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en Roma; y que dicho teatro fuè fábrica de tiempos anteriores à la entrada de los Romanos en España. Conozco ciertamente que esta opinion la tendràn por paradoxa no solo los Italianos, mas los Españoles. Tampoco pretendo yo adoptarla, sino proponer unicamente algunas reflexiones que quizá la haràn menos improbable. Se ha de suponer en primer lugar, que no hay inscripcion ni monumento alguno de donde se pueda inferir con alguna certidumbre la època de dicho teatros por lo qual caben muy bien las congeturas prudentes. Es igualmente cierto, que casi todos los escritores Valencianos que tratan de èl, lo creen obra del tiempo de los Romanos, pero sin alegar prueba alguna. El Padre Diago, historiador del Reyno de Valencia intenta prot bar, que el mencionado teatro no podia ser anterior à la destruccion de Sagunto en tiempo de Anibal, porque quando comenzò el uso de los teatros en Grecia, ya no eran los Saguntinos Griegos, sino Españoles. Yo quisiera preguntar, si en tiempo de los Emperadores ba jo los quales piensa Diago haber sido construído aquel teatro eran los Saguntinos Romanos, ó Españoles?

El elegante y erudito Padre Manuel Miñana, ilustre continuador de la historia de Mariana, en su dialogo acerca del teatro Saguntino, insertado por Juan Poleno en el tomo 5. de los nuevos suplementos al tesoro de las antiguedades griegas y latinas, se burla de la opinion de Gaspar Escolano, que sospechó que el teatro Sagun

tino

tino fuese obra de los Griegos. Miñana no se toma el trabajo de darnos la menor prueba de su rigurosa critica, y se contenta solamente con afirmar sin reparo: ante, Pompeii ætatem, si Græciam excipimus, Theatra hæc saxea in usu non fuisse, tam est clarum, quam tempestas esse solet cum sudum est.

Voy a hacer no obstante algunas reflexiones que acre ditan no ser del todo infundada la opinion de Escolano. Las famosas ruínas del teatro Saguntino, capaz de contener nueve mil personas, prueban haber sido obra de una Ciudad opulenta y populosa: ¿Y por què no diremos que este teatro fuè construido antes de la destruccion de Sagunto por los Cartaginenses? Antes de esta memorable època era Sagunto una República célebre y opulenta, habitada de un pueblo numeroso, conocido por su industría y comercio, y gobernado por un Senado sábio, y prudente Civitas longe opulentissima (escribe Tito Livio) in tantas brevi creverat opes, seu maritimis, seu terrestribus fructibus, seu multitudinis incremento, seu sanctitate discipline. (a) No hay mayor argumento de la grandeza, y celebridad de Sagunto que el tratado concluido entre los Romanos y Cartaginenses despues de la primera guerra, en el qual se pacto, que en medio de los dos formidables imperios Romano y Cartaginès, quedase en su libertad la República Saguntina: Ut Saguntis mediis inter Imperia duorum libertas servaretur. (b) No

(a) Dec. 3. lib. 1. cap. 2.

(b) Lib. I. cap. I.

No prueba menos la grandeza de esta famosa Ciudad el haber mantenido por espacio de ocho meses el mas obstinado sitio contra 150. mil Cartaginenses, mandados por aquel mismo Anibal, que fuè terror del imperio Romano. Cayò por fin Sagunto, y su caida llenò de tanta consternacion al Senado Romano , como si ya estuviese Anibal á las puertas de Roma. Tal era Sagunto antes de esta fatal època; quiero decir una Ciudad culta, rica, y populosa; y por consiguiente capaz de erigir famosos templos, como el de Diana, y de construir teatros, y otras fábricas suntuosas.

De toda esta magnificencia no quedó mas à los Cartaginenses que los miserables fragmentos de edificios arruinados, y unos cortos tesoros, que la codicia de los vencedores pudo librar de las llamas à que los habian destinado los Saguntinos. Pocos de estos cayeron vivos en manos de los enemigos, cuyo furor destruyò à quantos jovenes sobrevivieron à la ruina de la patria. Signo dato ut omnes puberes interficerentur. Y pasando mas adelante la rabia Cartaginense, desahogò su odio sin distincion de sexô ni de edad. (a) Así, pues, solamente quedaron las ruinas de aquella famosa república; monumento de la fidelidad Española àcia Roma, y de la mala fé de esta con sus aliados; como echaron en cara los Volcianos, pueblos Españoles à los Embajadores Romanos que

pre

(a) Dec. 3. lib. I. cap. 4.

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pretendian inclinarlos á aliarse con Roma: Hispanis populis (dixeron) sicut lugubre, ita insigne documentum Sagunti ruinæ erunt, ne quis fidei Romanæ, aut societati confidat. (a)

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Quando los Romanos recobraron à Sagunto recogieron aquellos pocos Ciudadanos dispersos por varios pueblos de España, à los quales habian sido vendidos por los Cartaginenses. Estas reliquias rescatadas del comun naufragio, no pudieron resucitar la magnificencia de su república, que jamás recobró su primera gloria; si bien quedó célebre el nombre de Sagunto por su antiguo valor, y por la heroica fé guardada à los Romanos, quienes honraron despues lo que habia quedado de aquella ilustre Repùblica, y á sus Embajadores. Los Saguntinos tubieron otras cosas en que pensar muy distantes de la fábrica de un teatro tan magnifico; y asi no puede atribuirse à esta època la construccion del que hablamos.

No encuentro dificultad en que los Saguntinos aprendieron el uso de la representacion de los Griegos antes que de los Romanos. Quando no quiera concederse haber sido Sagunto fundacion de los Griegos, como por otra parte afirman Strabon, Apiano, Tito Livio, Plinio, y San Isidoro ; es indudable, que estos tubieron establecimientos en ella, y que la expresada República se componia de Griegos y de Españoles. Sabemos, pues, que el celebrado Templo erigido en Sagunto en honor de Diana, que Tom. VI.

(a) Ibi cap. 7.

C

se

segun Plinio fuè respetado de Anibal, (a) se edificò por condescender con los Griegos; luego muy bien pudieron estos construir el famoso teatro. Añadase que su hechura, conforme nos la describe Martí, es del todo semejante à los teatros Griegos, de que nos ha quedado memoria. El Portico superior, los bancos colaterales destinados para los Ministros Zeladores del buen orden en el teatro, los que llama Martì Valvas regias; todo es propio del tea tro griego, de suerte, que el mismo Padre Miñana opina que el teatro Saguntino se construyò por el modelo del de Atenas : Unde, dice, ad illius exemplar vetutissimi à Licurgo Lycopbronis filio absoluti, boc nostrum fuisse conformatum parum abest ut mihi persuadeam; y despues de haber hecho la confrontacion, añade: examusim bercle respondent hæc omnia iis, quæ de Teatro Atheniensi prodita sunt, adeo ut lac lacti similius non sit. Por el contrario asegura, que el expresado teatro no corresponde à las reglas establecidas por Vitruvio, ni à la figura de los Teatros Romanos: Hoc Saguntinum nec Vitruvianis præceptis, nec aliorum Theatrorum conformationibus respondere fiet palam in sermonis decursu. Con que si los Saguntinos tomaron de los Romanos, y no de los Griegos el Teatro, ¿cómo es que lo fabricaron mas semejante á los antiguos de la Grecia que à los de Roma?

Todo esto se hace mas creible si se considera, que los

dos

(a) Lib. 16. cap. 40.

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