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XII.

Parecer de don Gerónimo Bautista de Lanuza sobre el hábito que deben usar los obispos regulares (a).

SEÑOR.

El nuncio apostólico que reside en esa corte de V. M.

me notifica que es voluntad de su santidad que los obispos regulares usen el hâbito que el ceremonial romano les dispone. Y porque añade que esta es tambien la de V. M., deseando en todo obedecerle, me ha parecido para saberla con distincion proponer á V. M. que yo entiendo que los obispos regulares de España ya satisfacen en esto, aunque de ordinario no muden el hábito de su religion, ni lleven mucetas y bonetes; porque si bien lo permite el ceremonial á los tales, pero ni se les ordena absolutamente, ni menos se los manda.

Véese esto, porque luego al principio, decretado el hábito en que se ha de poner uno luego que fuese promovido por su santidad para obispo, dice que sea roquete, mantellete, bonete y muceta; y añade que esto no se entienda para los obispos reglares, aunque podrán llevar muceta y bonete. Las palabras del ceremonial son

(a) Es copia del borrador original que se conserva en la biblioteca del real convento de Predicadores de Valencia t. X, varior. fol. No se siguió este parecer del ven. Lanuza, como consta de la carta que posteriormente le escribió don

fr. Isidoro Aliaga, arzobispo. de Valencia, conservada en la misma biblioteca, en la qual, supuesta la órden de conformarse los obispos regulares con el ceremonial, le declara ser mas conforme á él esta mudanza de hábitos.

estas: promoti verò ex regulari ordine non utuntur rochetto, sed retinent in vestibus colorem habitus suæ religionis, et deferre possunt ubique mozzetam ejusdem coloris, et biretum nigrum. Mas adelante en el cap. 3 dispone el hábito que, ha de llevar el obispo ya consagrado, y puesto en su iglesia, y casa y diócesi; y añade que eso no se entiende de los obispos regulares, y dice estas palabras: cæterùm quod dicitur de hujusmodi episcoporum habitu tam cap.....m, quam cæterarum vestium, non est intelligendum de episcopis regularibus, qui non mutant colorem sui habitus, neque induunt rochettum; sed in ecclesia propriâ uti debent cappa coloris sue religionis convenientis, pellibus seu serico ejusdem coloris suffulta. Por donde se ve que no se manda á los obispos regulares que usen mucetas ni bonetes, sino solo que usen en la iglesia capa con pieles ó seda, que es la que Ilamamos capa de coro. En razon de esto he creido, y creo satisfacerse á la disposicion de dicho ceremonial solo con usar en la iglesia hábito de coro, aunque fuera de la iglesia vayan con el hábito propio de su religion, no queriendo valerse de la licencia y permision que se les concede de llevar si quieren muceta y bonete. Que si bien vemos que pues la sede apostólica expresamente la permite, no seria malo usar de ella: pero eso mismo que es no mandarlo, sino permitírselo como cosa honorífica, parece que fue señalar que no le desplacia á su santidad que el obispo regular use de ordinario su hábito llano y humilde; especialmente entendiendo que le ha de ser á un religioso gran desconsuelo mudar á la vejez el hábito santo que escogió en su mocedad, baxo del qual se dedicó y consagró á Dios, y vivió lo mas de su vida, y le fue medio para sus medros y acrescentamientos. De mí confieso con entera verdad á V. M. (creo lo mis

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mo de los demas arzobispos y obispos regulares de España, por lo que los conozco religiosas de corazon), que tendrán grandísimo desconsuelo de dexar ó mudar una mínima parte del hábito que les ha sido perpétuo pre+. dicador de lo que deben hacer. Y ya que los vean fuera de la quietud de una celda y de la compañía de los religiosos de que toda la vida har gozado, quédales el hábito como fiel compañero, y perpétuo despertador de su memoria, para que no pierdan fuera de la religion lo que en ella les enseñáron, y se acuerden que quedando entero el hábito, lo ha de quedar la vida religiosa

V. M. como tan zeloso que lo sea la de los obispos, se servirá mandar considerar esto, y á mí todo lo que fuere de su real servicio, á quien Dios nuestro Señor nos guarde, acrescentado con sus infinitas misericordias, como deseo y suplico. De Barbastro á 18 de Abril de 1617. Fr. Gerónimo Baptista de Lanuza, obispo de Barbastro.

Carta de don fr. Isidoro Aliaga, arzobispo de Valencia, al ven. señor don Juan Bautista Lanuza, obispo de Barbastro (a).

Despues

espues que recibí la carta que V. S. me remitió por via de Madrid, no he tenido ocasion de mensagero para Zaragoza, hasta ahora que me avisan que parte un correo; y respondiendo á esta carta y á otra que el p. fr. Abadía me dió este otro dia de V. S., digo, que con ellas у lo que este padre me ha dicho de palabra de la salud de V. S., y quan bien le prueba esa tierra, en

(a) Conservase original en to de Predicadores de Valenla biblioteca del real conven- cia t. X. varior. fol.

todo estoy contentísimo. Plegue á Dios que todo lo que ha de alegrarnos á los amigos y servidores de V. S. se continúe y aumente con entera felicidad.

en el

Presupuesto el haber de conformarnos los obispos regulares con lo dispuesto en el ceremonial acerca de la forma y colores de los vestidos ; digo, que segun yo entiendo, lo que en este punto dice el ceremonial, el llevar muceta no es voluntario; porque lo que en el capítulo primero del libro primero dice, que promoti ex regulari ordine, deferre possunt ubique mozzettam &c., es porque los obispos seglares no pueden llevar muceta fuera de sus obispados, lo qual se permite á los regulares en este lugar, diciendo, que ubique possint eam deferre. Mas cap. 3 del mismo libro, donde habla del hábito ordinario de los obispos ya consagrados, absolutamente dice que usen mucetas, y no por via de permision; antes concluyendo el capítulo con el hábito de camino, dice que en la diócesi se use muceta, y no beca. Y lo que en medio del capítulo dice, que lo dicho de las capas y otros vestidos, no se entiende de los obispos regulares, es quanto á lo que allí inmediatamente declara, es á saber, que sobre el hábito no llevan roquete, y que no mudan el color de su hábito, y consiguientemente que la capa de coro ha de ser de color conveniente á su hábito ; pero en todo lo demas las reglas son generales para los regulares y para los seglares. Conforme á lo qual entiendo que la muceta se ha de usar en el obispado propio, así en casa, como por la calle y por los caminos; si bien en casa no obliga con rigor, sino en las órdenes ó otras congregaciones. Y así, fuera de estas ocasiones entiendo, que no contravendria al ceremonial el que no llevase en casa muceta, sino гора, que fuese en otra manera decente, que mas fuese de su gusto, y que el llevarla siem,

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pre en casa, solo seria cosa de mas decoro por ser el hábito ordinario con que quiere el ceremonial diferenciar los obispos de los que no lo son.

Tambien digo que en el propio obispado, digo por casa y por las calles, se ha de llevar sola muceta sin mantelete, si no fuese hallándose allí presente legado ó otra de las personas que el ceremonial señala; porque el llevar sola muceta y no mantelete, es señal de que está en tierra de su jurisdiccion, y para mostrar no tenerla en el legadoó cardenal presente, antes reconociéndole superio━ ridad, se pone mantelete el obispo estando presentes las personas dichas. Y por la misma razon los obispos seglares fuera de sus obispados no han de llevar muceta, sino mantelete solo (aunque los obispos de España no platican el dexar la muceta fuera de sus obispados, ni tampoco platican (á lo menos algunos) el llevar en sus obispados sola muceta, sino que indistintamente van con mantelete y muceta juntos en su obispado y fuera de ellos). Los obispos regulares, como se ha dicho, pueden llevar fuera de sus obispados con el mantelete, muceta tambien: de suerte que los obispos seglares en sus obispados han de llevar muceta sobre el roquete descubierto y sin mantelete, y fuera de sus obispados mantelete sobre el roquete, pero no muceta: los obispos regulares no han de llevar roquete, sino sobre su hábito muceta sola, estando en sus obispados, y fuera de ellos mantelete ; y pueden con el mantelete llevar muceta, lo qual no permite el ceremonial á los obispos seglares. Por estas reglas me gobierno, y gobernaré yo ; y aun llevo la sotana con falda y el escapulario, luego la muceta negra sola sin mantelete y bonete: y en este trage voy por la ciudad, y visitar al virey y á los príncipes, y personas señaladas que llegan á esta ciudad, á qualquiera actos públicos, aunque

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