Obrazy na stronie
PDF
ePub

en la Iglesia católica en los tiempos de Constantino Magno, y de la persuasion de Bevelet, de Angel Rocca, y otros que hacen autor de ellas á s. Paulino, que murió en el año 431, no carecen de dificultades una y otra sentencia. La primera tiene contra sí el silencio de los historiadores antiguos, especialmente de Eusebio Cesariense, que escribió en quatro libros la vida de Constantino, hizo su panegírico, y describió largamente en su historia eclesiástica el extremo gozo que causó este emperador á toda la Iglesia, librándola de sus perseguidores.

Contra la segunda opinion, ademas del silencio del padre Chifflet y de otros ilustradores de s. Paulino, y asimismo de los demas escritores eclesiásticos, que habláron de las campanas en los diez siglos siguientes á dicho. santo, hace tambien alguna fuerza, que aun los defensores de ella no alegan en su abono documento ninguno, y solo acuden á la persuasion del pueblo, como lo hace Duranti (de ritib. Eccles. cathol. lib. I. c. 22. n. 3), diciendo: vulgo fertur Paulinum episcopum Nolanum illarum usum in ecclesiam invexisse. Vossio (etymolog. ling. lat. v. campana), dice tambien : primus putatur Paulinus Nolanus episcopus, Hieronymi æqualis in ecclesia sua campanas ad pios usus transtulisse.... atque hinc etiam factum creditur, ut à regione quidem campana, à civitate autem Noleæ nomen imponeretur. Añádese á esto que el mismo s. Paulino en la descripcion que hace de la iglesia de Fondi, edificada por él, no obstante que habla del baptisterio, de las pinturas, de las inscripciones y de otras cosas de que fue enriquecida, ni una palabra dice de las campanas.

No parece mas verosímil la opinion de Jacobo Felipe de Bérgamo (supplem. chronic, lib. X. ad ann. 605), de Onofre Panvinio (epist. roman. pontif.), y de Gene

brardo (chron. lib. III. ad ann. 604), que atribuyen el uso de las campanas en la Iglesia al papa Sabiniano, electo en 1. de Septiembre de 604, inmediatamente despues de s. Gregorio el Grande, la qual adoptó nuestro Alfonso Chacon (vit. rom. pont. in Sabiniano), diciendo: Sabinianus usum campanarum invenit, jussitque ut ad horas canonicas, et missarum solemnia pulsarentur in ecclesia. Porque ademas de no alegarse documentos de este hecho, por el testimonio de s. Gregorio Turonense, que murió en 596, consta que ya en su tiempo era convocado el clero al oficio divino á son de campana: de lo qual hay otras memorias mas antiguas en las reglas de s. Benito, de s. Aureliano, de s. Cesareo Arelatense, de san Isidoro y de s. Fructuoso el de Braga (Bona rer. liturg. lib. I. c. 22. n. 5. Thiers traite des cloches c. 3. 5).

Esto debe entenderse del occidente. Porque de los orientales no consta que tuviesen campanas hasta el año 865, en que, como dice Baronio, referunt scriptores prosecuti res venetas area instrumenta, quæ campanas dicimus, usui esse cœpisse græcis,missis ipsis à duce venetiarum Urso Patriciaco ad Michaelem imperatorem. Contestando este hecho el padre Goar not. ad eucholog. græc.p. 560) añade que estas campanas las mandó colocar el emperador en la torre de santa Sofia.

En Jerusalen las introduxo Gofredo de Bullon por los años 1099, de cuya destruccion por Saladino quando se apoderó de aquella ciudad el año 1186, hablan Platina (in Urbano III), y Genebrardo (chronol. lib. IV. ad ann. 1186). Este hecho prueba la verdad, con que dice de los Turcos Juan Bohemo (de omnium gentium morib. lib. II. c. 11): campanarum usus apud eos nullus, nec etiam christianos inter eos habere ac uti permittunt. Cuya causa señala Angel Rocca (comment. de camp. c.I.

156 VIAGE LIT. Á LAS IGL. DE ESP.

1,3), diciendo: campanarum usum à turcis vetitum esse græcis constat : eo quod campanarum sonus nimiam securitatem, et auctoritatem præ se ferat, et valde ad conjuratorum, aut seditiosorum animos, quamvis longè latèque dispersos, contra turcam de improviso congregandos existat idoneus.

A estas razones de política y de interes que tienen los turcos, añade Alacio (de recentior. græcor. templ. observ. I. p. 102) otra fundada en su filosofia y teología, ó mas bien en su ignorancia y supersticion: ne per aerem palantes animos timor incussus, quiete qua fruuntur, expoliet.

Por aquí puede colegirse tambien no ser extraño que la antiquísima campana de que se trata, hubiese estado oculta durante la larga dominacion de los moros en el territorio de Valencia.

(2) En un pais tan distante de su cuna. Walafrido, Honorato el de Autun, Guillermo Durando, Pedro Mexía, el cardenal du Person y otros dan por cierto haber tenido su orígen las campanas en Italia hácia los tiempos de s. Paulino. Acaso diéron motivo á esta sentencia aquellas palabras de nuestro s. Isidoro (de orig. lib.XVI. c. 24): campana à regione Italiæ nomen accepit, ubi primum ejus usus repertus est. Mas es cierto que no habla aquí s. Isidoro de nuestras campanas, sino de una especie de balanza ó peso, semejante á las romanas de ahora, añadiendo: hæc duas lances non habet, sed virga est signata libris, et unciis, et vago pondere mensurata. Por lo mismo, y siendo cierto que ya antes del quarto siglo muchos escritores profanos habian hecho memoria de las campanas, tiene Thiers por atinada la duda en que dexa este negocio. Polidoro Virgilio (de inventor. rer. lib. IIIcap. 18).

I.

Orígen y ritos de la fiesta del Angel Custodio de la ciudad y reyno de Valencia (a).

Die Jovis, sexta Octobris anno à nativitate Domini millesimo quadringentesimo quadragesimo sexto. Los honorables Mosen Francesch Vives cavaller, en Berenguer Marti ciutada, en Galceran Mercader generos, en Galeas Johan, en Johan Valldaura, en Pere Jolia ciutadans, jurats de la ciutat de Valencia, congregats en la cambra, vulgarment apellada del consell secret, present lo honorable racional, proveixen que la ordenacio novament feta, è reduhida en scrits sobre la celebracio de la festa del Angel Custodi, sia continuada en libre de consells de dita ciutat.

Primerament, los honorables jurats de la dita ciutat per ordinacio sancta è loable, feta per lo honorable consell de aquella, la vespra de la dita festa fan convocar è demanar, mijançant lurs verguers, los honrats homens ciutadans de la dita ciutat, qui per reverencia, honor è gloria del dit sant Angel, è honor de la dita ciutat, los placia venir lo seguent dia de mati à la casa de la dita ciutat, en la qual atroben ya los dits honrats jurats ab los altres oficials de aquella. El honorable capitol de la Seu per solemnisacio de la dita festa ha ordenat sanctament è be, que à les vespres, matines, è lo dia, sien sonades les campanes morlanes ab singulars, è grans tochs dels senys majors, è de totes les campanes que son en lo campanar, si, è segons acostuma solemnizar, é honrar les altres anyals festes. E lo

(a) Hállase este documento en el manual de consejos

de dicha ciudad señalado con el n. 33. fol. 226.

segon dia de la festa de mati los dits honorables jurats essent justats è congregats en la casa de la dita ciutat ensemps ab tota laltra gent convocada è demanada à la dita solemnitat, è festa, partexen de la dita casa sots lorde ques segueix.

Primerament, precexen è van primers dos jovens de XVI fins en XVIII anys, vestits com à angels ab testes en lo cap, cascu dels quals porta una verga argentada à forma daquells qui porten los verguers dels dits honorables jurats, quasi representant dos verguers angels, qui van primers segons es dit. Item, tantost, apres dels dits dos angels verguers, subsequexen XVIII fadrins cascu de edat de XII anys, vestits com à angels de diverses colors, ço es, dos angels en significacio è reverencia de cascun orde dels sancts angels del cel: cascun dels quals porta un standart tot vermell en la ma, on es lo senyal de la ciutat, los quals canten ab gentils acorts cobles en laor è gloria del dit sanct Angel, encomanantli la dita ciutat, lo poble, è el stat de aquell davant la sacra Magestat divina. E tantost, apres de aquest (a) XVIII angels, subsegexen sis homens sonadors, vestits com à angels, ab lurs struments en les mans de diverses maneres, ab testes en los caps, qui de dos en dos van è continuament sonen. En les espatles daquests angels sonadors ve un joven de XVIII anys vestit com angel, qui porta una pavesina ab lo senyal de la ciutat, ab una correcha qui li devalla per lo coll faent la via al costat davall lo braç sinistre. Apres dels quals ve tantost lo gran Angel Custodi, vestit ab solemne camis de cendat vermell, ab guants vermells, ab una molt bella è singular testa en lo сар, è sobre lo dit camis porta una notable real sobrevesta dor é flama, la qual va solta è delliura. E aquest

(a) Aquests.

« PoprzedniaDalej »