Obrazy na stronie
PDF
ePub

Cristianos: Primera: que el Anticristo, de quien han oido que vendrá cuando sea su tiempo, es todo espíritu que divide á Jesus. La espresion es ciertamente muy singular, y por eso digna de singular reparo. Dividir á Jesus, segun su propia y natural significacion, no suena otra cosa, por mas que otros digan, que la apostasía verdadera y formal de la religion Cristiana, que antes se profesaba; mas considerada esta apostasía con toda su estension, esto es, no solamente en sentido pasivo, sino tambien y principalmente en sentido activo, esta es, el magisterio de doctrinas blasfemas contra Cristo. La razon parece evidente y clara por su misma simplicidad; todos los Cristianos, pertenezcan al verdadero ó falso Cristianismo, están de algun modo atados á Jesus, y tienen á Jesus de algun modo atado consigo, pues la atadura de dos cosas es preciso que sea mútua. Esta atadura no es otra, hablando en general, que la fe en Jesus; la cual así como puede ser una cuerda fortísima, y realmente, lo es como una cuerda de tres dobleces, cuando la acompaña la esperanza y la caridad; así puede ser una cuerda débil é insuficiente cuando se halla sola, pues sin las obras es muerta, y asi puede ser tambien una cuerda debilísima, y casi del todo inservible, si por alguna parte está ya tocada de corrupcion. Mas, ó sea fuerte ó fortísima la fe en Jesus, como la que tiene un buen católico; ó sea la recibida en el bautismo, como la de muchos herejes; 6 sea debilísima, como la que tiene un verdadero hereje, ó un mal católico; todas ellas son verdaderas ataduras, que de algun modo los liga con Jesus, y forma entre ellos y Jesus cierta relacion, ó cierta union mayor ó menor, segun 6 la mayor ó menor fortaleza de la cuerda.

164. Aora pues, ¿quién desata del todo á Jesus, ó se desata de Jesus, que es una misma cosa? Solo es aquel que estando de algun modo atado con él, ó teniendo con él alguna relacion, renuncia enteramente aquella fe en que se funda esta relacion; y si antes creía en Jesus, ya no cree: si antes creia que Jesus es Hijo de Dios, hecho hombre, que es el Mesías, que es el Cristo del Señor, prometido en las

Escrituras, &c., ya nada de esto cree, ya se burla de todo, y de las mismas Escrituras: ya se avergüenza del nombre Cristiano: esto es lo que llamamos propriamente apostasía de la religion Cristiana, la cual ninguno puede dudar que está anunciada en términos bien claros para los últimos tiempos. Es espíritu manifiestamente dice, que en los postrimeros tiempos apostatarán algunos de la fe*, dice S. Pablo: y en otra parte, que el Señor no vendrá sin que suceda primero esta apostasíat. Esta anuncia S. Pedro en todo el capítulo ii de su epístola ii, y en la católica de S. Judas: y por abreviar, esta auncia el mismo Jesucristo, cuando dice como preguntando: Mas cuando viniere el Hijo del Hombre, ¿pensais que hallará fe en la tierra‡? Pues esta apostasía de la religion Cristiana: este dividir á Jesus, cuando ya sea público y casi universal; cuando ya sea con guerra declarada contra Jesus; cuando no contentos muchos con haber desatado á Jesus respecto de sí mismos, procuren con todas sus fuerzas desatarlo tambien respecto de los otros: este es, nos dice el amado discípulo, el verdadero Anticristo, de quien habeis oido que vendra§.

165. La segunda cosa que nos dice es, que este mismo Anticristo, de quien hemos oido que vendrá, estaba ya en su tiempo en el mundo: porque aun en tiempo de S. Juan ya comenzaba á verse en el mundo el caracter inquieto, duro y terrible del espíritu, que divide á Jesus: ya muchos apostataban de la fe, renunciaban á Jesus, y eran despues sus mayores enemigos, á los cuales el mismo Apostol les da el nombre de Anticristo :

* Spiritus autem manifestè dicit, quia in novissimis temporibus discedent quidam à fide. Ep. 1 ad Tim. iv, 1.

† Nisi venerit discessio primùm-2 ad Thes. ii, 3.

R Verumtamen Filius Hominis veniens, putas, inveniet fidem in

terra? Luc. xviii, 8.

§ Hic est Anti-Christus, de quo audistis quoniam venit.-1 Joan. iv, 3.

|| Et nunc jam in mundo est. Id. ib.

así aora muchos se han hecho Anticristos : y para que ninguno piense que habla de los judios ó de los étnicos, que en algun tiempo perseguian á Cristo, y á su cuerpo místico, añade luego, que estos Anticristos habian salido de entre los cristianos; salieron de entre nosotros. Lo mismo en sustancia dice S. Pablo, hablando de la apostasía de los últimos tiempos : esto es, que en su tiempo ya comenzaba á obrarse este misterio de iniquidad +.

166. De esta definicion del Anticristo, que es lo mas claro y espreso que sobre este asunto se halla en las Escrituras, parece que podémos sacar legítimamente esta consecuencia: que el Anticristo, de quien hemos oido que ha de venir, no puede ser un hombre, ó persona individual y singular, sino un cuerpo moral que empezó á formarse en tiempo de los apóstoles, juntamente con el cuerpo místico de Cristo que desde entónces empezó á existir en el mundo: y que aora ya está en el mundo. Porque ya se está obrando el misterio de la iniquidad: que ha existido hasta nuestros tiempos: que existe actualmente, y bien crecido y robusto: y que en fin, se dejará ver en el mundo entero, y perfecto en todas sus partes, cuando esté concluido enteramente el misterio de iniquidad. Esta consecuencia se verá mas clara en la observacion que vamos á hacer de las ideas que nos da la Escritura del Anticristo mismo, con que nos tiene amenazados.

IDEAS DEL ANTICRISTO, QUE NOS DA LA DIVINA

ESCRITURA.

PARRAFO V.

167. Si leemos toda la Escritura divina, con intencion determinada de buscar en ella al Anticristo, y entender á fondo este grande é importante misterio, me parece, señor mio, y estoy íntimamente persuadido, que en ninguna * Et nunc Antichristi multi facti sunt. 1 Joan. ii, 18. ↑ Mysterium jam operatur iniquitatis—2 ad Thes. ii, 7.

otra parte podrémos hallar tantas noticias, ni tan claras, ni tan ordenadas, ni tan circunstanciadas, como en el último libro de la Escritura, que es el Apocalipsis de S. Juan. Este libro divino, digan otros lo que quieran, es una profecía admirable, dirijida toda manifiestamente á los tiempos inmediatos á la venida del Señor. En ella se anuncian todas las cosas principales que la han de preceder inmediatamente. En ella se anuncia de un modo el mas magnífico la misma venida del Señor en gloria y magestad. En ella se auuncian los sucesos admirables y estupendos que han de acompañar esta venida, y que la han de seguir. El título del libro muestra bien á donde se endereza todo, y cual es su argumento, su asunto, y su fin determinado. Apocalipsis de Jesucristo.- Revelacion de Jesucristo.

ras;

168. Este título hasta aora se ha tomado solamente en sentido activo, como si solamente significase una revelacion que Jesucristo hace á otro de algunas cosas ocultas ó futumas yo leo estas mismas palabras revelacion de Jesucristo, y las leo muchísimas veces en las espístolas de S. Pedro y S. Pablo, y jamas las hallo en sentido activo, sino siempre en sentido pasivo; ni admiten otro estas: revelacion ó manifestacion del mismo Jesucristo en el dia grande de su segunda venida. Solo una vez, dice S. Pablo, á otro propósito que recibió el evangelio que predi-> caba, no... de hombre... sino por revelacion de Jesucristo *. Fuera de esta vez, la palabra revelacion de Jesucristo, siempre siempre significa la venida del Señor que estámos esperando. En el dia del advenimiento, ó en el dia de la manifestacion de Jesucristo, son dos palabras ordinarias de que usan promíscuamente los Apostoles, como que significan una misma cosa: ¿por qué, pues, no podrán tener este mismo sentido verdadero y propísimo, en el título de un libro enderezado todo á la venida ó á la revelacion del mismo Jesucristo ?

169. Digo que este libro divino se endereza todo á * Neque. ab homine ... sed per revelationem Jesu-Christi. — Ad Galat. i, 12.

...

la venida del Señor: lo cual aunque en gran parte lo conceden los espositores, sin serles posible dejar de concederlo; mas en el todo no parece que pueden segun sus principios. Por tanto, se han esforzado en todos tiempos, unos por un camino, y otros por otro, á verificar algunas ó muchas profecías de este libro en los sucesos ya pasados de la Iglesia, pensando que todo debe estar allí anunciado, aunque debajo de metáforas oscuras. Mas estos mismos esfuerzos de hombres tan grandes, y el poco ó ningun efecto que han producido, parecen una prueba la mas luminosa de que en la realidad nada hay en este libro de lo que se ha buscado, ni de lo que se pretende haber hallado. Una profecía, despues que ha tenido su cumplimiento, no ha menester esfuerzos ni discursos ingeniosos para hacerse sentir el suceso mismo, comparado con la profecía, persuade clara y eficazmente que de él se hablaba, y á él se enderezaba.

170. Es verdad que trayéndose á la memoria algunos grandes sucesos que se han visto en el mundo, despues que se escribió el Apocalipsis, nos hacen observar aquellos lugares de este libro, donde pretenden que están anunciados. Nos muestran, por ejemplo, ya la predicacion de los Apóstoles, y propagacion del cristianismo; ya las persecuciones de la Iglesia, y la muchedumbre de mártires que derramaron su sangre y dieron su vida por Cristo; ya el escándalo y tribulacion horrible de las herejías; ya tambien la fundacion y propagacion del mahometismo; y nos remiten para todo esto al capítulo vi, haciéndonos observar lo que se dice en la apertura de los cuatro primeros sellos del libro.

7

171. Nos muestran la conturbacion y decadencia del imperio romano; la irrupcion de los bárbaros á todas sus provincias; la presa y destruccion de Roma, capital del imperio, &c.: y nos remiten unos á las plagas del capítulo viii y ix, otros á las fialas del capítulo xvi, y todos á la meretriz y su castigo del capítulo xvii y xviii. Nos muestran la fundacion de las religiones mendicantes, y los grandes

« PoprzedniaDalej »