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esto, es una carta del Rey Don Alfonso á su Lugarteniente en Mallorca Berenguer de Oms, en que le dice, que aunque por motivos que á todos eran notorios, habia mandado que no se entregase cosa alguna de los frutos del obispado de Mallorca á su primo el Obispo Luis, residente entonces en Roma, sin embargo en consideracion à la calidad de su persona, á la enfermedad que padecia y á los gastos que habia hecho, así en la provision de su obispado, como en su viage á estas islas, era su ánimo y mandaba que se le entregasen todos los frutos que correspondian á su dignidad, hasta el dia en que tomó posesion de ella su consejero Alfonso de Borja. No dice mas la carta, que está fecha á 7 de mayo de 1424 (Cartas reales de ese año).

Este documento nos deja con la duda de la época en que se verificó dicha separacion del Obispo, y tambien del porque de ella. Aunque bien mirado todo, yo sospecho que la causa debió ser que nuestro Obispo pertenecia á una familia que habia sido rival de la reinante en la consecucion del trono de Aragon. Hermano ó sobrino de nuestro Prelado era aquel Don Juan de Prades, que por muerte de Don Alonso de Aragon, Duque de Gandia, se mostró pretendiente de la corona en

el congreso de Caspe (V. Mariana, Hist. de Esp., lib. XX., cap. 2.). Y ya, cuando por su derecho mas remoto fué postergado á los dos principales aspirantes Don Fernando de Castilla y el Conde de Urgel, es muy regular que siguiese el partido del segundo, con quien, ademas del paisanage, estaba emparentado, ya por parte de Doña Margarita de Prades', última muger del difunto Rey Don Martin, ya por alguna otra causa que alguna buena coyuntura me deparare para ilustrar mas este punto. Entre tanto prosigamos diciendo algo de lo que aquí pasó.

Segun supone el Rey en su carta, Alfonso de Borja percibia todos los frutos y emolumentos temporales del obispado, quedando su gobierno espiritual á cargo de los Vicarios del Obispo, que eran entonces los canónigos Arnaldo de Mari, Bernardo Berard y Jaime Marti, oficial. Parece ser que al procurador de Borja, que era Nicolás Forns, se le seguia algun inconveniente y atraso con la colision de estas autoridades opuestas, y que instó al Roy para que el Capítulo nombrase otros Vicarios generales que gobernasen en su nombre la parte espiritual. Mandólo así el Rey á 31 de enero de 1425, diciendo expresamente que no queria que la administracion del obis

pado se hiciese en manera alguna á nombre de su primo el Obispo. Representaron los Vicarios, á 8 de marzo, que estaban prontos á renunciar sus oficios en manos del Capítulo, si este se hallase con facultad de nom brar sucesores; cosa que por ningun derecho podia hacerse, no estando vacante la Sede; y si se hiciese, sobre faltar á la fidelidad prometida á su Obispo con juramento, se habia de seguir gran perturbacion de conciencias, etc. Oidas estas razones por el Rey, contestó con fecha de 13 de junio, que no pudiéndose hacer legalmente el nuevo nombramiento de Vicarios, se sobreyese en este negocio, y siguiesen gobernando los antiguos del Obispo.

Estos documentos obran en un proceso que se formó el año siguiente 1426 (ibidem), que empieza por una carta del Rey, fecha á 22 det junio, en que de nuevo manda que se nom. bren por el Capítulo otros Vicarios generales que gobiernen en su nombre. En virtud de esto y á instancia del procurador de Alfonso de Borja, se intimó á los Vicarios sobredichos que renunciasen sus oficios en manos del Capítulo. Contestaron estos que en nada habian perjudicado á dicho procurador, y que les constaba por otras cartas reales ser con

traria la voluntad del Rey. El procurador del Obispo, que era el presbitero Gabriel Juan, presentó una larga protesta á dichos Vicarios, en la cual dice de él in alvo sanctæ Catholica et Apostolicæ Ecclesia presencialiter residentis: y añade que todo esto se hacia para que se nombrasen Vicarios á gusto de Alfonso de Borja, «ut sicut, dice, super administra»tione dicti episcopatus temporalibus perfrui»tur, pariter spiritualibus perfruatur; et di>>ctus Dominus Episcopus, qui in ventre san»ctæ matris Ecclesiæ iamque dicta residet et frequentat, abiiciatur omnino a sui catholici >>pontificii dignitate.» Todo esto pasó en los primeros dias de octubre de 1426, y despues de varios apremios renunciaron dichos Vicarios en manos del Capitulo; pero antes habian nombrado secretamente su substituto al canónigo Pedro Domingo. Averiguado esto, se intimó al Capitulo que este debia renunciar tambien. Y verificado así, nombró finalmente el Capítulo por sus Vicarios generales á los canónigos Lorenzo Serralli y Pedro Lledo. Estos se negaron á admitir por lo pronto, como tambien el nuevo fiscal que se nombró en la curia episcopal. Y de este negocio no contiene mas el proceso. Pero despues hallo en el mismo registro una carta del Rey de 21 de

noviembre del mismo año, en que aprueba dichos nombramientos.

Nada mas sé de este cuento, sobre el cual harás las reflexiones que quieras. A mí no me toca decir otra cosa, sino que por los documentos que se alegarán en el artículo siguiente, consta que Alfonso de Borja continuó en su administracion, hasta que tomó posesion del obispado de Valencia en 1429, que es el mismo en que murió en Roma nuestro desgraciado Obispo Luis, á quien los sucesos políticos fueron la ocasion de no haber concluido su pontificado con la misma gloria con que lo comenzó.

Olvidóseme advertir que durante este pontificado estuvo en esta isla el Rey de Aragon Alfonso V, es á saber, en el mes de junio de 1420, pasando con su armada á las islas de Cerdeña, Córcega y Sicilia; y recibió un préstamo de seis mil florines de su universidad, el cual se obligó á satisfacer dentro de seis meses. De esto he visto una nola coetánea en poder de los PP. Capuchinos de esta ciudad.

En la vacante de esta Silla, á 19 de diciem bre de 1429, celebró órdenes aquí Fr. Enrique, Obispo Nichopolense.

Tambien hallo, ya que hablamos de eso, que en 1393 residia en esta isla otro Obispo,

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