, y que de esta suerte no se pudiera proseguir la tragedia.

Estos y otros defectos de la de Trisino la privan de superioridad sobre las dos primeras tragedias Españolas. Tampoco puede el Italiano pretender: la gloria de la invencion; porque si el Español tomò de los griegos el asunto y plan, ambas cosas hallò Trisino para la suya en Tito Livio. En quanto à las otras dos tragedias Italianas la Rósmonda, y el Orestes de Rucelai, basta saber, que esta es muy superior à aquella: Sin embargo hablando del Orestes el Marquès Gorini escribe: El dignisimo Autor que dices es indudable que qualquiera que tenga discernimiento de la buena poesia, reconocerà esta obra por una de las mejores que han salido al teatro asi de los antiguos como de los modernos, ba querido zumbarse de los que creen, que los anteojos son linternas. (a) Ni profiere esta proposicion sin examen; lease la graciosisima critica sobre el paso del reconocimien to de Ifigenia, y de Orestes.

Lo dicho puede ser suficiente para convencer de injustos censores à los que han pronunciado que los Españoles no han conocido la tragedia; pues Italia que cree haber sido la primera en conocerla, no se aventajò en esto à España; ni los primeros Ensayos de tragedias Italianas son superiores à las primeras tragedias Españolas.

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§. VI.

(a) Tratado de la Tragedia.

§. VI.

JUICIO DE OTRAS TRAGEDIAS ESPAÑOLAS EN

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el curso del siglo 16. y principios del 17. en comparacion

de las Italianas de los mismos tiempos.e nonto

O es por cierto una disposicion poco favorable con

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tra la gloria de la literatura Italiana, como pudiera sospechar alguno con mas malicia que fundamento, la que me obliga à hacer patentes algunos defectos de los cèlebres Poetas Dramaticos Italianos; sino solamente la justa defensa del honor de la nacion Española. Estando prevenido el público de los defectos del teatro Español, que no es mi animo ocultar, y persuadido por otra parte de que el teatro Italiano tuvo en el siglo 16, algunos Sofocles y Euripides, no puede menos de despreciar hasta lo sumo el teatro Español en comparacion del Italiano, hasta afirmar que los Españoles no han conocido la bue na tragedia. Al contrario, si se le descubren con lau dable imparcialidad los defectos de unos y de otros, sin dia simular su respectivo merito, se puede esperar, que no se negarà à España la gloria que se le debe, ni à Italia se le darà mas de la que justamente merece..

:

El ilustre literato Español del siglo presente Don Agustin Montiano diò á luz en el año 1750. un discurso sobre la tragedia Española, que precede à la que él mismo

com

Es bien conocida su erudicion : despues de haber seguido la jurisprudencia se destinò à la carrera politica, y muriò pocos años hà siendo Secretario de la Camara de Gracia y Justicia, y Estado de Castilla.

compuso intitulada la Virginia: Poco hà añadió otro que sirve de introduccion previa á su otra tragedia el Ataulfo. El público ha hecho justicia al merito de estas bien ordenadas tragedias, como à la imparcialidad, con que este noble critico examina en ambos discursos las excelencias y los defectos de las antiguas tragedias Españolas; de manera que la vista penetrante de Signoreli no ha descubierto la menor sombra de parcialidad en la critica del Señor Montiano. Pudiera observar ademàs, que si se examinasen las tragedias Italianas del siglo 16. en el tribunal de este severo Juez, no saldrian tan adornadas de elogios que pudieran causar verguenza à las Españolas.

No debia causar admiracion que la tragedia no hubiera Ilegado entre los Españoles al alto grado de gloria à que llegaron las demàs ciencias, por las razones que hemos alegado anteriormente; al paso que entre los Italianos, en medio de una proteccion tan declarada de sus Principes à favor de las obras de teatro, crée el Ab. Betineli que se puede decir, que basta los principios de nuestro siglo estuvo en decadencia. (a) Sin embargo muchos bellos ingenios Españoles supieron calzar con decencia el coturno, y adornar nuestro teatro con algunas tragedias, que aunque no todas estèn exentas de defectos, tienen en verdad sobradas excelencias para no huir de la confrontacion con las Italianas de aquellos tiempos. Pero antes es preciso que nosotros confesemos tambien de nuestras

tra

(a) Pref. à sus tragedias.

tragedias lo que de las de Italia observa Tirab., que aunque muchas de las tragedias divulgadas en aquel siglo fué. ron recibidas con extraordinario aplauso ; es bien seguro que rara ò ninguna de ellas le lograria al presente, (a) podemos consolarnos al ver que ninguna otra, nacion- tuvo en aquel siglo tragedias iguales, mucho menos superiores à las Italianas y Españolas.

Sentiria que Signoreli me condenase como herege literario por juntar los Italianos con los Españoles, y que dixese de mi lo que del padre Rapin que, entre sus enor mes beregias literarias junta bajo una cuerda Italianos y Es pañoles. (b) Pero si todos los que unen bajo una cuerda en materia literaria à Italianos y Españoles son declarados hereges literarios; ¡quántos tendrán que condenar los Inquisidores de Apolo! Debia sì reprehender Signoreli el dicho del Padre Rapin igualmente falso en orden à los Españoles que à los Italianos. Hablando este Padre de la tragedia en su Poetica, por otros respetos bellisima, dice: los Italianos y los Españoles de los ultimos siglos tenian el espiritu muy estragado por las Novelas para mantener la grandeza del caracter de la tragedia. (c) ¿Y què hallò Rapin de espiritu caballeresco en la Sofonisba de Trisino, en el Orestes y Rosmonda de Rucelai, en la Ecuba y en la venganza de Agamenon de Fernan Perez de Oliva? Ya que los Franceses no estaban estragados por

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(a) Lugar cit. pag. 138. (b) Lugar cit. pag. 215. (c) Reflexiones sobre la Poetica §. 23.

las 22

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