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fierno. Pues con estas mortificacio- | ma uno de su voluntad, con que se

nes va uno quebrantando su propia evita otro daño y peligro grande, voluntad y quitando la licencia de como nos lo enseñó Eusebio, vaque salga con todo lo que quiere, ron santísimo, y lo refiere Teodoreque suele ser la raíz y causa de to- to in sua hist. Religios. Ejercitádos nuestros males y pecados. Y base mucho este Santo en ellas, y así dice Ricardo de San Victor, preguntado por qué, respondió: in Cantic. p. 2, cap. 21, que pues Ensayome contra las artes y ardiel demonio trabaja en vencernos en des del demonio, y procuro con culpas pequeñas, para que estando esto que las tentaciones grandes mas flacos nos venza en culpas con que él me habia de acometer grandes, que es justo que nosotros de soberbia, lujuria, envidia y trabajemos tambien en vencernos y mortificarnos á menudo en cosas pequeñas; para que cerremos la puerta al demonio, y no nos pueda vencer en cosas mayores: y dice que habemos de comenzar por estas cosas pequeñas, para que con el uso vayamos cobrando fuerzas, y de la victoria de las menores vayamos subiendo poco a poco á vencer las mayores. Casiano, lib. 8, cap. 18, da tambien este aviso, y pone ejemplo, como cuando os viene un movimiento de ira con la pluma con que escribís, cuando no está buena, ó con el cuchillo, cuando no corta bien, ó con otras cosas semejantes: conviene mucho, dice, mortificar y reprimir esos movimientos desordenados, aunque sea en estas cosas pequeñas, porque con esta victoria, cuando se ofrecen despues ocasiones graves de disgustos é injurias de prójimos, se halla el siervo de Dios con fuerzas para mortificarse y para conservar la caridad y paz del corazon en ellas.

Y mas, hay otro bien en estas mortificaciones pequeñas que to

otras semejantes se conviertan en estas cosas pequeñas, en las cuales si yo fuere vencido no perderé mucho, y si venciere quedará mas corrido y afrentado el demonio, viendo que aun en estas cosas pequeñas no me puede vencer. Nótese mucho esto, porque es una verdad de que tienen mucha experiencia los siervos de Dios. Entended que mientras anduviéreis en este ejercicio de mortificaros en cosas pequeñas y menudas, se convertirán en eso las tentaciones del demonio, y vuestras tentaciones serán comunmente de esas cosillas: si haré esta mortificacion, si venceré esta repugnancia ó lo dejaré: que cuando quedeis vencido alguna vez en eso no perderéis mucho; pero si cesais de este ejercicio, y no tratais de pelear con el demonio y contra vuestra carne en esas cosas pequeñas, él y ella os harán la guerra con otras tentaciones mayores, en las cuales, si quedais vencido, quedaréis perdido.

El bienaventurado san Agustin, tract. 2 sup. Joan., cuenta que un

hombre católico estaba muy enfada-] poco a poco llevándole mas adedo con unas moscas que le molesta- lante, y de la abeja pasó á la lanban mucho; llegó á visitarle un here- gosta, que es un poco mayor, y de je maniqueo, y cuéntale su trabajo, la langosta á la lagartija, y de la que no se podia valer de las mos- lagartija al pajarito, y del pajarito cas, y que estaba muy tentado con á la oveja, y de allí al buey, y desellas. Al maniqueo parecióle aque- pues al elefante, y finalmente al lla buena coyuntura para encajarle hombre : Et persuasit homini, su error, que era haber dos princi- quod non à Deo factus est homo; y pios de las cosas, uno de las invisi- persuadióle que tampoco habia bles, que es Dios, y otro de las cor- criado Dios al hombre. Mirad å porales y visibles, que decian los qué extremo de males vino á traer maniqueos ser el demonio, contra á este miserable el no saber sufrir el cual error se pusieron en el Sím- una pequeña mortificacion de unas bolo que canta la Iglesia aquellas pa- picaduras de moscas; y así dice labras: Visibilium omnium, et invi-san Agustin: Guardaos no os ensibilium: donde confesamos que to- gañe el demonio cuando estais das las cosas crió Dios, no solamente las espirituales é invisibles, sino tambien las corporales y visibles. Pues viendo el hereje tan buena ocasion para persuadir al otro su error, dícele: ¿Quién crió estas moscas? El otro, como estaba desventurado, que con moscas le tan enfadado con ellas, y le pare⚫cian tan mal, no se atrevió á decir que Dios las habia criado. Cógesela el maniqueo, y dícele: Pues si Dios no hizo estas moscas, ¿quién las pudo hacer? Dice el otro: El diablo creo que las hizo. Vuelve luego el monio á muchos, y llevarlos poco maniqueo: Pues si el demonio hi-á poco á cosas mayores.

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tentado y enfadado de las moscas, como engañó á este desdichado, que con las moscas le cazó. Suelen, dice, los cazadores poner en el lazo moscas para cazar algunas aves, y así lo hizo el demonio con este

armó, y le cogió. Pues guardaos no os engañe à vos tambien el demonio cuando estais enfadado y tentado, triste y melancólico sobre cosas pequeñas y menudas, porque con estas moscas suele cazar el de

CAPÍTULO XVII.

vió el otro á decir que Dios habia En que se ponen tres avisos impor

tantes en esta materia.

Para tres géneros que hay de

criado la abeja, y la mosca no, porque iba muy poco de la una á la otra y así dijo, que si Dios no habia criado las moscas, tampoco personas pondrémos aquí tres criaria las abejas. Fué el maniqueo avisos, para consuelo de los unos

y desengaño de los otros. Las con- | porque eso es natural, y no está en diciones de los hombres son diver- nuestra mano, sino que lo heredasas: hay algunos que tienen unos mos con el pecado. Y san Pablo con naturales difíciles, y sienten gran ser san Pablo sentia en sí esa condificultad, y gran repugnancia y tradiccion y rebeldía de su carne, y contradiccion de su carne para las decia: Video aliam legem in memobras de virtud, con lo cual andan bris meis repugnantem legi mentis desconsolados, pareciéndoles que meæ et captivantem me in lege peces ya todo perdido (1). Para esto es cati, quæ est in membris meis. Ad el primer aviso consolatorio, que Rom. vii, v. 23. Y san Agustin explino está la culpa ni la imperfec- ca á este propósito aquello del salcion en tener y sentir estas repug- mo IV: Irascimini, et nolite peccanancias y movimientos contra la re: Airaos, y no querais pecar: Id razon, sino en seguirlos y obrar est, licet insurgat motus animi, qui conforme á ellos; como en las ten- jam propter pænam peccati non est taciones no está la culpa en los in potestate, saltem non consentiat movimientos ó pensamientos ma-ei ratio, et mens, sed mente servialos y feos que nos vienen contra la mus legi Dei, si adhuc carne servicastidad, ó contra la fe, ó contra mus legi peccati: Aunque se levancualquier virtud con que algunos te allá en vuestro apetito el movise suelen afligir y desconsolar mu-miento de impaciencia y de ira, cho. Dicen muy bien los Santos: no os dejeis llevar ni consintais en no os fatigueis ni tengais pena de él, y no pecaréis. Bramando iban esto, que no está la culpa en el sen- aquellas vacas que llevaban el artimiento, sino en el consentimien-ca del Testamento, porque les to. Cuando á vos os pesa de esas cosas, y procurais resistir y no hacer caso de ellas, antes son materia y ocasion de mayor merecimiento. De la misma manera es en las inclinaciones y condiciones malas que tenemos de nuestra naturaleza, unos mas, otros menos, de las cuales se nos levantan tan malos movimientos de nuestro apetito, y tantas repugnancias y dificultades para lo bueno: no està en eso el ser uno malo ó bueno, ni el ser perfecto ó imperfecto,

(1) Ludovic. Blosius, in Specul. spirit. cap. 6.

habian quitado sus becerros, que naturalmente amaban; pero al fin dice la sagrada Escritura, I Reg. vi, v. 12, que iban su camino derecho, sin declinar ni à la diestra ni á la siniestra. Id vos por el camino derecho de la virtud, y no oigais los bramidos de la carne, ni hagais caso de ellos, y con eso podeis ser perfecto.

Esa es la diferencia que hay entre los hombres espirituales que tratan de perfeccion, y los carnales y sensuales que no tratan de eso: no está la diferencia en sentir ó no sentir dificultades y contradiccio

nes de la carne, sino en que estos trabajando cada uno por sujetarlas

y dominarlas con ánimo generoso: De vitiis nostris scalam nobis facimus, si vitia ipsa calcamus. De esta manera harémos de nuestras pasiones escalones para subir á lo alto, porque ellas mismas nos levantarán sobre nosotros, si estuvieren debajo de nosotros; poniéndolas debajo de los piés, nos servirán de escalones para subir al cielo.

De nuestro bienaventurado Padre san Ignacio leemos en su vida, lib. 5, c. 5, que siendo de su natu

se dejan llevar de ellas, y aquellos no. El pez vivo va agua arriba, el muerto agua abajo. Pues en esto se verá si sois hombre espiritual, y vive en vos el espíritu, ó si está muerto, en si vais agua arriba contra la corriente de vuestras pasiones, ó si os dejais llevar de ellas agua abajo. El hombre espiritual no oye los clamores y ladridos de la gula y apetito sensual, ni se deja llevar de ellos, como dice el santo Job, XXXIX, v. 7: Clamorem exactoris non audit. Al vientre lla-ral muy colérico, se habia vencido ma exactor, porque pide mas de lo y mortificado, y trocado tanto con necesario. Dice san Gregorio, lib. 30 la gracia del Señor, que le juzgaMor. c. 13: Clamorem exactoris non ban por flemático. Y aun allá de audire, est violentis tentationum mo- Sócrates cuenta Plutarco, lib. 3, tibus minime consentire. En esto es- apolog. 80, que viéndole un fisonotá todo el punto, en no dar oidos mista, que por la composicion exá las tentaciones y apetitos que se terior del cuerpo y facciones del levantan, ni consentir en ellos. Y rostro conocia las inclinaciones así nadie debe desmayar por sentir naturales de cada uno, dijo, que en sí malas inclinaciones, sino ani- aquel hombre era muy mal inclimarse á sacar de eso mayor coronado á deshonestidad y glotonena, como de las tentaciones: así ría, à embriaguez y á otros munos lo aconseja san Agustin en el chos vicios. Los discípulos y amisermon tercero de la Ascension, gos de Sócrates indignáronse muexhortando y animando á que su-cho con aquel hombre, y quisieron bamos todos al cielo con Cristo. Entre otros medios que pone para subir allá, son menester pasiones y malas inclinaciones: Ascendamus etiam post illum, per vitia ac passiones nostras: Subamos tambien al cielo con Cristo, ayudándonos de nuestras mismas pasiones. Y si preguntáreis de qué manera nos podrémos ayudar de las pasiones para subir al cielo, responde, que

poner las manos en él: Sócrates los detuvo diciendo: Paso, que verdad ha dicho este hombre; porque tal fuera yo verdaderamente, si no me hubiera dado á la filosofía y ejercicio de la virtud. Pues si aquel filósofo con las fuerzas naturales habia alcanzado tanto señorío y victoria de sus malas inclinaciones, mejor las podrá alcanzar el cristiano y religioso, ayudados de la

gracia del Señor: Sapiens domina-cho, y no teneis que vencer, y bitur astris: mas poderosa es la así será digno de mayor premio y gracia que là naturaleza. galardon

Hay otro género de personas que Alaba Plutarco, cap. 5, á Alejannaturalmente son de buena condi- dro Magno sobre todos los monarcion: Sortiti sunt animam bonam cas del mundo, diciendo que los (Sapient.), que no parece que peca- otros nacieron monarcas; mas este ron en Adan, como solia decir de ganó la monarquía con su brazo san Buenaventura su maestro Ale- y lanza, y con muchas heridas que jandro de Ales: tienen un natural en diversas batallas recibió. Así tan bueno y tan suave, que todo aquellos que á punta de lanza, coparece se lo hallan hecho, nin-mo dicen, han vencido sus pasioguna cosa se les hace dificultosa, nes mortificándose y yéndose á la ni sienten esas repugnancias y con- mano, son dignos de mayor loa y tradicciones en su carne, que otros; gloria que los que se nacieron con antes dicen: ¿Cómo me dicen que ese sosiego natural y con esa paz, habia dificultades en la Religion, y no han tenido que vencer. Y así que yo no hallo ninguna? Para es- no teneis de qué tener vanagloria, tos es el segundo aviso para desen- ni por qué teneros en mas, por ser gañarlos. Si Dios os ha dado esta de buena condicion, ni por qué tebuena condicion y blandura natu- ner á los otros en menos, por ver ral, que no sentís esas dificultades, que tienen naturales fuertes y conni cási sabeis qué cosa sea ten-diciones difíciles; antes habeis de tacion que os dé pena, no os en- tomar de allí ocasion para confungriais ni tengais vanagloria; por- diros y humillaros, viendo que que eso no es virtud que hayais vos no es virtud en vos la que lo paalcanzado, sino natural con que rece, sino natural, y en el otro es vos nacísteis, y la virtud y aprove-virtud todo lo que hace : vos no os chamiento de cada uno no se ha de habeis aprovechado nada, porque medir por el semblante del rostro, no os habeis vencido en nada, y el ni por este exterior, que se parece otro ha aprovechado mucho, porde fuera, ni por el natural blando que se ha reprimido y vencido en y condicion fácil y suave, sino por muchas cosas. Al otro el tener mas la fuerza que cada uno se ha he- duro contraste, y mas rebelde nacho, y por la victoria y señorío | tural que vencer, le hace tener mas que ha alcanzado de sí mismo; esa cuidado de sí, y andar mas sobre es la medida cierta y segura del aprovechamiento de cada uno, y en eso mas ha hecho el otro que tiene el natural fuerte y colérico, que vos que os lo hallais todo he

aviso y con mas fervor, y así va creciendo siempre en virtud; y á vos el tener buen natural os es ocasion de ser descuidado, y andar con una continua tibieza: como no te

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