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cap. IV). Otro tanto cuenta Sócrates (Hist. eccles. lib. IV. c. 27.) de S. Gregorio Neocesariense despues que dexó la escuela de Atenas. Por una ley de Teodosio II fue erigida su Iglesia en Metrópoli honoraria de la Fenicia, igual en título de dignidad á la de Tiro, no en la jurisdiccion dió ocasion á esto la contestacion de Phocio, Metropolitano de Tiro, con Eustatio, Obispo de Berito, exâminada y disuelta en el Concilio de Calcedonia (Tillem. S. Leon. art. CXIV. CXV. t. XV.p.672. 676). De la ruina de una gran parte de esta hermosa ciudad y de sus muros que tanto alaba Dionisio Afric. (Beryti et mania grata) por el terremoto del año 349 Y 12 del imperio de Constancio, y de la fingida conversion de algunos gentiles vecinos de ella aterrados con este azote, á pesar del testimonio de Teophanes, duda Tillemont en la vida de aquel Emperador (art. XIII. t. IV. p. 349). Blas Terzi (Syria sacra lib. I. c. 171.) dice que apenas llegará ahora el vecindario de este pueblo á dos mil personas, y que tienen en él los católicos un Obispo Maronita, y otro Griego los cismáticos. De los Obispos pertenecientes al último estado de esta Iglesia desde el siglo XI habla Le Quien en la obra citada Oriens Christ. t. III. p. 1326. 1327).

En esta ciudad sucedió la maravilla de que tratamos, de la qual habla Baronio el dia 9 de Noviembre, y cuya historia refiere Sigeberto por estas palabras: judai imaginem Salvatoris invenientes in domo cujusdam judæi, ibi relictam à quodam christiano, eam injuriose deposuerunt, et omnia opprobria quæ judai Christo Jesu intulerunt, ejus imagini inferebant. (Sigeb. Cron. ad ann. 765).

En confirmacion de este suceso suele alegarse tambien el tratado de un antiguo Obispo de Siria llamado Atana

sio, y otro sermon cuyo título es: sermo sanctæ memoria Patris nostri Athanasii de imagine Christi, quod factum est miraculum in civitate Beryto, tempore Constantini et Irenis uxoris ejus.

En el (cap. IV.) se refiere mas á la larga el suceso, añadiéndose que aquella imágen habia sido primero de Nicodemo, despues pasó á manos de Gamaliel, de Santiago, de Simeon, y últimamente de Zaqueo, habiéndose libertado de la ruina de Jerusalen: que toda aquella multitud de judios, vista la sangre y agua que milagrosamente salió del costado de la santa imágen, se convirtiéron á la verdadera fe: que el Metropolitano de Berito guardó en redomas de cristal varias porciones de aquella sangre y agua, las quales envió á diversos pueblos de Asia, Africa y Europa, dando cuenta de tan gran maravilla, de la qual queda un insigne testimonio en las actas del Concilio Niceno II (act. IV).

A los centuriadores magdeburgenses y otros que intentáron desmentir esta historia responden Simon Maiolo (Historiar. tot. orb. centur. IV. c. X.), y Jac. Gretsero (de Cruce Christi lib. I. c. XCVIII.)

(2) La habian instituido por encargo del Metropolitano de aquella Iglesia. Por testimonio de Sigeberto y del Obispo Atanasio consta que el Metropolitano de Berito envió desde luego á varios pueblos de la christiandad porciones de la milagrosa sangre y agua que salió de esta imágen: hoc insuper ab eis efflagitans, ut per annos singulos in mense Novembri...... nono die ipsius mensis..... non minori reverentiâ quàm Natalis Domini vel Pascha, ista dies præcipua observatione colatur. De este encargo procedió, á juicio de Molano, la rápida propagacion de esta fiesta, así en Oriente, como en Occiden te. Establecida la fiesta, era ya fácil que se sacasen co

pias de aquella prodigiosa imágen, y que se colocasen en capillas ó templos con su advocacion, como sucede hoy dia aun en España con varias imágenes de Jesuchristo y de nuestra Señora. Y así D. Agustin Sales, refiriendo á otro propósito que en el antiguo misal valentino (impreso en Venecia el año de 1509 fol. CCXCVIII) á 9 de Noviembre se halla la misa: in festo passionis imaginis Domini Jesu Christi, añade: pero esta no era propia de Valencia, sino comun á todas las Iglesias, tanto del Oriente como del Occidente, como advierte César Baronio en sus notas, por celebrar todas el milagro de la imágen pintada de Berito, que menciona en el dicho dia el martirologio romano (Sales Memor. del santo sepulcro pág. 126).

CARTA VIII.

De algunos ritos señalados de los oficios antiguos.

Mi querido hermano : Aunque es regular que la noticia dada en los correos antecedentes de los códices que existen en esta Iglesia, haya dispertado en tí una cierta ansia de ver los extractos y apuntaciones que voy tomando de ellos no es del caso que corte yo ahora el hilo de estos trabajos por el alivio que con ellos me prometo para otras Iglesias. Mas como debo satisfacer tus justos deseos, pondré siquie

ra alguna muestra de lo que dan de sí estos documentos en algunas variantes mas señaladas de los oficios eclesiásticos.

Primeramente es comun en estos códices antiguos decir en las primeras vísperas los cinco salmos Laudate con una sola antifona, y responsorio despues del capítulo: tener antífonas propias en completas, como tambien las bendiciones en maytines con

. IX, y y. ante Laudes; y otros tales ritos, que aun hoy se conservan en algunas religiones privilegiadas.

(1) No es menos freqüente el uso de las prosas despues del capítulo de segundas vísperas, precedidas por lo regular del Alleluia que se cantó en la misa del dia, lo qual duraba aun por los años 1533. Hasta en maytines despues del IX . las trae el breviario de 1464, llamándolas, como ya dixe, verbeta. Alguna otra vez echo de ver que esta especie de prosas se inxieren en formando parte de él.

el IX R.,

Aunque es obra prolixa, me he resuelto á copiarlas todas, por si mas adelante se ofreciere publicar alguna coleccion de estos metros, que aunque informes y de mal gusto por lo comun, sirven para la historia de la liturgia, y aun para rectificar ciertos he

chos en las vidas de los Santos.

En el Adviento ademas de la variedad de evangelios, que se halla en pocos códices, es comun prescribirse en todos ellos para los dias feriales el rezo de los salmos graduales repartidos de este modo: los cinco primeros pro illis qui sunt in purgatorio; los cinco siguientes pro illis qui sunt in peccato mortali; y los cinco últimos pro illis qui sunt in vera pœnitentia. Decíanse tam bien, así como el oficio de la Vírgen, en toda la Quaresma.

(2) Las antífonas O eran nueve, anticipándose por consiguiente dos dias. (3) En la vigilia de la Natividad habia varias muestras de alegria, como era el tañer las campanas al tiempo de cantar el y. ante laudes: Crastina die &c. En el segundo nocturno de los maytines de este dia, la leccion VI se dice ser de S. Agustin, en la qual (4) se halla el testimonio de la Sibila Eritrea, repitiéndose despues de cada dístico el primero: Judicii tellus &c. Esto es en el breviario de 1464. En el oficio de esta solemnidad, que se insertó en la semana santa del año 1533, se ve que creciendo la devocion de los Prelados, añadiéron todos los testimonios que profetizáron la ve

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