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qual veremos á su tiempo algunas muestras en la Iglesia de España. Tú conoces mejor que yo la sabia prudencia de la Esposa de Jesuchristo en esto y en todo.

A Dios. Valencia 13 de Diciembre de 1802.

NOTAS Y OBSERVACIONES.

(1) Conservan aun la imposicion de la penitencia pública en la feria IV Cinerum. Es gran recomendacion, así de esta Diócesi, como de otras de nuestra Península el fervor con que en el siglo XIV conservaban la práctica de la penitencia pública, amortiguada y casi de todo punto abolida en otras de Europa desde principios del siglo vi. De la decadencia de la disciplina en este punto hablaba ya Roberto de Flamesburg, que murió siéndo penitenciario de la de Paris y canónigo de S. Victor el año 1224 (Pænitencial. p. V.); el qual despues de haber dado exâcta razon del método que guardaba él en la administracion de la penitencia, y recomendado como sabio y piadoso las penas canónicas, doliéndose ya de la tibieza y frialdad de los penitentes, para aviso de los confesores prosigue diciendo : vix aliquem invenies qui suprascriptas, quia graves sunt et austere, suscipiat pænitentias. Tu igitur paulatim, et paulatim eas mitigabis, ut aliquam habeat pœnitens pænitentiam. Y luego añade: sanum igitur mihi videtur consilium, ut quantumcumquè potes, pœnitentem inducas, ut canonicam et autenti. cam suscipiat pænitentiam, et sic tibi, et ei bene erit. Quod si obtinere non poteris, dicas ei: frater, oportet te vel in hac vitâ puniri vel in purgatorio..... Elige igitur

tibi vel in hac vita sufficienter secundum pœnitentias canonicas vel autenticas puniri, vel purgatorium acceptare. Quod si elegerit pænitens, ad petitionem ejus, et libitum et arbitrium tuam poteris canonicas mitigare pœ

nitentias.

Por el mismo tiempo, esto es, hácia los años 1215 escribió tambien su penitencial Pedro Pictaviense, por donde consta quan decaido estaba ya el fervor de la penitencia respecto de los antiguos cánones, quedando su imposicion al juicio de los confesores; porque dice (Pœnit. fol. 3.): pro hujusmodi peccatis contra naturam.... et pro adulteriis, et incestibus, et consimilibus solent injungi jejunia in pane et aqua, secundum tempus quo moratus est in peccato, et secundum alias circunstantias, vel compenset. Pro simplici fornicatione simplucia jejunia, nisi persone vel aliæ circunstantiæ occurrant, et etiam cum ovis et casseis. Y luego : cetera remedia, imò omnia pendent ex discretione confessorum. Y mas adelante (fol. 9.): sicut moderni physici temperant antiquarum violentiam potionum; sic et nos plerumque antiquorum rigorem canonum pœnitentialium; quia non possumus sustinere censuram illius temporis, quando et corpora et merita defecerunt. Tunc enim in amore Christi ferventiores erant fideles, quando recens erat corpus Christi. Ideoque et valebant et volebant, non patienter solum, sed et libenter pro Christo custodire vias duras.

Aun es mas claro, si cabe, y mas breve sobre este punto el testimonio de Guillermo el Obispo de Paris, que murió hácia la mitad del siglo xu (lib. de Pœnit. cap. penult.). Estas son sus palabras: facta autem confessione ad integrum pœnitentiæ arbitrariæ erunt. Y en otra parte dice: cum in arbitrio confessoris et voluntate panitentialem satisfactionem positam esse dicamus, dicimus

consequenter quod in bona fide ipsius hoc positum est. Llegó ya desde entonces á hacerse tan general esta persuasion de la arbitrariedad de las penitencias, que vino á ser axîoma entre casi todos los confesores, como dice Alexandro de Hales (Summ. p. IV. 9. 21. membr. 3. art. 1): quidam dicunt et ferè omnes confessores, quod omnes pænitentiæ sunt arbitrariæ, idest, in voluntate sacerdotis; et potest dare plus vel minus, pro voluntate suâ, nec peccat: et hoc ex vi clavium.

Esta opinion y el abuso que de ella se habia hecho parece haber intentado moderar nuestro San Raymundo (Summ. lib. III. cap. de Panit. et remiss.), coetáneo de Guillermo Parisiense, explicando la verdadera inteligencia que debe darse á la expresion in arbitrio confessoris. Nec debes, sacerdos, dice, à forma prædicta (pænitentialium canonum) recedere nisi propter causam. Et in hoc consistit ejus arbitrium, scilicet, pro qua vel pro quibus circumstantiis, et quantum et quando possit augeri vel minui pana canonica. (V. Morin. de Administ. Sacr. Pan. lib. X. c. 23. seq.)

Estas palabras de S. Raymundo eran entonces como la voz comun de la iglesia de España, cuyos s nodos y prelados en aquel siglo y en los siguientes, han clamado por la restauracion de los cánones penitenciales, no en el sentido de la proposicion de Pedro de Osma justamente condenada por Sixto IV : non peracta pœnitentia confitentes absolvi non debere; sino conforme al espíritu de la santa Iglesia, declarado en las palabras del concilio III de Toledo: secundum formam canonum antiquorum dentur pænitentia, como lo demuestra el cardenal de Aguirre en su disertacion sobre los cánones XI y XII del dicho concilio (excurs. II. n. 166. seq.), que fue la práctica tan recomendada por S. Francisco Xavier (Turselin.

ce: pueri de choro.... ascendunt super muros portarum civitatis; et tunc clauduntur porta. Deinde incipit cantor: Gloria, laus. Respondent pueri: Israel es tu.

El de Roven: cum autem processio ad portam civitatis ornatam venerit, sex pueri turrim ascendant, et hos versus festive cantent Gloria, laus et honor &c.

Un misal MS. de la iglesia de Saresbury, sufragánea de Cantorberi: septem pueri in loco eminentiori simul cantent . Gloria, laus.

Basten estas muestras. Pudo haber dado orígen á este rito la estrofa Catus in excelsis te laudat &c.

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per

lo

(4) Busqué el documento original. En el volúmen de deliberaciones del consejo general, entre varias del dia 17 de Marzo de 1385 se lee lo siguiente: »è fò acordat è proveit concordantment en » dit consell que en lo present any en la prop vinent » sentmana sancta, ço es, lo dimarts per lo mati de aque»lla sentmana, les fembres pecadores publiques de la di» ta ciutat sien meses e encloses dins la casa de les dones » de penitencia, e estien aqui tro al dissabte seguent en » hora de vespres, et sien dats de la pecunia comuna de la dita ciutat per lo clavari d'aquella à cascuna de les dites » fembres, et per cascun jorn que alli estaran, pera są provisio XII diners." Esto es y fue unánimemente acordado y proveido en y por el dicho consejo que en el presente año en la próxîma semana santa, á saber, el martes de ella por la mañana, las mugeres pecadoras públicas de la dicha ciudad sean puestas y encerradas en la casa de las mugeres de la penitencia, donde permanezcan hasta el sábado siguiente á la hora de vísperas y que del tesoro comun de la dicha ciudad se den por el mayordomo de ella á cada una de las dichas mugeres doce di

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neros para su manutención cada dia de los

vieren."

que

allí estu

(5) A principios del siglo XIV habia en algunas partes la costumbre de decirse la misa de este dia (de Pascua) á media noche &c. Esta misa era probablemente la del sábado santo, que antes no se celebraba durante el dia, como ni en Roma el viernes santo, para declarar la tristeza de la Iglesia (S. Braul. ep.XIV. ap. Flor. t. XXX. p. 338): hoc biduo sacramenta non celebrantur, decia Inocenc. I (epist. ad Decent. Eugubin. Episc.) Desde fines del siglo XIV comenzó á anticiparse (consuetud. monast. Cassan. an. 1387.), por justas causas, que para ello ocurriéron. Del rito antiquísimo de celebrar esta misa del sábado por la noche queda aun vestigio en las expresiones que decimos en ella hac potissimum nocte, hanc sacratissimam noctem. De su observancia en España, y de su orígen hace memoria San Braulio (loc. laud.), diciendo: ipsâ nocte eo usque celebrantur festa, quoadusque nox transeat media, qua hora et nos credimus resurrecturos, et Dominum vivos et mortuos judicaturum. De esto daremos a su tiempo varias pruebas tomadas de nuestros misales y rituales antiguos.

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(6) Baxaban..... una paloma en una máquina &c. Por aquel mismo tiempo era rito comun en varias Iglesias de occidente soltar palomas en la misa mayor al cantar la sequencia. Lucas cusentino añade tambien el rito de las lenguas de fuego, que eran pequeñas estopas encendidas: particulæ subtilissima stuppa succense. De los truenos que acompañaban en Valencia á este rito, no he visto exemplos en los editores de monumentos litúrgicos, mas no desconfio hallarlos en los códices de nuestras diócesis.

(7) Prohibió los dichos truenos. La constitucion del ΤΟΜΟ Ι.

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