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C

que he visto estos dias en un pueblo cercano á esta ciudad llamado la Enova. Debió ser poblacion antigua, y quedan vestigios de ello entre otros una piedra romana de jaspe de buscarró, harto maltratada por haber servido de lavadero. Lo que queda dice así:

C

(a).....LICINIVS.....
GALI PRISCVS.

...ICINI.... ITE

MARCELLA VXO.....

Puede leerse así: Junius Licinius... Galeria, Priscus: Licinianus Junii Filius: Mar cella Uxor. Sin duda pertenece esta inscripcion á la familia de los Licinios, de que ha blé en la carta primera con motivo de la inscripcion que se conserva en el despo blado de Ternils; mayormente considerada la proximidad de ambos pueblos. Y así pu do ser la de Ternils llevada allá de este lugar de la Enova, sin ser necesario recurrir á la conjetura de que se sacó de entre las de Xátiva. No mas por hoy.

A Dios. San Felipe &c.

(a) Aquí solo se descubre la parte inferior del palo vertical, que debia ser de

las letras I, 6 F, ó T; juz. go que debia ser I, como se ve en la línea tercera.

NOTAS Y OBSERVACIONES.

(1) Habia celebrade fiesta á S. Félix, diácono de Gerona. A este S. Félix mártir de Gerona confunde Baronio (die XVIII. Martii) con el diácono de S. Narciso que tuvo el mismo nombre, cuya equivocacion desvaneciéron Solerio y Cupero, demostrando que el nuestro llamado por Berengario el obispo de Gerona santísimo doctor, apóstol y profeta, fue africano, el qual desde Argel donde estudiaba las buenas letras, cum fideli relatu, dice San Eulogio, persecutionem catholicorum, quae apud Gerundam Hispaniae urbem, confinem Galliae, gerebatur, comperiret,.... praepeti navigatione aequoretransmisso, praedictum oppidum adiit, ibique martyrium, quod patriae suae deerat, devotus miles Christi triumphabiliter consummavit (S. Eulog. lib. I. n. 15.).

De grande edificacion fue el triunfo de S. Félix para toda la iglesia, especialmente para España, á lo qual aluden aquellas palabras del antiguo breviario mozarabe :

beza

Hispaniarum ecclesias
Felix martyr inclytus
Roboravit eloquio,

Et ornavit martyrio.

Pinio y Cupero dudan que sea de este S. Félix la ca

que con su nombre se conserva en el relicario de S. Lorenzo el Real, traida de Colonia por Fr. Baltasar Delgado. Los fundamentos de esta duda pueden verse en el §. III. del comentario que precede á las actas de S. Félix mártir (Act. SS. I. Aug.). Pero se halla á mi juicio desva necida lo que sobre esto dice Vega en sus eruditas Me morias para la historia de S. Félix M. Gerund. p. 64. 65.

con

(2) Un fragmento de una cruz de piedra blanca, de las que llamamos griegas. Al principio me ocurrió si seria este fragmento de la cruz que en la antigua iglesia catedral de Sétabis debió de estar como en otras en la parte supérior de la capilla ó tabernáculo, donde se guarda❤ ba la Eucaristía para los enfermos, llamado por los escritores eclesiásticos ciborium, y por el órden romano tegi men y umbraculum: práctica antiquísima de la Iglesia Latina, á la qual alude S. Paulino en la carta XXXII. á Severo (n. 7. op. pág. 204.), describiendo el tabernáculo de una iglesia por estas palabras:

Divinum veneranda tegunt altaria foedus,
Compositis sacrâ cum cruce martyribus,
Cuncta salutiferi coeunt martyria Christi
Crux, corpus, sanguis, martyris ipse Deus....
Sic ubi crux, et martyr ibi: quà martir, ibi et crux.

Sobre el qual lugar dice Mabillon:,, Crux in summo, corpus et sanguis, id est, reliquiae martyris in imo, scilicet; subtus altare; ipse Deus, hoc est, ipsum Domini corpus in columbâ appensum in medio." (Mabill. de liturg. Gallican. lib. I. cap. IX. pag. 94.)

Tuve presente tambien lo que Paulo Silenciario en la descripcion del templo de santa Sofía (Part. II. v. 322. ad calc. hist. Joann. Cinnami pag. 517.) dice que en la parte superior del tabernáculo crux supereminens conspicitur: y aquellas palabras del segundo concilio Turonense, celebrado en el pontificado de Juan III hácia los años. 570. (Can. III. t. VI. concil. Labb. pag. 533-) Corpus Domini in altari non in imaginario ordine, sed sub erucis titulo componatur. (V. Rosveyd. in S. Paulin. epist. XXXII. N. CXLVI. et Steph. Borg. de cruce velitern. pag. 218. seq.).

Pero luego reflexioné que aquellas cruces por lo comun no eran de piedra, sino de metales preciosos, ni estaban fixas en la pared como debió de estarlo la nuestra, sino colgadas en el ayre, llamadas por lo mismo en varios escritos antiguos pendentes y pendulae, lo qual consta claramente de lo que acerca del papa Leon III escribe Anastasio el Bibliotecario (in Leone III. tom. I. n. 66.) que en el oratorio de la santa Cruz hizo una corona maciza y cerrada por arriba de las que solian ponerse colgadas sobre los altares con una cruz en medio: regnum Spanoclystum ex auro purissimo cum cruce in medio pendens super altare; y de lo que dice S. Gregorio de Tours (de miraculis S. Juliani lib. II. cap. XLIII.) pendebat super ipsum altare crux holocrysa, eleganti opere facta. (V. Paciaud. diatrib. de veteri Christi crucifixi signo et antiquis crucibus quae Ravennae sunt in t. I. crucis dominicae edit. Gorian. et Borg. de cruce vaticanâ pag. 7.)

Parece mas verosímil que esta cruz sea de las que ya muy de antiguo se fixaban como ahora en las paredes de los templos en su consagracion, la qual práctica supone Jac. Pamelio hallarse recibida ya en occidente en los tiempos de S. Paulino (Pamel. liturgic. latinor. t. I. p. 502.), 6 acaso de las que en los siglos anteriores fixaban solemnemente los obispos en el sitio donde se habia de edificar algun templo, ó en los de los gentiles quando se purificaban para dedicarlos al culto del verdadero Dios, á lo qual alude la ley del emperador Teodosio para que los adoratorios que quedaban de gentiles, se consagrasen al culto divino, collocato in iis venerandae religionis signo (V. Gothofred. in 1. XXV. cod. theodos. lib. I. tit. III.), y la prohibicion de Justiniano para que nadie fundase iglesia ni oratorio, nisi episcopus civitatis interveniens.... crucem figeret (Authent. LXVII.). Iguales leyes hicieron Carlo

Magno, Ludovico Pio y otros príncipes (Capitul. lib. V. cap. CCXXIX.).

Puede verse lo que dice Rufino de las cruces colocadas en el sitio donde estuvo el templo de Serapis (Rufin. lib. II. cap. XXIX.). De esta práctica inmemorial de poner cruces en los templos y oratorios trata largamente Gretsero (de cruce Christi tom. I. lib. II. cap. VII. X.).

(3) Y en el centro un baxo relieve, que representa un corderito con una cruz. Este símbolo le descifra elegantemente S. Paulino, diciendo:

Sanctam fatetur crux, et agnus victimam.

(Epist. XXXII. ad Sever. n. 11. op. pag. 206.). El cordero como imágen de la víctima, la cruz como el ara donde fue inmolada.

Otra explicacion se halla al rededor de un cordero semejante al nuestro, esculpido en una puerta antigua del templo romano de santa Pudenciana:

Hic agnus mundum restaurat sanguine lapsum.
Mortuus et vivus, idem sum pastor et agnus.

(Ciampin. veter. monim. p. I. cap. III. pag. 27.).

Supuesta la antigüedad de este monumento, si tratásemos de fixar la época de su construccion, pudiera servirnos de guia lo que acerca de este símbolo en las cruces y vasos sagrados ofrece la historia eclesiástica. Pondré uno u otro exemplo.

Un cordero semejante tiene esculpido la patena de San Pedro Crisólogo, que se conserva en Imola, cuya alusion declaráron Juan Patricio en una disertacion que publicó en Roma el año 1706, y Sebastian Paulio en otra impre sa en Nápoles el año 1745.

Marangonio hace memoria de un monumento de már

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