Obrazy na stronie
PDF
ePub

apostasía: porque ya habian acordado los judios, dice el evangelista, que si alguno confesase á Jesus por Cristo, fuese echado de la sinagoga*. Aplíquese la semejanza.

CARACTER DE LA BESTIA, SU NOMBRE, Ó EL

NUMERO DE SU NOMBRE.

PARRAFO XII.

228. Esta bestia que acabamos de observar, persuadirá á los hombres, dice S. Juan, que lleven en la mano ó en la frente el caracter de la primera bcstia, ó su nombre, ó el número de su nombre, só pena de no poder comprar ni vender, que es lo mismo que decir, só pena de muerte. El mismo Apostol, para dar alguna luz ó alguna esperanza de entender toda esta metáfora, la cual evidentemente no convenia que se entendiese antes de tiempo, concluye todo el capítulo con estas palabras enigmáticas. Aquí hay sabiduría. Quien tiene inteligencia, calcule el número de la bestia. Porque es número de hombre: y el número de ella seiscientos sesenta y seist.

229. Casi desde los tiempos de S. Juan, como testifica S. Irenéo se han hecho siempre las mayores diligencias para descifrar este enigma, y entender bien este gran misterio, persuadidos firmemente los doctores, de que aquí se encierra el nombre del Anticristo, ó algun distintivo propio suyo por donde conocerlo infaliblemente. El empeño es sin duda laudable, y óptima la intencion: pues una vez que se sepa el nombre ó distintivo propio de aquel hombre ó persona, que llaman Anticristo, será facil conocerlo, cuando aparezca en el mundo: y si se conoce, será facil no caer en el lazo. Este discurso justo en sí mismo, en el sistema de los doctores no lo parece tanto. Los que esperan al Anticristo en la forma en que se halla en toda suerte de es

* Jam enim conspiraverant judæi, ut si quis eum confiteretur esse Christum, extra sinagogam fieret.-Joan. ix, 22.

↑ Hic sapientia est. Qui habit intellectum, computet numerum bestiæ. Numerus enim hominis est: (seu numerus communis et usitatus) et numerus ejus sexcenti sexaginta sex. -Apoc. xiii, 18.

S. Iren. 1. v, advers. hæres.

critores eclesiásticos, ¿qué necesidad pueden tener de saber su nombre, ó algun distintivo propio suyo para conocerlo? ¿Qué nueva luz se les puede añadir con esto para distinguirlo de los otros hombres? Traed, amigo, á la memoria siquiera alguna de aquellas noticias particulares de . que ya hemos hablado, y corren comunmente por indubitables, y decidme: con ellas solas, sin otro distintivo, podreis desconocer al Anticristo? ¿Habrá algun hombre, por rudo que sea, que teniendo dichas noticias, no lo conozca al punto?

230. Imaginad para esto, que aora en nuestros dias sale de Babilonia, ó de donde os pareciere mejor, un príncipe nuevo, que nadie sabia de él. Este nuevo principe, acompañado de una multitud infinita de Judios, que lo han reconocido por su rey y Mesías, se va derecho á la Palestina, la conquista toda, solo con dejarse ver: la evacua de sus habitadores actuales: establece en ella á todas las tribus de Israél: edifica de nuevo á Jerusalen para córte de su imperio: de allí sale con innumerables tropas, compuestas ya de Judios, ya de otras naciones orientales: hace guerra á todos los reyes de la tierra: mata tres de ellos, y á los demas los sujeta á su dominacion: trae siempre consigo un profeta grande que hace continuos y estupendos milagros: en suma, este príncipe nuevo, cuyo nombre todavia no se sabe, se ha hecho en breve tiempo monarca universal de toda la tierra: todos los pueblos, tribus y lenguas, lo reconocen y obedecen como á soberano... ¿Qué os parece, amigo, de este gran personage? ¿No es este el Anticristo que esperábamos? ¿No son estas las noticias que habiamos leído en nuestros libros? ¿Qué necesidad tenemos aora de saber su carácter, ni su nombre, ni el número de su nombre? Sin esto conocemos al Anticristo, y lo conoce toda la tierra. Este monarca universal de toda ella, cuya corte es Jerusalen, este es ciertamente el Anticristo. De aquí se sigue una de dos cosas: ό que el enigma propuesto, ó su inteligencia, es la cosa mas inútil del mundo, ó que el Anticristo que esperamos debe ser alguna otra cosa infinitamente diversa de lo que hasta aora

hemos imaginado. Si esto segundo se concediese, me parece que se pudiera adelantar no poco en la inteligencia del enigma, como, tentarémos mas adelante. Veamos lo

que hasta aora se ha adelantado en el sistema contrario.

231. Primeramente, han hecho los doctores este discurso prévio, que parece justísimo, y lo fuera en realidad, si no tocára ó supusiera el principio mismo que se pide. Los números de que usan los Griegos, dicen con verdad, no son otros que sus mismas letras. Estas letras numerales juntas y combinadas entre sí, deben formar alguna palabra, pues al fin son letras: luego el número 666 espresado en letras griegas (en las cuales se escribió todo el Apocalipsis) deberá necesariamente formar alguna palabra: pues esta palabra, concluyen, es ciertamente el nombre, ó el carácter, ó el distintivo propio del Anticristo. Bien. ¿Y si las letras griegas que son necesarias para espresar el número 666 se pueden combinar de treinta maneras diferentes, podran tambien ó deberan formar treinta palabras diferentes: y en este caso ; cual de ellas será el nombre propio, ó el propio distintivo de este hombre, ó de esta persona que llaman Anticristo? O este tendrá todos los treinta nombres y distintivos, ó si ha de tener uno solo, este no lo pueden enseñar en particular las letras mismas numerales. En efecto: las palabras ó nombres del Anticristo que se han sacado del número 666 espresado en letras griegas, son tan diversos y tan indeterminados, como se puede ver en estos pocos que pongo aquí por muestra.

VOZ GRIEGA.

1. Teytan........

2. Lampertis..

3. Lateynus..... 4. Nichetes.

b. Evantas..............

6. Kakos odegos...................
7. Aletes blaberos....
8. Palebascanos.
9. Amnos adikos.

[ocr errors]

.....

[merged small][merged small][merged small][ocr errors]

3. Latino......
4. Vencedor..
5. Floreciente..

6. Pequeño capitan.......
7. Verdaderamte nocivo.
8. Dia envidioso.
9. Cordero injusto..

10. Oculpios.......... 10. Trajano......

VOZ LATINA.

1. Gigas.
2. Lucens.

3. Latinus.

4. Victor.

5. Floridus. 6. Parvus dux. 7. Vere noxius.

8. Dies invidus. 9. Agnus injustus. 10. Trajanus.

Algunos han hallado á Jenserico, y otros á Mahoma.

232. El erudito Calmet, que en su disertacion del Anticristo trae las mas de estas combinaciones, esplica allí mismo el juicio que hace de ellas por estas palabras: Estudio á la verdad vano, cifras insignificantes que el hecho solo de haberlas referido nos pesa*. No obstante esta justa censura, el mismo autor en su esposicion literal del Apocalipsis sobre el capítulo xiii adopta como legítima, ó como preferible á todas las otras, la célebre combinacion del ilustrísimo Sr. Bosuet, el cual dejando las letras numerales griegas, como que no hacian, ni podian hacer al propósito de su sistema, se sirvió de las letras latinas, que comunmente llamamos números romanos, y de ellas sacó junto con el número 666 estas dos palabras: Diocles Augustus: que es lo mismo que decir: Diocles Augustus, da en números romanos, ó en sus letras numerales, el número precíso de 666. Ved aquí el ingenio.

[blocks in formation]

233. Esta operacion ha parecido á algunos no sé que especie de triunfo, respecto del sistema de Mr. Bosuet, y del P. Calmet, que es casi el mismo. Pretenden estos dos sá

* Studium utique vanum, et inanes notæ, quas hic tantùm recensuisse nos forté pœniteat.- Calmet.

bios, y se esfuerzan á probarlo, armados de grande elocuencia, y suma erudicion (mas con vano esfuerzo) pretenden, digo, acomodar casi todo el Apocalipsis á las primeras persecuciones de la Iglesia, principalmente á la última y mas terrible de todas, que fué la de Diocleciano. Pues en este sistema, de que luego hablarémos, parece esta combinacion un descubrimiento de suma importancia. No se podia desear, ni aun pensar cosa mas á propósito. Diocles (así dicen que se llamó Diocleciano antes de subir al trono) Diocles Augustus, da en números romanos la suma de 666. Luego este es todo el gran misterio que encierra el enigma propuesto. Luego el libro del Apocalipsis, especialmente cuando habla de la bestia de siete cabezas y diez cuernos, no nos anuncia otra cosa por estas metáforas terribles, que la terrible persecucion de Diocleciano, pues Diocleciano mismo viene aquí nombrado debajo de un enigma, &c.

234. Para que veais, Señor, la suma debilidad de este discurso, y la poca ó ninguna razon que hay para cantar la victoria, yo voy á proponer en las mismas letras numerales romanas, otra operacion ó combinacion mucho mas fácil y breve que la de Mr. Bosuet, la cual tiene que quitar la mitad de Diocletianus, y añadir Augustus. ¿Por qué? Porque la palabra Diocletianus no alcanza por sí sola al número propuesto, le faltan nueve; mas quitándole la mitad, esto es, tianus, se le quitan seis: las cuales seis, y las otras nueve que faltan, se suplen perfectamente con la palabra Augustus que tiene por tres veces la V y da el número 15: mas la combinacion que yo propongo, nada tiene que quitar ni que añadir; y así pruebo del mismo modo, y en la misma forma, que la bestia terrible del Apocalipsis significa y anuncia un príncipe terrible (ó pasado ó futuro) por nombre Luis, y en latin Ludovicus.

« PoprzedniaDalej »