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este cuarto reino deberá estar existente y entero, cuando venga el Señor: porque de otra suerte la piedra errará el golpe, y la profecía no podrá cumplirse. Si este reino está, existente y entero hasta la venida del Señor, ¿adonde reinará el Anticristo? ¿Como podrá ser monarca universal de toda la tierra? Dicen, que todos los reyes de la tierra, sin dejar de serlo, se le sujetarán á su voluntad, ó él los sujetará por fuerza, y le servirán con todo su poder. Para lo cual alegan el capítulo xvii del Apocalipsis, donde hablándose de los diez reyes, se dice: Estos tienen un mismo designio, y darán su fuerza y poder á la bestia. Porque Dios ha puesto en sus corazones... que den su reino á la bestia*. Mas esta bestia de que se habla, á quien los reyes darán su potestad, no por fuerza, sino voluntariamente, como se infiere claramente del mismo testo, esta bestia, ¿ será acaso otro rey como ellos, ó algun hombre individuo y singular?

154. Esto era necesario que se probase antes con buenas razones: y esta debia ser como base fundamental, para poder elevar seguramente un edificio tan vasto, como es una monarquía universal sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nacion. Porque si el Anticristo con que estamos amenazados, no ha de ser un hombre individuo y singular, sino otra cosa muy diversa, con esto solo desaparece la monarquía universal, con esto solo quedan falsificadas todas las noticias de que hemos hablado, y con esto solo se desvanece enteramente nuestro fantasma.

SE PROPONE OTRO SISTEMA DEL ANTICRISTO.

PARRAFO III.

155. Que ha de haber un Anticristo: que este se ha de revelar y declarar públicamente ácia los últimos tiempos : que ha de hacer en el mundo los mayores males, haciendo

+ Hi unum consilium habent, et virtutem, et potestatem suam bestiæ tradent... Deus enim dedit in corda eorum... ut dent regnum suum bestiæ. - Apoc. xvii, 13, et 17.

guerra formal á Cristo, y á todo cuanto le pertenece: veis aquí tres cosas ciertas en que ningun cristiano puede dudar: son clarísimas, y repetidas de mil maneras en las santas Escrituras del antiguo y nuevo Testamento. ¿ Mas qué cosa particular y determinada debemos entender por esta palabra Anticristo, que es tan general y tan indeterminada, que solo significa contra Cristo? Qué especie de males ha de hacer, de qué medios se ha de valer, &c., son otras tres cosas que no deben estar tan claras en las Escrituras como las tres primeras; pues las noticias ó ideas que sobre ellas nos dan los doctores son tan varias, tan oscuras, y tan poco fundadas, como acabamos de observar.

156. ¿Quién sabe si toda esta variedad de noticias (ciertamente increibles, y aun ininteligibles) se habrá originado de algun principio falso, que se haya mirado y recibido inocentemente como verdadero? ¿Quién sabe, digo, si todo el mal ha estado en haberse imaginado á este Anticristo, ó á este contra-Cristo, como á una persona singular é individua, y en este supuesto haber querido acomodar á esta persona todas las cosas generales y particulares que se leen en las Escrituras? Si el principio fuese verdadero, parece imposible, que habiéndose trabajado tanto sobre él por los mayores ingenios, se hubiese adelantado tan poco; mas si el principio no es verdadero, no hay por qué maravillarse: cualquiera médico, ó cualquiera abogado, por peritos que sean, se hallan embarazados é insuficientes en una mala causa. Este principio, pues, ó este supuesto (ó falso, ó poco seguro) sobre el cual veo que proceden todos los doctores, así intérpretes como teólogos y misceláneos, de que tengo noticia, me parece, que es el que ha hecho oscuras, inaccesibles, é impenetrables muchísimas de la noticias que nos da la divina Escritura. Este principio ó supuesto, mirado como cierto é indubitable, parece que es el que ha hecho imaginar, adivinar y añadir infinitas cosas, y noticias que no constan de la Revelacion, para que suplan el lugar de las que constan. Este principio en suma, ha hecho buscar al Anticristo, y aun hallarlo y verlo con

los ojos de la imaginacion, donde ciertamente no está, y al mismo tiempo no verlo ó no conocerlo donde está.

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157. Casi no hay rey alguno insigne por su crueldad y tiranía con el pueblo de Dios, de quien se hable en las Escrituras, ó en historia ó en profecía, en el cual no vean los doctores al Anticristo, ó en profecía 6 en figura. Faraon, por ejemplo, Nabucodonosór, rey de Ninive, su general Holofernes, Salmanazar, Senaquerib, Nabuco rey de Babilonia, Antioco Epifánes, Herodes, &c,. todos estos muestran al Anticristo en figura. El rey de Babilonia, de quien solo se habla en parabola*: el rey de Tiro: el príncipe Gogt: el cuerno undécimo de la cuarta bestia: el rey descripto: el pastor estulto, &c. §: todos estos muestran al Anticristo en profecía. ¿Qué se sigue de todo esto? Se signe naturalmente, que con este principio, con esta idea y con este supuesto, llegamos á leer aquellos lugares de la Revelacion, donde se nos habla de propósito del Anticristo, y no le conocemos, y nos parecen dichos lugares llenos de confusion y de tinieblas, y pasamos sobre ellos sin haber entendido ni aun sospechado lo que realmente nos anuncian.

158. Habiendo, pues, considerado las noticias que parten de este principio, y no hallando en ellas cosa alguna en que asentar el pie, ninguno puede tener á mal, que un punto de tanta importancia, en que se trata de la salvacion ó perdicion de muchos, no solamente de los venideros, sino quizá tambien de los presentes, busquémos otro sistema y procurémos asentar otro principio, con el cual puedan acordarse bien, y fundarse sólidamente las noticias que nos da la Revelacion; proponiéndolo en cualidad de una mera consulta al examen y juicio de los interesados.

SISTEMA.

159. Segun todas las señas y contraseñas que nos dan las santas Escrituras, y otras nada equívocas que nos ofre

* In parabola. — Isat. xiv.

Dan. vii, et xi.

+ Ezeq. xxviii, et xxxviii.

§ Zachar. xi.

ce el tiempo, que suele ser el mejor intérprete de las profecías, el Anticristo ó el contra-Cristo, de que estamos tan amenazados para los tiempos inmediatos á la venida del Señor, no es otra cosa que un cuerpo moral, compuesto de innumerables individuos, diversos y distantes entre sí: pero todos unidos moralmente, y animados de un mismo espíritu, contra el Señor, y contra su Cristo *. Este cuerpo moral, despues que haya crecido cuanto debe crecer por la agregacion de innumerables individuos; despues que se vea fuerte, robusto y provisto con abundancia de todas las armas necesarias; despues que se vea en estado de no temer las potencias de la tierra, por ser ya estas sus partes principales: este cuerpo, digo, en este estado será el verdadero y único Anticristo que nos anuncian las Escrituras. Peleará este cuerpo Anticristiano con el mayor furor, y con toda suerte de armas contra el cuerpo místico de Cristo, que en aquellos tiempos se hallará sumamente debilitado: hará en él los mayores y mas lamentables estragos: y si no acaba de destruirlo enteramente, no será por falta de voluntad, ni por falta de empeño, sino por falta de tiempo; pues segun la promesa del Señor, aquellos dias serán abreviados... Y si no fuesen abreviados aquellos dias, ninguna carne seria salvat. Por tanto, se hallará nuestro Anticristo, cuando menos lo piense, en el fin y término de sus dias, y en el principio del dia del Señor. Se hallará con Cristo mismo que ya baja del cielo con aquella grandeza, majestad y potencia terrible y admirable con que se describe en el capítulo xix del Apocalipsis, en S. Pablo, en el Evangelio, en los Salmos, y en casi todos los Profetas, como lo verémos en su lugar.

160. Para examinar este sistema, y asegurarnos de su bondad, no hemos menester otra cosa que leer con me diana atencion aquellos lugares de la Escritura, donde se habla del Anticristo, y de aquella última tribulacion; es

* Adversùs Dominum, et adversùs Christum ejus. — Psalm. ii, 2. + Breviabuntur dies illi... Et nisi breviati fuissent dies illi, non fieret salva omnis caro.- Mat. xxiv, 22.

pecialmente aquellos pocos donde se habla, no de paso y como por incidencia, sino determinadamente y de propósito. Si todos estos lugares se entienden bien, y se esplican facilmente en un cuerpo moral, sin ser necesario usar de violencia, ni de discursos artificiales: si nada se esplica de un modo siquiera perceptible en una persona singular, con esto solo deberá darse por concluida nuestra disputa.

DEFINICION DEL ANTICRISTO.

PARRAFO IV.

161. Lo primero que se entiende bien en un cuerpo moral, y lo primero que no se entiende de modo alguno en una persona singular es la definicion del Anticristo. En toda la Biblia sagrada desde el Génesis hasta el Apocalipsis, no se halla esta palabra espresa y formal Anticristo, sino dos ó tres veces en la epístola primera y segunda del Apostol S. Juan, y aquí mismo es donde se halla su definicion. Si preguntamos al amado discípulo ¿qué cosa es Anticristo? nos responde por estas palabras: todo espíritu que divide á Jesus, no es de Dios: y este tal es un Anticristo, de quien habeis oido que viene; y que aora ya está en el mundo*.

162. Os parecerá sin duda á primera vista, que yo voy á usar aquí de algun equívoco pueril, ó de alguna especie de sofisma; pues á estas palabras de S. Juan les doy el nombre de verdadera definicion del Anticristo, siendo cierto (como decís equivocadamente) que S. Juan habla aquí solo del espíritu, mas no de la persona del Anticristo. Mas si considerais este testo con alguna mayor atencion; si con la misma considerais la esplicacion que se le da, se puede con razon esperar, que el sofisma desaparezca por una parte, y se deje ver por otra donde no se esperaba.

163. Dos cosas claras dice aquí este Apostol á todos los

* Omnis spiritus, qui solvit Jesum, ex Deo non est: et hic est Anti-Christus, de quo audistis quoniam venit, et nunc jam in mundo est.-Joan. ep. 1, iv, 3.

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