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todo lo que era precioso y de va- | bida, no tienen cuenta ninguna, si

lor: Quidquid vero vile fuit, et re- no que se están muy vivos y enteprobum, hoc demoliti sunt: Y todo ros en su propia voluntad y juicio, lo vil y desechado, y que no valia y en su honra y estimacion; á los nada, eso destruyeron. Así hay al- cuales podríamos decir en su modo gunos que se mortifican en cosas lo que dijo Cristo á los escribas y pequeñas y livianas; pero en las fariseos: Væ vobis Scribæ, et Pharicosas mayores, que importan y les sai hypocritæ, quia mundatis quod hacen mas al caso, perdónanse y de foris est calicis, et paropsidis, inquédanse muy vivos y muy ente- tus autem pleni estis rapina, et imros. Pues para aviso de estos, digo munditia! Matth. xxIII, v. 25. ¡Ay de que lo principal en que habemos de vosotros, escribas y fariseos hipóponer los ojos para mortificarlo y critas, que teneis mucha cuenta con ofrecerlo á Dios ha de ser lo mas la limpieza exterior de los platos y precioso. Va luego Samuel, y re- vasos en que comeis y bebeis, y préndele muy ásperamente de dentro estais llenos de inmundicia, parte de Dios por lo que habia he- de hurtos y de rapiñas! Pharisæe cho, y hace que le traigan delante cæce, munda prius, quod intus est á Agag rey de Amalec: Et oblatus calicis, et paropsidis, ut fiat id est ei Agag pinguissimus, et tre- quod de foris est, mundum: Limmens, et in frusta concidit eum piad y mortificad primero lo inteSamuel coram Domino in Galgalis. rior, para que lo exterior sea puro I Reg. xv, v. 32. Hizo sacrificio de y limpio; porque esa modestia exteél á Dios. Pues eso ha de ser rior, si no nace de allá dentro de la lo principal que habeis de sacrifi- paz y madurez interior del coracar y ofrecer á Dios con la morti-zon, todo será hipocresía y finficacion; ese Agag de vuestra hin- gimiento. No seais, dice Cristo chazon y soberbia, eso que reina mas en vos, esa impaciencia, esa condicion áspera y mala que teneis, ese deseo y apetito de ser tenido y estimado.

nuestro Redentor, como los sepulcros blanqueados, que parecen por defuera muy hermosos, y dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Y en el mismo Hay algunos que todo su cuida- capítulo, aun mas á nuestro propódo y toda su santidad y perfec- sito, reprende á los mismos escricion parece que ponen en esto ex- bas y fariseos, diciendo: Væ vobis terior, que se parece de fuera en Scribæ, et Pharisæi hypocritæ, qui traer una modestia y composicion decimatis mentam, et anethum, et muy edificativa, y que exterior- cyminum, et reliquistis quæ graviomente no se les eche de ver falta ra sunt legis, judicium, et miserininguna ; y con la mortificacion in-cordiam, et fidem! Matth. xxIII, v. 23. terior, que es la mas preciosa y su-¡Ay de vosotros, escribas y fariseos

CAPÍTULO XV.

Que no habemos de dejar las mortificaciones en cosas pequeñas, y cuán provechosas y agradables sean à Dios estas mortificaciones.

hipócritas, que teneis mucho cuidado que no se quede por diezmar la yerba buena, el anís y cominos, y dejais las cosas mas graves de la ley, y no teneis cuenta con ellas! Esto es al pié de la letra lo que ahora vamos diciendo, que hay algunos que tienen mucho cuidado de mortificarse en cosas de poco mo- De tal manera habemos de pomento y que no les cuesta nada; ner los ojos en las cosas mayopero en lo que duele, en cosa que res, que no dejemos las menores. llegue á lo vivo, no hay tocar. Pues Este aviso es contra algunos que eso ha de ser lo principal que ha- dejan las mortificaciones pequebemos de mortificar, aquella pa-ñas, y no hacen caso de ellas, por sion, ó aquel vicio, ó inclinacion parecerles que son cosas menudas, ó costumbre mala que mas reina y que no está en eso el aprovechaen nosotros, y nos lleva mas tras miento y perfeccion. Este es un ensí, nos pone en mayores peligros, gaño muy grande, y así nos aviy nos hace caer en mayores faltas. sa tambien de ello Cristo nuestro Por experiencia vemos que cada Redentor en aquella misma reprenuno comunmente suele sentir en sí sion que dió á los escribas y una, ó dos ó tres cosas, que son fariseos; porque no les reprendió las que principalmente le hacen la porque tenian cuidado de aqueguerra, y le impiden su aprovecha-llas menudencias, sino porque demiento, y son causa de todo su desmedro. Pues eso decimos que es en lo que principalmente ha de poner cada uno los ojos para quitarlo y desarraigarlo de sí con la mortificacion; y por esto tambien solemos encargar que de esto principalmente se haga el exámen particular, y que en esto se insista principal-ta el hacer caso de cosas pequeñas mente en la oracion, porque esa es y menudas, y no nos descuidar en la principal necesidad de cada uno. ellas y á la verdad él es un punto de tanta importancia, que merece ser tratado muchas veces para que no se nos vaya entrando por ahí tanto mal, como suele entrar por esos resquicios. Pero ahora solamente dirémos lo que hace á nues

jaban las cosas graves de la ley. Antes añade luego que es menester tambien hacer estas cosas: Hæc oportuit facere, illa non omittere. Matth. XXIII. Conviene, dice, que se hagan las cosas pequeñas; pero no se han de dejar las mayores. Muchas veces tratamos cuánto impor

tro propósito, que será declarar de mayor valor, ni que mas querados cosas. La primera, el bien mos y estimemos, que nuestra progrande que hay en estas mortifica- pia voluntad, y dando eso lo daciones. La segunda, cuán grande mos todo. mal y daño nos puede venir si San Ambrosio (1) pondera á este nos descuidamos de ellas. Y comen- propósito aquel hecho de David, zando de lo primero, cuánto agra- cuando estando en campo contra los dan & Dios las mortificaciones, filisteos, dice la sagrada Escritura aunque sean en cosas pequeñas, y de que: Desideravit, et dixit: O si quis cuánto valor y mérito sean delan- daret mihi aquam de cisterna Bethlete de él, entenderáse bien por aquí: hem! Deseó, y dijo: ¡Oh quién me en la mortificacion no se ha de mi- diese un poco de agua de la cisterna rar tanto á las cosas que hacemos, de Belen! que estaba de la otra parcuanto á que negamos y quebran-te de los enemigos. Oyendo esto tres tamos en ella nuestra propia vo- caballeros fortísimos, rompieron luntad; porque eso es propiamen- por medio del ejército de los filiste el mortificarse y negarse á sí mis- teos, y trajeronle un vaso de agua mo, que Cristo nuestro Redentor de aquella cisterna; y dice la sagranos pide en el sagrado Evangelio. da Escritura: Qui noluit bibere, sed Matth. XVI, v. 24. Pues esta propia magis libavit illam Domino : No la voluntad tambien se niega y que- quiso beber, sino dice que la sacribranta en las cosas muy peque- ficó y ofreció al Señor, derramanñas, como en las muy grandes, y dola. Gran cosa, por cierto, y gran aun algunas veces mas, como cuan- sacrificio ofrecer á Dios un jarro de do son mas contra nuestra volun-agua, dice san Ambrosio : gran tan, como lo experimentamos mu- sacrificio fue, y muy agradable chas veces que sentimos mas difi- á Dios, y basta contárnoslo la sacultad en algunas cosas pequeñas grada Escritura por hazaña de Daque sintiéramos en otras grandes ; vid, para entender que fue grande. porque, como suelen decir, y muy Pero ¿por qué fue grande? ¿Sabeis bien, la mortificacion no está tan- por qué? Dice san Ambrosio: Vicit to en las cosas, cuanto en la re- ergo naturam ut sitiens non biberet, pugnancia de nuestra voluntad. De et exemplum de se præbuit, quo ommanera que en cualquier mortifica- nis exercitus tolerare sitim disceret: cion, aunque sea en cosas peque- Venció la naturaleza, quebrantó su ñas, ofrecemos y sacrificamos á voluntad en no beber, teniendo sed, Dios nuestra propia voluntad, ne- y dió ejemplo á todo el ejército pagándola y quebrantándola por su ra que sufriese la sed. No fue soamor, y dándole la cosa mas pre-lo el jarro de agua lo que ofreció, ciosa, y mas querida y amada que (1) Ambros. in Apolog. de Dav. cap. 7, tenemos; porque no tenemos cosa v. 1; I Paral. XI, 17.

sino la voluntad esa es la que sa- | que quisieren; pero á mí, dice, mas crifica y ofrece uno á Dios cuan- admiracion me pone David cuando se mortifica, aunque sea en co-do le veo danzar y bailar delante sas pequeñas, y por eso es sacrifi- del arca, como si fuera un hombre cio de mucho valor y muy agradable delante de su Majestad.

Pues estimemos en mucho estas

plebeyo y bajo, que cuando oigo decir que despedazaba osos y desSan Gregorio, lib. 27 Mor. capí- quijaba leones, y mas que cuando tulo 27, trae otro ejemplo del mismo oigo que de una pedrada derribó David á este propósito, y tambien al gigante Goliat, y venció á los file trae san Ambrosio, ubi supra. listeos: Pugnando quippe hostes subCuenta la sagrada Escritura en el didit; saltando autem coram Domisegundo libro de los Reyes que no semetipsum vicit. Porque con David trajo el arca del Testamen-esto venció á otros; pero con aqueto à su ciudad de Sion con una llo venció á sí mismo, é hizo muprocesion y solemnidad muy gran- cho mas en vencerse á sí, que en de, y así como cuando acá se hace vencer á otros. procesion el dia del Corpus Christi el vulgo y la gente plebeya mortificaciones, y guardémonos de va con sus danzas y bailes delan- menospreciarlas, porque no nos te del santísimo Sacramento; así acontezca lo que le aconteció á Mies de creer, dice san Gregorio, col, que se afrentó y corrió de esque tambien entonces el vulgo y la te hecho de David, y le despreció gente plebeya hacia estas danzas en su corazon por él, y le dió desy bailes delante del arca de Dios. pues en rostro con ello: por lo cual Pues aquel potentísimo y fortísi- la castigó Dios con esterilidad, que mo rey David, olvidado de su au- no tuviese hijo ninguno en toda toridad y grandeza, desnúdase de su vida. Mirad no sea la causa de sus vestiduras reales, júntase con vuestra esterilidad y sequedad, así los danzantes, y comienza á dan- en la oracion como en el trato con zar, bailar y tañer : Quasi si nude-los prójimos, de que no se os petur unus de scurris, II Reg. vi, guen, ni vuestras palabras se les v. 20; et I Paral. xv, v. 29, le di-peguen, y así no tengais hijos espijo su mujer Micol: Como si fuera villano ó un hombre de placer. No se acaba san Gregorio de maravillar de este hecho de David, y dice: Quid de ejus factis ab aliis sentiatur ignoro. Ego David plus saltantem stupeo, quam pugnantem: No sé lo que otros sentirán de los hechos y hazañas de David: sientan otros lo

rituales; el afrentaros ya de hacer las mortificaciones pequeñas, y el desdeñaros de acudir al superior con cosas menudas, pareciéndoos que es cosa de niños y de novicios, y que ya no son para vos esas cosas, trat. 2, cap. 7 y mucho mas deben temer este castigo los que diesen en rostro con estas cosas á los

CAPÍTULO XVI.

Del mal y daño que se sigue de menospreciar las mortificaciones en cosas pequeñas.

que ven que son muy observantes, y muy exactos y puntuales en ellas, notándolos como de escrupulosos ó de muy menudos, ó como haciendo burla y donaire de ellos, que es una cosa con que se puede hacer mucho daño, y de que deberia uno tener mucho escrúpulo, porque De lo dicho se podrá entender cuanto es de su parte retrae á los fácilmente cuánto mal y daño otros de la virtud. ¡Oh qué bien res- se nos puede seguir si menosprepondió David á Micol! Ante Domi- ciamos las mortificaciones pequenum, qui elegit me potius, quam pa-ñas, y nos descuidamos de ellas; trem tuum, et ludam, et vilior fiam, porque no habemos de mirar tanto plusquam factus sum, et ero humilis à la cosa pequeña y menuda en in oculis meis. II Reg. vi, v. 21. Delante de Dios, que me escogió á mí antes que á tu padre, juzgaré y danzaré, y haréme aun mas vil y mas bajo, y no me apartará de eso el que mofa y murmura de mí. ¡Oh, dice san Bernardo, ep. 87 in fin., bonus ludus quo Michol irascitur, et Deus delectatur; bonus ludus, qui hominibus quidem ridiculum, sed Angelis pulcherrimum spectaculum præbet! ¡Oh qué buen juego aquel con el cual Micol se enoja y Dios se deleita! ¡Oh qué buen juego aquel que al mundo parece risa, pero á los Ángeles es un admirable espectáculo! Este juego usaba el que decia: Spectaculum facti sumus mundo, et Angelis, et hominibus. I ad Cor. iv, v. 6. Pues usemos nosotros tambien este juego, y no hagamos caso del qué dirán, dice san Bernardo: Ludamus ut illudamur; porque de esta manera serémos un espectáculo que espante al mundo, y admire á los Ángeles y agrade mucho à Dios.

que nos dejamos de mortificar, cuanto á que no queremos negar ni quebrantar nuestra voluntad por amor de Dios, ni aun en aquello poco. Y hay aquí otro daño muy grande y muy digno de ser advertido, y es, que con esto va uno dando licencia á su voluntad para que en otras cosas salga tambien con lo que quisiere; y así se va haciendo voluntarioso y apetitoso, fomentando y aumentando su propia voluntad. No entiende uno el mal y daño que en esto se hace á sí mismo: al principio es leoncillo pequeño esta propia voluntad; pero de esa manera irá creciendo, y se hará un leon fiero é indómito, que no os podais despues averiguar con él. Bien sabemos todos que la propia voluntad es la causa y raíz de todos los males y pecados, y del infierno tambien : Cesset propria voluntas, et infernus non erit, dice el glorioso y bienaventurado san Bernardo, serm. 3 de Resurrectione: Cese la propia voluntad, y no habrá in

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