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de la antiquísima Babilonia, situada sobre el Eufrates, que fué la córte del imperio Caldeo; no de otra Babilonia se edificó despues sobre el Tigris, y subsiste hoy dia; ni tampoco de la Babilonia de Egipto; y así la una como la otra puede ser la pátria del Anticristo: mas de esto mismo os pediré yo alguna prueba ó algun fundamento razonable.

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ARTICULO III.

El Anticristo será creido y recibido de los Judios como su verdadero Mesías: por cuyo motivo pasará su corte de Babilonia á Jerusalén.

138. Esta noticia creida y recibida comò verdadera entre los intérpretes de la Escritura, ¿qué fundamento puede tener? ¿Cual podrá ser su verdadero origen? ¿Habrá sobre ello alguna cosa en la Revelacion? No os canseis, señor, inútilmente en revolver para esto toda la Biblia sagrada: tampoco os canseis en preguntar á los mismos intérpretes, porque no hallareis otro fundamento que una suposicion, sobre la cual, como si fuese indubitable, proceden ya con gran seguridad. ¿Cual es esta suposicion? La que queda ya examinada y negada en el artículo primero: esto es, que el Anticristo ha de ser un judió ó hebreo de la tribu de Dan. En esta suposicion mirada como cierta, es ya facilísimo seguir adelante con la historia. Las consecuencias son tan naturales, que por sí mismas se van presentando una tras otra á la imaginacion. Vedlas aquí.

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139. El Anticristo judio? Luego per los Judios deberá comenzar: luego para hacer entre ellos una gran figura, deberá persuadirles, en primer lugar, que él es el verdadero Mesías, que ellos esperan (segun sus escrituras) y deberá tambien ocultarles, digo yo, debajo del mas profundo se

Sodomam et Gomorrham, et vicinas ejus, ait Dominus: non habitabit ibi vír, et non incolet eam filius hominis.—Jerem. 1, 39 et 40.

creto, su origen de la tribn de Dan, porque si esto se llega á saber ó sospechar, se habrá errado el tiro, y quedará todo perdido sin esperanza de remedio; pues no hay judio alguno, aun entre la mas ínfima plebe, que no sepa y crea que su Mesías ha de venir de la tribu de Judea, y de la familia de David: mas este secreto se guardará fielmente? Prosigámos con nuestras consecuencias.

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140. El Anticristo judio, creido Mesías, y reconocido por tal de los Judios? Luego todos los millares ó millones de Judios, que están esparcidos entre todas las naciones del mundo, volarán al punto á buscarlo, y unirse con él. ¿El Anticristo judio, creido Mesías, escoltado de millares ó millones de soldados voluntarios, ilenos todos de coraje y de celo? Luego su primer pensamiento y su primera espedicion deberá ser la conquista de la tierra de sus padres, para evacuarla de sus usurpadores, y volver á establecer en ella á todas las tribus de Jacob. En suma: ¿El Anticristo judio, creido y reconocido por Mesías, conquistador y vecino de la Palestina? Luego es naturalísimo que se olvide de Babilonia, y ponga su córte en Jerusalén, donde estuvo en tiempo de David, de Salomon, y de todos los reyes sus sucesores. Luego esta ciudad, arruinada primero por los Caldeos, y despues por los Romanos, volverá á edificarse de nuevo con mayor grandeza y magnificencia, por el trabajo, celo y furor de todas las tribus, ayudadas de todas las lejiones del angel de guarda del mismo Anticristo, esto es, de Satanás. ¡Qué consecuencias tan naturales! Mas si por desgracia se halla falsa, y cae como tal aquella suposicion sobre la cual se ha edificado con tan nímia confianza, ¿ no será tambien una consecuencia naturalísima, que caiga sobre ella todo el edificio?

141. Este temor, que no es fácil disimular, ha obligado á algunos doctores graves á buscar en la Escritura divina algunos otros fundamentos, ó siquiera algunos pilares con que sostener un edificio tan vasto, y al mismo tiempo tan poco fundado. Los que se han hallado hasta aora despues de infinitas diligencias, se miran comunmente por suficientes,

si no para asegurar el edificio, á lo menos para suplir por algun tiempo, mientras se discurre otra cosa mejor. Véamoslos.

142. Dos puntos principales contiene toda esta noticia de que hablamos. Primero, que los Judios creerán, y recibirán por su verdadero Mesías al Anticristo. Segundo, que el Anticristo recibido de los Judios por Mesías, pondrá la córte de su imperio en Jerusalén. El primer punto se pretende sostener con aquellas palabras del Señor, que se leen en el evangelio de S. Juan: Yo vine en nombre de mi Padre (les dice á los Judios), y no me recibís: si otro viniere en su nombre, á aquel recibireis*: las cuales palabras, nos dicen, aunque no nombran espresamente al Anticristo, se entiende bien que hablan de él, y lo que anuncian es, que los Judios recibirán al Anticristo por su Mesías, en castigo de no haber querido recibir á Cristo.

143. Optimamente. Y si estas palabras, ó esta profecía del Señor ha tenido ya su perfecto cumplimiento, ¿ será bien en este caso dejar lo cierto, por lo incierto, lo que sabemos, por lo que ignoramos, lo que ya sucedió, por lo que puede suceder? ¿Será bien disimular el cumplimiento real y verdadero de la profecía, y esperar una cosa inciertísima, para que la profecía pueda cumplirse? Y si no hay tal Anticristo judio, ni tal Anticristo falso Mesías, ¿como quedará una profecía del Hijo de Dios? Quedará convencida de falsa, sin poder verificarse en toda la eternidad. Este inconveniente gravísimo está evitado con decir y confesar, lo que nadie ignora: esto es, que la profecía de que hablamos, ya se cumplió con tanta plenitud, que nada mas nos queda que esperar. Dejo aparte la turba de falsos y pequeños Mesías, que en varios tiempos han engañado á los Judios, y ocasionádoles nuevos y mayores trabajos. En las Actas de los Apóstoles + se hace mencion de uno, y en la historia consta de varios.

* Ego veni in nomine Patris mei, et non accipitis me: si alius venerit nomine suo, illum accipietis.-Joan. v, 43.

† Act. Apost. xxi, 38.

144. Mas aunque no hubiera habido otro que aquel insigne Bar-Cochebas, que apareció en tiempo de Adriano, en este solo estaba llena la profecía: si otro viniere en su nombre, á aquel recibireis*. Este falso Mesías vino tan en su nombre, que todos los títulos ó credenciales que presentó á los Judios, se redujeron á sola la significacion de su nombre; pues Bar-Cochebas, quiere decir hijo de la estrella. Por ser ó llamarse hijo de la estrella, debia ser creido y recibido por Mesías, segun la profecía de Balán, que dice: De Jacob nacerá una estrellat. En efecto fué recibido de todos los que moraban en la Palestina: y esparcida luego la voz por todas las provincias del imperio romano, en todas partes se alborotaron los Judios, entrando en grandes esperanzas de sacudir el yugo de las gentes. La cosa pasó tan-adelante, que puso en cuidado á todo el imperio; y fué bien necesaria toda la vigilancia y plenitud de Adriano, que era buen soldado, para quitar y contener á los Judios de las provincias de occidente, mientras se preparaba para la guerra formal que era preciso hacer á Bar-Cochebas.

145. Este habia engrosado tanto, no solo con los Judios que habitaban en la Palestina, sino con otros muchísimos que cada dia se le agregaban, que se habia apoderado de las plazas fuertes de Judea, pasando á cuchillo toda la guarnicion romana, y todo cuanto pertenecía á los Romana; y aprovechándose de todas las armas y de todas las riquezas del pais, de modo que fué menester trés años de guerra viva, y no poca sangre romana para sujetar aquellos rebeldes, que despreciaban la vida por la defensa de su Mesías. Muerto este y con él nada menos de 480,000 Judios, los que quedaron vivos, fueron vendidos por esclavos, y esparcidos otra vez á todos vientos. Estos fueron los bienes que trajo á nuestra nacion el hijo de la estrella. * Si alius venerit nomine suo, illum accipietis. — Joan. v, + Orietur Stella ex Jacob.-Núm. xxiv, 17.

43.

Véase la historia de Adriano por Chevier, Escaligero, Filemont, &c.

Castigo terrible; pero bien merecido: Yo vine en nombre de mi Padre, (dijo Jesucristo) y no me recibís: si otro viniere en su nombre, á aquel recibireis. No tenemos, pues, necesidad de esperar un Anticristo judio, solo imaginario, y en él otro falso Mesías, sin comparacion mayor que Bar-Cochebas, para que se verifique la profecía del Señor; pues en este falso Mesías, conocido de todos, la hemos visto plenamente verificada.

146. Parece una verdadera crueldad (ni me ocurre otro nombre mas propio que poderle dar) lo que vemos con nuestros ojos frecuentemente practicado por los doctores cristianos, respecto de los miserables Judios. De manera, que no solamente les niegan ó escasean aquellos anuncios favorables que se leen claros y espresos en sus Escrituras, los cuales hasta aora no se han verificado; no solamente les ponderan, y agravan mas los que son conocidamente contrarios; no solamente les añaden sin escrúpulo otros anuncios amargos y tristísimos, como si fuesen tomados de la Revelacion; sino que como si esto fuera poco, pretenden tal vez, que todavia se deben verificar con mayor rigor, aun aquellos anuncios contrarios que ya se han verificado: aunque sea necesario añadir para esto noticias y circunstancias de que la Escritura divina no habla palabra. Perdonad, amigo, esta breve digresion, porque de la abundancia del corazon habla la boca*. Cuando lleguémos al fenómeno quinto empezareis á ver si me lamento con razon.

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147. Caido, pues, este primer punto de la noticia, esto es, que el Anticristo ha de ser creido y recibido de los Judios por su verdadero Mesías: el segundo punto cae de suyo, sin nadie lo mueva. ¿ que De donde se prueba que el Anticristo ha de poner en Jerusalén la córte de su imperio? ¿Sabeis de donde? De que ha de ser recibido de los Judios por su rey y Mesias. Y esto de donde se prueba? De que ha de ser judio. ¿De que ha de ser de la tribu de Dan.

Y esto de donde ?

Y esto... Es cosa

Ex abundantia enim cordis os loquitur.- Mat. xii, 34.

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