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las cuales ha podido hacer por sí sola, ha hecho, y está haciendo males gravísimos é irreparables en el mísero linaje de Adan? Considérense estos males, no confusamente y á bulto, sino separados los unos de los otros, mirando al mismo tiempo con particular atencion aquella bestia particular á quien se deben atribuir. ¿Qué males no hizo, y hace todavia la idolatría: y esto por espacio de tantos siglos: y esto antiguamente en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, tribus y lenguas, y aun en el pequeño pueblo ó Iglesia del verdadero Dios! ¡Qué males no ha hecho, y está haciendo en una gran parte de la tierra el mahometismo, y esto impunemente á su satisfaccion, á su libertad, á su arbitrio, sin que haya quien se atreva á socorrer aquellos infelices, ni sacar uno solo de la terrible boca de esta bestia! ¡Qué males no han hecho, hacen, y harán en adelante, aun dentro del mismo cristianismo, la herejía, el sistema de la hypocresía religiosa, y el libertinaje! Sobre todo, ¡qué males no ha comenzado á hacer, aun desde la cuna, la bestia última terrible y admirable: esto es, el deismo puro, la filosofia, la apostasía de la verdadera religion, ó en suma, el espíritu fuerte y audaz, el espíritu soberbio y orgulloso que divide á Jesus!

208. Pues cuando todas estas bestias, por sí mismas ferocísimas, hagan entre sí una liga formal, ó un tratado solemne de amistad, de union, de compañía: cuando todas se unan en un solo cuerpo moral, de modo que todas juntas parezcan una sola bestia: cuando esta bestia septiforme aparezca en el mundo armada de uñas de hierro, de dientes grandes de hierro, y tambien de diez cuernos terribles, ó de toda la potencia de los reyes: cuando abra su boca horrorosa, en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, y á los que moran en el cielo : cuando en fin, se vea toda esta nube tenebrosa y espantable encaminarse directamente contra el Señor, y contra su Cristo, con intencion determinada, con firmísima resolucion de no dejar en toda la tierra vestijio alguno ni memoria de Cristo, &c.: ¡qué tempestad! ¡ qué temor! ¡ qué tribu

lacion! Mas es esto para considerarse, que para ponderarse con palabras.

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209. No obstante, yo me atrevo á decir, sin que me quede duda, que si todo el Anticristo que esperamos, y con que estamos amenazados, quedase solamente en la potencia y en el furor de esta bestia terrible, no habria ciertamente por que temerla: no nos pudiera hacer tanto daño como está profetizado: no hubiera necesidad de abreviar aquellos dias y el cuerpo de Cristo lejos de padecer algun detrimento real, por eso mismo creciera mas, se fortificára mas, y adquiriera nuevos grados de perfeccion: el gran trabajo es, que el Anticristo que nos anuncian las Escrituras no es solamente la bestia de diez cabezas y diez cuernos: le falta á esta bestia, ó á esta máquina, para su total complemento una pieza importante y esencial, sin la cual la gran máquina quedára sin efecto, y no tardára mucho en disolverse. Esta pieza importante necesita una observacion particular.

LA BESTIA DE DOS CUERNOS, DEL MISMO
CAPITULO XIII DEL APOCALIPSIS.

PARRAFO XI.

210. Y ví otra bestia que subia de la tierra, y que tenia dos cuernos semejantes á los del cordero, mas hablaba como el dragon. y egercia todo el poder de la primera bestia en su presencia: é hizo que la tierra y sus moradores adorasen á la primera bestia, cuya herida mortal fué curada. E hizo grandes maravillas, de manera que aun fuego hacia descender del cielo á la tierra á la vista de los hombres. Y engañó á los moradores de la tierra con los prodigios que se le permitieron hacer delante de la bestia, diciendo á los moradores de la tierra, que hagan la figura de la bestia, que tiene la herida de espada, y vivió. Y le fué dado que comunicase éspíritu á la figura de la bestia, y que hable la figura de la bestia: y que haga que sean muertos todos aquellos que no ado

Y

raren la figura de la bestia. Y á todos los hombres, pequeños, y grandes, ricos, y pobres, libres, y siervos hará tener una señal en su mano derecha, ó en sus frentes. que ninguno pueda comprar, 6 vender, sino aquel que tiene la señal, ó nombre de la bestia, ó el número de su nombre, Aquí hay sabiduría. Quien tiene inteligencia calcule el número de la bestia. Porque es número de hombre: y el número de ella seiscientos sesenta y seis*.

211. Esta bestia de dos cuernos, nos dicen con gran razon los intérpretes del Apocalipsis, que será el pseudoprofeta del Anticristo. Mas así como hacen al Anticristo, ó lo conciben como una persona individua y singular, así del mismo modo hacen, ó conciben á su falso profeta. Muchos piensan que este será algun obispo apóstata, pareciéndoles ver en sus dos cuernos como de cordero, un símbolo propio de la mitra. Pues este hombre nuevo, y estraordinario, será toda la confianza y todo el amor del Anticristo siempre lo tendrá á su lado en calidad de su consejero, y de su Profeta, y lo llevará consigo en todas sus espediciones. A la confianza del soberano corresponderá el fiel ministro, y fervoroso misionero, con servicios reales, y de suma importancia: pues ya con su elocuencia

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*Et vidi aliam bestiam ascendentem de terra, et habebat cornua duo similia agni, et loquebatur sicut draco, et potestatem prioris bestiæ omnem faciebat in conspectu ejus: et fecit terram, et habitantes in ea adorare bestiam primam, cujus curata est plaga mortis. Et fecit signa magna, ut etiam ignem faceret de cœlo descendere in terram in conspectu hominum. Et seduxit habitantes in terra propter signa, quæ data sunt illi facere in conspectu bestiæ, dicens habitantibus in terra, ut faciant imaginem bestiæ, quæ habet plagam gladii, et vixit. Et datum est illi, ut daret spiritum imagini bestiæ, et ut locuatur imago bestiæ: et faciat ut quicumque non adoraverint imaginem bestiæ, occidantur. Et faciet omnes pusillos et magnos, et divites, et pauperes, et liberos, et servos habere characterem in dextera manu sua, aut in frontibus suis. Et ne quis possit emere, aut vendere, nisi qui habet characterem, aut nomen bestiæ, aut numerum nominis ejus. Hic sapientia est. Qui habet intellectum, computet numerum bestiæ. Numerus enim hominis est : et numerus ejus sexcenti sexaginta sex. - Apoc. xiii, ab 11 usque ad 18.

admirable, ya con su esterior de santidad, ya con milagros contínuos, é inauditos, ya con promesas, ya con amenazas hará creer á todos los habitadores de la tierra, que el Anticristo es su verdadero y legítimo rey. No contento con esto solo, les hará creer que tambien es el verdadero Dios, y hará que todos lo adoren como á tal: hará que todos, grandes y pequeños, traigan siempre en la mano, ó la frente, cierta señal ó caracter que los de á conocer por fieles adoradores de este nuevo dios: hará que ninguno sea admitido á la sociedad ó comercio humano, ni pueda comprar, ni vender, si no lleva públicamente dicha señal: hará morir en los tormentos á aquellos pocos que tuviesen la audacia de resistir á la fuerza de su predicacion.

212. En suma : un hombre solo, en menos de cuatro años de ministerio, conseguirá lo que millares de hombres no han conseguido en muchos siglos. Convertirá, digo, á la nueva religion y al culto del nuevo dios a todos los pueblos, tribus y lenguas, haciendo en todas las cuatro partes del mundo, que los idólatras renuncien á sus ídolos, los Mahometanos á su Mahoma; los Judios al Dios de Abrahan, y los Cristianos á Cristo. ¡Este sí que es fervor, y espíritu mas que apostólico! Los doce Apóstoles de Cristo, llenos del Espíritu Santo, y haciendo verdaderos y continuos milagros, no pudieron hacer otro tanto en sola la Judea. Esta es, señor, la idea que nos dan de esta segunda bestia los intérpretes del Apocalipsis: aquellos, digo, que reconocen al Anticristo en la primera bestia, que son casi todos. Este es, segun ellos, el misterio encerrado en esta metáfora; ni hay otra cosa que poder pensar ni sospechar. Mas los que no podemos concebir al Anticristo como una individua persona, pareciéndonos que pasa todos los límites de lo verosímil, y que repugna manifiestamente á las grandes ideas que sobre esto nos dan las Escrituras, ¿cómo podrémos concebir en esta forma á su pseudo-profeta? Los que miramos en la primera bestia un cuerpo moral, ó una gran máquina compuesta de muchas piezas diferentes, ¿cómo

podrémos, guardando consecuencia, mirar otra cosa en la segunda?

213. Será bien notar aquí, que en toda la historia profética del Anticristo, que leemos en el Apocalipsis, y en otras partes de la Escritura, no hallámos que se hable ni una sola palabra de prestigios, de mágias, ó de aquella gracia de hacer milagros, que los doctores atribuyen á la persona de su Anticristo. S. Juan pone esta gracia solamente en el pseudo-profeta, ó en la segunda bestia, no en la primera. Es verdad que S. Pablo dice de su hombre de pecado, que se revelará ó manifestará al mundo en señales y en prodigos mentirosos*: mas esto puede muy bien verificarse, sin que él mismo haga los milagros, pues ciertamente no faltarán en aquellos tiempos muchos pseudoprofetas que descruban y empleen bien este talento, recibido del padre de la mentira. Y digo ciertamente, porque así lo hallo espreso y claro en el evangelio: que se levantarán muchos falsos profetas, y engañaran á muchos... y darán grandes señales, y prodigios, de modo que, si puede ser, caigan en error aun los escogidost. Estas palabras del Hijo de Dios, son una esplicacion la mas natural y la mas clara, así del lugar de S. Pablo (del cual hablarémos de propósito en el párrafo último) como de la bestia de dos cuernos que aora consideramos. Esta bestia nueva, lejos de significar un obispo particular, ó un hombre individuo y singular, significa y anuncia, segun la espresion clara del mismo Cristo, un cuerpo inicuísimo y peligrosísimo, compuesto de muchos seductores: se levantarán (dice) muchos falsos profetas... y darán grandes señales y prodigios...

214. Pues esta bestia nueva, este cuerpo moral, compuesto de tantos seductores, será sin duda en aquellos

* Et signis, et prodigiis mendacibus.—2 ad Thes. ii, 9.

+ Multi pseudoprophetæ surgent, et seducent multos... et dabunt signa magna, et prodigia, ita ut in errorem inducantur, si fieri potest, etiam electi. — Mat. xxiv, 11, et 24

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