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das en Sétabis, siguiéron al Apóstol S. Pablo en su vuelta de España á Roma, y allí fuéron con él martirizadas por Neron. Si son estas las Santas de que habla el Martirologio dia 15 de Abril, no sé acomodarme á esta tradicion, la qual no tengo por anterior al tiempo de los falsos cronicones. Ni le añade nuevo peso la ermita edificada á la parte occidental de la falda del castillo con. la invocacion de estas Santas. Aun quando hubiera ya sido construida en el siglo XIII, que es la mayor antigüedad que puede concedérsele, faltaria probar que desde sus principios estuvo dedicada á dichas Santas.

En la misma Iglesia hay un altar de S. Gil Abad, á quien este pueblo tiene singular devocion, y con mucha piedad recibe el hinojo bendito con la invocacion del Santo, que se acostumbra repartir por las casas el dia 1.o de Septiembre. Despues he visto en los códices de Valencia la benedictio feniculi in die S. Egidii, por donde puede conjeturarse haber sido general esta devocion en toda la Diócesi.

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Tambien te acordarás de haber oido que (7) el Real Priorato de Monsant, del Orden del Cister, situado á la parte oriental de la falda del castillo, y habitado aho

ra por Monges de Valdigna, fue en lo antiguo monasterio de Religiosas. En efecto, á esta casa Real, dicha Algema, trasladó el Rey D. Jayme II de Aragon las Religiosas Agustinas que habia fundado en Alcira su abuelo D. Jayme I en el año 1273. Esta translacion se verificó en el de 1316, mandando que conservasen el título de Santa María Magdalena, y que vistiesen el hábito del Cister, quedando sujetas al Abad de Valdigna. De la austera vida de estas Religiosas hace mencion Viciana 3 part. fol. 160. Mas en los tiempos del B. Juan de Ribera por justas causas fue destruida dicha fundacion, y las Religiosas trasladadas al ,y monasterio de la Zaydia, extramuros de Valencia. Seguidamente tomáron posesion de dicha casa los Monges de Valdigna que hoy la habitan. Estos años pasados han reformado la Iglesia antigua, estrechándola y dándole un órden mas proporcionado; acaso con esta ocasion habrán perecido los vestigios que quedaban del coro antiguo. Consérvase todavía en ella un lienzo de S. Christóbal, que creo ser de la escuela de Ribalta.

Si ocurriese alguna otra cosa digna de consideracion, entre las que llevé apunta

das de aquella ciudad, la insertaré en las cartas siguientes.

Dios te guarde. Valencia 30 de Septiembre de 1803.

NOTAS Y OBSERVACIONES.

(1) Su antiguo titular y el actual patrono de esta ciudad es S. Félix Mártir &c. En mi Año Christiano de España tom. vIII dia 1.° de Agosto dixe que el S. Félix Mártir, venerado en esta ciudad como su patrono, es el Presbítero de Leon de Francia. Carecia yo entonces de algunos documentos que posteriormente he adquirido, los quales prueban serlo el Diácono de Gerona. De esto se tratará con la debida extension quando se hable de aquella Iglesia.

(2) Tengo por aventurado qualquier juicio que se quiera formar de su antigüedad. Habiendo exâminado con atencion este monumento, soy de parecer que es anterior á los Godos, y que tal vez será la única pila de dita que se conserve de ese tiempo en España.

agua ben

Antiquísimo es en toda la Iglesia el uso del agua mezclada con sal y bendita, no solo para la administracion del bautismo y para consagrar y dedicar las Iglesias ó reconciliarlas, de lo qual trata el Pontifical romano (p. II. de Eccl. dedic. et de illius reconciliat.), sino tambien para expiar los pecados veniales, á semejanza del agua lustrationis de la ley antigua, destinada para purificar los Levitas (Num. VIII. 7.), y lavar los inmundos (Num. XIX.9. 12.). Y así desde los primeros siglos se puso agua á la entrada de los templos, para que perdonados por medio de ella los pecados veniales, el pueblo y el Sacerdote quedasen mas aptos para celebrar el santo sacrificio. (M. Ant.

Columnæ Hydragiolog. sect. II. c. III. n. 32.)

Esta bendicion del agua mezclada con sal la atribuyen unos á S. Alexandro Papa y Mártir, que floreció en el imperio de Trajano, otros á los mismos Apóstoles: de los autores de una y otra opinion forma un largo catálogo el citado Antonio Colonna (loc. laud. num. 46. seq.) Venga ó no este rito de los tiempos apostólicos, es antiquísimo en toda la Iglesia. El agua así bendita no es sacramento, sino preparacion para los sacramentos, y uno de los que llaman sacramentales los Teólogos; pues con ellos, recibidos con fe y devocion, se quitan los impedimentos para que obre en el hombre la gracia. De esta agua señaladamente lo dice Santo Tomas (in 4. dist.2): aqua benedicta valet contra omne quod sacramentorum effectum impedire potest. Y así Hugo de S. Victor (tract. de Sacrament.) entre las cosas que conducen á nuestra santificacion pone el aspersorio del agua bendita. Otros piadosos escritores, y aun la santa Iglesia en sus preces, añaden que es de admirable virtud contra las tentaciones y estímulos del diablo; dispertador de la oracion y de la contricion, incentivo de la devocion, recuerdo del bautismo y de sus promesas, salud del alma y del cuerpo, atractivo de la fe con que debemos considerarnos presentes al divino espíritu. Atribúyele Santo Tomas como es. pecial efecto el perdonar Dios por medio de ella los pecados veniales, en quanto mueve el ánimo á penitencia y á devocion; basta que sobre ella se haya invocado por autoridad de la Iglesia el nombre de Christo, para que sea de mayor eficacia y virtud que el agua aspersoria del antiguo testamento.

Conforme es á esta doctrina de la Iglesia la práctica de rociar los enfermos con agua bendita, de que hace memoria S. Cipriano (Epist. VII. ad Magn.) diciendo:

nec quemquam movere debet quod aspergi vel perfundi vi dentur ægri cum gratiam dominicam consequuntur, quando Scriptura dicat: et aspergam super vos

aquam mundam, et mundabimini ab omnibus inmunditiis vestris.

Del agua bendita en el sábado de Pascua ó de Pentecostes, antes de mezclar con ella el sagrado crisma, tomaban los fieles para rociar sus casas y los campos, como consta de los Capitulares de Carlo Magno, Ludovico Pio y Lotario (lib. VI. c. 77.), donde se lee: in sabbato sancto Pascha, vel Pentecostes, si quis velit aquam con• secratam ad aspersionem in domo sua recipere ante chrismatis infusionem, recipiat. La qual costumbre dura aun en varias Iglesias de España.

Consta esto tambien de varios fragmentos de los antiguos ritos, que recogió Wolfango Lazio, conforme á los quales, dice (pág. 43): quo facto accipit populus de ipsa aqua in vasculis ad aspergendum in domibus suis, sive agris. S. Aicardo Abad en el siglo VII mientras dormian sus Monges iba echando agua bendita por el dormitorio: ad effugandas importuni hostis insidias (Fulber. in ejus vita ap. Surium t. V.). Otros semejantes exemplos se leen en las vidas de los Padres antiguos.

Así pues como es antiquísima la práctica de llevar los fieles á sus casas agua bendita, y tener vasos de ella en sus aposentos; así lo es tambien ponerla en la entrada de las Iglesias, para que tomándola y rociándose con ella, dispierten en sí el espíritu de oracion y devocion con que deben asistir á los oficios divinos y á la misa, y queden purificados de las culpas veniales.

(3) Juzgó haber sido sepulcro de christianos. Alguna luz pueden dar á la decision de este punto las reflexîones siguientes.

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