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Total de gastos para veinticinco familias $28,125 oro)

Si el Gobierno no está en disposición de hacer gastos notables para traer familias extranjeras, no debe, en manera alguna, dejar de fomentar la inmigración de familias nacionales en el Caquetá y Putumayo por el procedimiento indicado al principio de este Proyecto. Fr. FIDEL DE MONTCLAR

Bogotá, 15 de Agosto de 1911.

Junta Arquidiocesana Nacional de la Obra de las Misiones en Colombia--Bogotá, Septiembre 20 de 1911.

Señor.....

Por la nota del R. P. Fidel de Montclar Prefecto Apostólico del Caquetá, dirigida á la Junta Arquidiocesana Nacional de las Misiones en Colombia de que soy Presidente, verá usted la importancia del plan en ella propuesto para la defensa nacional, seguridad de nuestras fronteras y civilización de los territorios del Caquetá y del Putumayo.

La Iglesia y el Clero, que siempre han estado á la cabeza de toda obra de civilización y que en nuestra Patria en todos los tiempos han sido iniciadores, cooperadores y obreros fecundos no tan sólo del bién espiritual de las almas sino también de la felicidad de la sociedad, de la dignidad de los pueblos y del honor

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y seguridad de la Patria, por iniciativa del Ilmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo Primado y bajo su sabia dirección quieren coadyuvar á las benéficas empresas iniciadas por los celosos misioneros del Caquetá, los cuales mediante sus esfuerzos y evangélicos trabajos conocen las necesidades de aquellas apartadas comarcas, su topografía, sus riquezas ingentes que han despertado y mantienen vivas sobre nuestras fronteras del Sur tenaces ambiciones, codicias inquietas, desapoderadas invasiones con las cuales en estos momentos se ha alarmado justamente el sentimiento público y se ha lastimado el patriotismo tan hondo, tan delicado y tan sensible entre los colombianos.

El fomento de las obras emprendidas y deseadas por los misioneros en aquellas comarcas, su ensanche y su adelantamiento serán medio rápido y seguro para atajar el mal, levantando infranqueable barrera á la ambición, fijando nuestras fronteras y extendiendo hasta ellas la soberanía de la Nación. Si se presta vigor y aliento á los misioneros del Putumayo y del Caquetá, ellos podrían emprender grandes cultivos, acometerían fundaciónes, levantarían caseríos, aldeas, y, hasta ciudades, centros poderosos de población, baluartes, puestos avanzados de civilización y de defensa. Con un cordón de poblaciones y de plantíos tendidos sobre la

frontera tomaría Colombia posesión del territorio y haría valer sus derechos; de esos centros saldrían hoy agricultores y mañana soldados vigilantes sobre la frontera y recursos y elementos para sostenerlos. Aunando los esfuerzos por el acrecentamiento de la civilización cristiana y de la riqueza pública en las regiones del Caquetá y del Putumayo, se habrá provisto de la manera más eficaz y provechosa al problema de la defensa del territorio nacional y á la seguridad de nuestras fronteras, y una vez más, el amor á Dios y el amor á la Patria habrán producido en Colombia frutos de bendición.

Cuantiosos son los recursos necesarios para coronar la obra, pero menores, si, incomparasí, blemente menores, que los indispensables para levantar, equipar y mantener ejércitos.

Si Colombia por un movimiento unánime se dirige en defensa del territorio al lugar del peligro y al punto de la contienda para llevar allí, no la destrucción y la matanza, sino la prosperidad y la vida por el fomento de las misiones, habrá presentado la mejor prueba de patriotismo y de fe, y dado solución al grave é inapelable conflicto.

Por tanto la Junta Arquidiocesana Nacional de las Misiones en Colombia creada por el Ilmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo Primado, en virtud del Acuerdo de la Conferencia Episcopal de

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Colombia aprobado por la Santa Sede, y por él especialmente dirigida y patrocinada, confía en que usted ayudará en la medida de sus fuerzas, y en atención á las urgentes necesidades de los misioneros, con una cantidad de dinero que podrá usted remitir al Sr. Tesorero de la Junta en esta ciudad, Sr. José María Mejía R., carrera 6. número 248 ó á los Sres. Presbíteros Dr. Darío Galindo y Dr. Diego Garzón y á los Sres. Manuel del Castillo y Francisco Montoya Lorenzana, miembros de la Junta.

La suscripción ha empezado á levantarse ya con grande entusiasmo en esta capital, encabezada por el Ilmo. Sr. Arzobispo Primado, quien ha contribuído con una respetable suma. Dios guarde á usted,

FRANCISCO JAVIER ZALDÚA

Presidente de la Junta

DECRETO

Para explicar algunas cuestiones litúrgicas relativas á los días de fiesta, de acuerdo con el Motu proprio de Nuestro Santísimo Padre el Papa Pío X del 2 de Julio del presente año, y también con el Decreto Urbis et Orbis, de la S. C. de Ritos del 24 del mismo mes y año, la misma S. C., por relación del infrascrito Secretario, oída la opinión de la Comisión Litúrgica y con aprobación del mismo Santísimo Padre, estatuyó y declaró lo siguiente:

1. Como la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista en adelante ha de celebrarse en la Domínica anterior á la de los Ss. Apóstoles Pedro y Pablo, y, por tanto, pueden ocurrir al mismo tiempo las dos octavas, en este caso se celebrará el Oficio de la Octava de la Natividad de San Juan Bautista con la conmemoración de la Octava de los Ss. Apóstoles.

II.-La Vigilia de la Natividad de San Juan Bautista celébrese en el sábado anterior á la Domínica que precede á la fiesta de los Ss. Apóstoles Pedro y Pablo. Cuando en dicho sábado ocurran al mismo tiempo la Vigilia de la Natividad de San Juan y la Vigilia de los Ss. Apóstoles, hágase el Oficio de la primera con la conmemoración de la otra pero solamente en la Misa. Mas si en este sábado cae una fiesta ú Oficio de rito doble ó semidoble, la nona lección será de la Vigilia de la Natividad de San Juan, y en la Misa se dará conmemoración de ambas Vigilias.

III.-En las iglesias catedrales y colegiatas, en el caso precedente, dígase después de Nona la Misa de la Vigilia de la Natividad de San Juan con la conmemoración de la Vigilia de los Ss. Apóstoles; pero si

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