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nos oficios en su iglesia, que por ser cosas muy pequeñas y privativas de ella no he copiado. (Act. cap.) Regresó de dicha fiesta el Obispo lunes á 18 de agosto del mismo año.

La lectura de teologia de la catedral habia estado servida todos estos años por los frailes Menores. Yo no sé si dije ya que á 11 de marzo de 1591 se habia encargado al ya citado Fr. Juan Exameno que pudiese suplir la ausencia y faltas del lector propie tario Fr. Nicolás Costa, y que en 1596 fué nombrado para suplir las de los dos Fr. Francisco Ponç. Ahora á 10 de noviembre de 1400 nombraron el Obispo y Capítulo con el mismo objeto á Fr. Antonio de Santa Oliva. Todos estos religiosos lo cran de la órden de San Francisco.

Pocos dias antes de esto, en 25 de octu

bre, resolvió que las capas corales negras comenzasen á usarse en las segundas visperas de Todos Santos al comenzar las de la Conmemoracion de los difuntos. Esto dice la Consueta de esta iglesia, ms. à principios del siglo XVI.

En un libro de Miscelánea que conservan los PP. Capuchinos hallo copia de la bula con que el Papa Benedicto XIII (Luna) unió å la mensa capitular varios beneficios sim

ples para dotacion de esta iglesia. Hízolo á 16 de setiembre, año VII de su pontificado (1401) á instancias de nuestro Obispo Luis, apoyado por el Rey Don Martin y por los Jurados de esta ciudad.

Renovóse en el año 1403 la escena que algunas otras veces se habia visto en esta ciu dad, como ya se dijo, por no andar acordes los intereses del imperio con los del sacerdocio. El Gobernador de este reino Roger de Moncada se negó á restituir cierta cantidad debida á un clérigo, y cuando el Obispo para compelerle à ello puso entredicho en la ciudad, el Gobernador publicó un bando imponiendo pena de la vida y de perdimiento de -bienes al que ayudase en cosa alguna á lás personas eclesiásticas ni las reconociese para nada. Esto fué el lunes à 22 de enero. Daró esta lucha y perturbacion hasta el dia 1.° de febrero en que se quito el entredicho sin saberse el cómo. Esto es del Cronicon de Salcet.

Después de esto debió ausentarse el Prelado por muy poco tiempo, pues como se lee en dicho Cronicon á 26 de setiembre regro só á Mallorca en una galera armada en Mesina, junto con su hermano Don Jaime que iba á Sicilia, para donde partió á 4 de octu

bre en una nave de Berenguer Tomás. Es un consuelo encontrar las noticias pintadas con pelos y señales.

Mucho mas circunstanciada hallarás en el mismo la horrorosa desgracia que acaeció en esta ciudad en la noche del dia 14 del mismo mes y año con motivo de una riada que asoló y mató centenares de casas y de personas. Esta catástrofe, que hace estremecer, produjo dos efectos bien diferentes entre si. El primero fué la paz y union repentina con que se reconciliaron los ánimos de los ciudadanos que andaban divididos en bandos por razon del gobierno de los Jurados y modo de su nombramiento; porque fué así que conmovidos con lo terrible de este castigo, y atribuyéndolo cuerdamente á estepecado público, origen de otros muchos, hicieron su concordia á cabo de pocos dias, y todos juntos fueron á la catedral, donde reci-bidos por los canónigos cantaron un solemne Te Deum en accion de gracias a Dios, autor de la paz, haciendo por conclusion una breve plática Jaime Mur, Vicario general de nues tro Obispo.

El otro efecto que decia fué la discordia que se suscitó entre los Jurados y el clero, pidiendo aquellos á este, sumas crecidas pa

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ra socorro de tantos ciudadanos que queda. ron pereciendo con aquella desgracia, y alegando este que no le era posible cumplir con lo que se pedia, porque sobre haber alcanzado gran parte de aquel mal á algunas de sus fincas, muchos de sus individuos estaban enteramente necesitados de socorro. Los Jurados enviaron sus embajadores al Papa y al Rey sobre esto. Y el Capitulo por su parte hizo lo mismo, escribiendo al Papa la carta que va copiada (a) solo para muestra de la elocuencia de aquel tiempo. Tambien se hallan en las Actas otras carlas á varias personas residentes en ambas córtes; entre las cuales se halla una dirigida á Pedro de Cagarriga, dándole al mismo tiempo la enhorabuena por su promocion al obispado de Lérida que él les habia participado desde Tarascon (V. Viage de Lérida). Esto último prueba que era canónigo de Mallorca, y como tal lo interesaban en que apoyase su causa, cuyo éxito no me consta.

A principios del año siguiente 1404 andaba nuestro Obispo visitando la diócesi y con intenciones de pasar á la isla de Menorca, segun consta de la carta que le escribió el

(a) Ap.inúm. III.

Capítulo, aconsejándole que suspendiese el viage, porque andaban recorriendo estas costas dos galeras de Moros que habian salido de Bugia. Sin embargo hizo su visita en aquella isla , pues, como diee Salcet, regresó de ella å 28 del abril inmediato.

Ya entonces debia saberse aquí la novedad de estar nuestro Obispo trasladado á la Silla de Tortosa, y elegido en su lugar Don Francisco Clemente Capera, que acababa de dejar el obispado de Barcelona, al cual volvió despues. Y en medio de su varia fortuna, no le habia de faltar este nombramiento, que duro pocos dias. Es así que, á 10 de mayo de ese año, el Capítulo ya le escribe como á electo y confirmado Obispo de Mallorca. Y pues que la cosa parecerá á algunos increible, quiero copiar aqui la carta como está en las Actas. Dice así: « Reverendo in Christo >>Patri et D. D. Francisco Clementis Dei et »Apostolicæ Sedis gratia electo et confirmato >>ecclesiæ Maioricensis.Reverende Pater et »Domine: humili recomendatione præmissa. >>Gaudemus in Domino plenæ letitiæ fecundi»late perfussi, percepta promotione felici vestræ personæ dignissimæ, quam Altissimus. »per ministerium SS. Domini nostri Papæ ad »hanc Maioricensem ecclesiam in Præsulem

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