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zo derecho, mostróle la llaga de su to y de los Santos. Miraban los costado, corriendo sangre, y díjo- Santos que Cristo nuestro Señor le: Extiende el brazo, y pon aquí habia ido por este camino, y habia tu mano, y úntala con la sangre de abrazado los trabajos y la cruz con mi costado, y cuando te viniere á tanto amor y deseo, que no veia la memoria algun rigor ó aspere- ya la hora en que habia de dar su za, mójala con esta sangre, y todo, sangre y vida por nosotros y copor dificultoso que sea, se te hará mo los elefantes se esfuerzan en la fácil y suave. Y haciendo el novicio | batalla cuando ven sangre, así ellos lo que el Señor le mandó, á cual- venian con esto á tener una grande quier tentacion que le venia traia sed de padecer martirios y derraá su memoria la pasion de Cristo, mar sangre por aquel que primero y luego se le convertia todo en derramó la suya por ellos; y como gran suavidad y dulzura. ¿Qué co- no se les cumplia este deseo, encruesa puede parecer áspera á un hom- lecíanse contra sí mismos, y hacian brecillo y vil gusano, mirando á de sí verdugos contra sí, y martiriDios coronado de espinas y encla- zaban sus cuerpos, afligiéndolos con vado en una cruz por su amor? penitencias y trabajos, y mortifi¿Qué no sufrirá y padecerá por sus cando y quebrantando sus volunpecados el que ve padecer tanto tades y apetitos, y de esta manera por los ajenos al Señor de la ma- descansaban algun tanto; porque se gestad. les cumplia en algo su deseo, imitanEste medio del ejemplo de Cris-do en cuanto podian á Cristo nuesto nuestro Redentor, y deseo de imitarle, usaban mucho los Santos; porque fuera de ser muy eficaz para animarnos à mortificar y padecer, su in corpore nostro circumferen

tro Redentor. Esto es lo que dice el apóstol san Pablo, II ad Cor. iv, v. 10: Semper mortificationem Je

es un medio de grande perfeccion, tes, ut et vita Jesu manifestetur y que hace subir mucho de qui- in corporibus nostris: Andémonos late las obras, porque nacen de siempre mortificando y maltratangrande amor de Dios. Y así leemos do para que la vida de Jesucristo de nuestro bienaventurado Padre se manifieste en nuestros cuerpos. san Ignacio, lib. 1, cap. 3 de su Ha de ser tal el tratamiento y morvida, que al principio de su conver- tificacion de nuestros cuerpos, que sion hacia grandes mortificaciones represente la vida de Jesucristo, y y penitencias, teniendo ojo á sus se parezca á ella. Dice san Bernarpecados, y á satisfacer por ellos. Pe- do: Non decet sub capite spinoso, ro despues iba subiendo mas, y afli- membrum esse delicatum: No congia su cuerpo con asperezas y cas- viene ni dice bien que estando la tigos, no tanto mirando à sus pe- cabeza llena de espinas, los miemcados, cuanto al ejemplo de Cris-bros se hagan delicados y regala

dos, sino que se mortifiquen y cru- litant adversus animam: Hermanos cifiquen su carne, para conformar- mios, ruégoos que vivais como se con su cabeza.

advenedizos y peregrinos sobre la Muchos otros medios podíamos tierra, y que como tales os abstentraer para esto; porque todos los gais de los deseos y apetitos de la que los Santos dan, y todas las ra- carne que pelean contra el espírizones que traen para exhortarnos tu. Todos somos peregrinos en este á hacer penitencia, pueden servir mundo, que caminamos á nuestra para animarnos á este ejercicio de patria celestial, como dice el apósmortificacion. Sobre aquellas pala- tol san Pablo, ad Hebr. xIII, v. 14: bras del Apóstol, ad Rom. viii, v. 18: Non enim habemus hic civitatem Non sunt condigna passiones hujus permanentem, sed futuram inquiritemporis ad futuram gloriam quæ mus, et dum sumus in corpore, pererevelabitur in nobis; dice el glorio-grinamur à Domino. II ad Cor. v, so san Bernardo: No igualan, ni tie- v. 6. Pues hayámonos como perenen que ver las pasiones y tribula-grinos. El peregrino, dice san Berciones de este siglo, ni con la glo- nardo, va su camino derecho, y proria que esperamos, ni con la pena cura excusar todos los rodeos que que tenemos, ni con los pecados puede; y si ve en el camino à unos que habemos cometido, ni con los que están riñendo, y á otros que esbeneficios que habemos recibido de tán en fiestas, bodas y regocijos, no Dios. Cualquiera de estas cosas atiende á eso, ni se cura de ello, bien ponderada bastará para ani- sino pasa adelante su camino deremarnos mucho á este ejercicio. cho, porque es peregrino, y no le tocan à él aquellas cosas, ni tiene que ver con ellas todo su hipo y negocio es suspirar por su tierra, y procurar de acercarse y llegar á ella; y así contento con un vesPor conclusion y remate de este tido ligero y con una comida que tratado declararémos brevemente baste para pasar su camino, no tres grados de mortificacion que quiere ir cargado de otras cosas no pone san Bernardo, serm. 7 Qua- necesarias para poder mejor camidrag., para que por ellos, como nar. Pues de esta manera habemos por escalones, vayamos subiendo á de procurar habernos nosotros en la perfeccion. El primero es el que esta nuestra peregrinacion: habenos enseña el apóstol san Pedro en mos de tomar las cosas de este munsu primera Canónica, c. II, v. 11: do como de paso; al fin, como pereCharissimi, obsecro vos, tanquam grinos y viandantes que somos, no advenas, et peregrinos abstinere tomando mas de lo necesario para vos à carnalibus desideriis, quæ mi- poder pasar nuestro camino: Haben

CAPÍTULO XXIII.

De tres grados de mortificacion.

tes autem alimenta, et quibus tega- de las cosas de este siglo que el mur, his contentisumus, I ad Tim. vi, peregrino? ¿Sabeis quién? El que v. 8, como dice san Pablo: Ahorré- está muerto: porque el peregrind monos y descarguémonos de todo aunque no sea sino en pedir y bus→ lo que no nos es muy necesario, pa- car lo necesario para su camino, ra que así ligeros podamos mejor ca- y en ir cargado con ello, se puede minar, suspiremos por nuestra pa- ocupar y detener mas de lo que tria, y sintamos nuestro destierro. convendria; pero el muerto, aunque Heu mihi, quia incolatus meus pro- le falte la sepultura, no lo siente. longatus est! Psalm. cxix, v. 5. ¡Ay El muerto de la misma manera de mí, cómo se me alarga este des- oye á los que le vituperan, y á los tierro! Dichoso y bienaventurado, que le alaban, á los que le lisondice san Bernardo, el que se tiene jean, y á los que murmuran de él: y trata como peregrino sobre la antes á ninguno oye, porque está tierra, y conoce y llora su destier-muerto. Pues este es el segundo ro, diciendo con el Profeta, Psal-grado de mortificacion, mas alto y mo xxxvIII, v. 13: Quoniam advena mas perfecto que el pasado, el cual ego sum apud te, et peregrinus sicut pone san Pedro, ad Colos. III, v. 3: omnes patres mei: Oid, Señor, mis Mortui enim estis, et vita vestra suspiros, lágrimas y gemidos, por- abscondita est cum Christo in Deo: que yo tambien soy advenedizo y No nos habemos de contentar con peregrino sobre la tierra, como lo habernos como peregrinos en esta fueron mis padres y antepasados. tierra, sino procurar de habernos Muy bueno es este grado, y no como muertos. ¿Cómo ha de ser eso? harémos poco si llegamos à él; pe-¿Sabeis cómo? dice el doctor Lansro otro hay mas alto y de mayor perg.: Mirad las condiciones del perfeccion, dice el Santo; porque muerto: Hic non videt, non loquitur, el peregrino, aunque no se junta non sentit, non audit, non inflatur, con los vecinos y moradores de non irascitur: La señal de estar los pueblos, pero algunas veces se uno muerto es no ver, ni reshuelga de ver y oir lo que pasa ponder, no sentir, no quejarse, no por el camino, y de contarlo á ensoberbecerse, no enojarse. Pues otros, y con estas cosillas, aunque si vos teneis ojos para ver y juzgar no pierde del todo su camino, em- lo que hacen los otros, y aun por pero todavía se detiene y tarda ventura el superior, no estais muermas en llegar; y aun tanto se po- to; si teneis respuestas y excusas dria detener y deleitar en esas co-para lo que os ordena la obediensas, que no solo le fuese causa de lle-cia; si mostrais sentimiento cuangar mas tarde á su tierra, pero aun do os dicen vuestras faltas, y os de nunca llegar. Pues ¿quién está reprenden; si os sentís y os remas ajeno, y mas libre y apartado sentís cuando os humillan, y no

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PARTE II.

hacen caso de vos, no estais muer- ese es el tercero grado de mortificato, sino muy vivo en vuestras pa-cion, mas alto y mas perfecto que siones, y en vuestra honra y esti- el pasado, y así con razon le pomacion; porque el muerto, aunque demos llamar el tercero cielo, al le pisen y le desprecien, y no ha- cual tambien fue arrebatado el aposgan caso de él, no lo siente. ¡Oh di- tol san Pablo: Mihi mundus crucifichoso, dice san Bernardo, y bien-xus est, et ego mundo. Ad Galat. vi, aventurado aquel que está de esta v. 14. No solo dice que estaba manera muerto! Porque esta muer-muerto al mundo, sino que estate verdaderamente es vida, pues ba crucificado al mundo, y que el nos conserva sin mancilla en este mundo era cruz para él, y él pasiglo, y aun nos hace del todo aje-ra el mundo. Quiere decir: Todo lo nos de él.

que el mundo ama, los deleites de la carne, las honras, las riquezas, las vanas alabanzas de los hombres, todo eso es cruz y tormento para mí, y como tal lo aborrezco; y aquello que el mundo tiene. por cruz, por tormento y deshonra, en eso tengo yo enclavado y fijado mi corazon, eso es lo que yo amo y abrazo. Eso es estar crucificado al mundo, y el mundo á mí, y que el mundo me sea á mí cruz, y yo á él. Mas alto y mas perfecto grado es este que el pri

Magnus omnino gradus est iste; at fortasse poterit aliquis adhuc superius inveniri: Grande es por cierto este grado y de mucha perfeccion; empero ¿por ventura podrémos hallar otra cosa mas alta y mas perfecta? Pero ¿á dónde la habemos deir á buscar? ¿y en quién la podrémos hallar sino en aquel que fue arrebatado al tercero cielo? Porque si me dais otro tercero grado mas alto y mas perfecto, ese, dice san Bernardo, bien lo podeis llamar tercero cielo. Pues & puede haber mas que mero y segundo, dice san Bermorir? Sí, mas hay que morir. Hu-nardo; porque el peregrino aunque miliavit semetipsum Dominus nos-pasa y no se detiene mucho en las ter Jesus Christus usque ad mortem. cosas que ve, pero al fin las ve, y Ad Philip. II, v. 8. Humillóse y se detiene algo en eso: el muerto, abatióse Nuestro Señor Jesucristo que es el segundo grado, igualmenhasta la muerte. ¿Hay mas que te lleva lo próspero y lo adverso, esto? Sí, añade san Pablo, y añá-las honras y las deshonras, y no delo la Iglesia, la segunda noche hace diferencia de lo uno á lo otro; de las tinieblas: Mortem autem cru- pero este tercero grado pasa mas cis: Morir crucificado, eso es mas adelante, y no se ha igualmente que morir simplemente; porque en eso; porque no solo no siente la muerte de cruz era un género la honra y estimacion como el de muerte el mas ignominioso y muerto, sino que le es cruz y torafrentoso que entonces habia. Pues mento el ser tenido y estimado,

do os honran y estiman, y hacen mucho caso de vos: Pensemus ergo singuli, in quo gradu quisque sit positus, et studeamus proficere de die in diem, quoniam de virtute in virtutem, videbitur Deus Deorum in Sion: Psalm. LXXXIII, v. 8. Pues entre cada uno dentro de sí, dice san Bernardo, y mire y examine con atencion á qué grado de estos ha llegado; y no paremos ni descansemos hasta lle

que es lo que dijo el Señor á san Francisco: Si me deseas, toma las cosas amargas por dulces, y las dulces por amargas.

y como tal lo aborrece. No. solo no | niegan lo que pedís: mirad si os siente las deshonras y menospre- holgais cuando os desprecian y tiecios, sino que eso es su gloria y su nen en poco, y si recibís pena cuancontento: Mihi autem absit gloriari nisi in cruce Domini nostri Jesu Christi, per quem mihi mundus crucifixus est, et ego mundo. Ad Galat.vi, v. 14. Nunca Dios quiera que yo me glorie en otra cosa, sino en la cruz de Cristo, por amor del cual todo lo que el mundo ama me es á mí cruz, y todo lo que el . mundo tiene por cruz me es á mí gloria y contento grande. Repletus sum consolatione, superabundo gau-gar y arribar á este tercero cielo, dio in omni tribulatione nostra. I ad Cor. VII, v. 4. Lleno estoy, dice, de consolacion, báñome en gozo y regocijo en padecer tribulaciones, persecuciones y afrentas por Cuenta Cesario, 1. 8 Dialog. c. 16, Cristo. Pues este es el tercero gra- que en un monasterio de su Órdo de mortificacion, que con mu- den del Cister, un religioso lecha razon llama san Bernardo el go, llamado Rodulfo, gran siervo tercero cielo, por su grande per- de Dios, y que tenia muchas refeccion. Y aunque él lo dice de- velaciones, quedándose una noche bajo de esta metáfora, pero es despues de maitines en oracion en doctrina comun de los Doctores la iglesia, vió á Cristo nuestro y Santos que en esto que nosotros Redentor crucificado, y juntamenentendemos por el tercero cielo te con él vió á quince religiosos de está la perfeccion de la mortifica- su Religion, cada uno tambien en cion, porque esa es la señal que su cruz, acompañando à Cristo ponen los filósofos de haber uno nuestro Redentor que aunque alcanzado la perfeccion de cual- era de noche, era tanta la clariquier virtud, cuando obra los actos dad y resplandor que resultaba de ella con gusto y delectacion, co- de la presencia de Cristo, que los mo dirémos despues, trat. 3, c. 16. podia ver muy claramente, y los Y así si quereis saber si vais apro- conoció muy bien, que aun vivian vechando en la mortificacion, si todos y dice que los cinco eran habeis alcanzado la perfeccion de legos, y los diez monjes. Estanella, mirad si os holgais cuando do él espantado de tan admirable os quiebran vuestra voluntad, y os vision, hablóle Cristo desde la

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