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Angel Custodio. y los dos Santos Vicentes. Sin embargo que el de la sangre era mucho mas reciente, que el de que hablamos. Por donde se ve que para la concesion de este otro oficio, hubo justo inconveniente, que sin duda fue la falta de documentos en apoyo de los hechos de que se trata.

Por otra parte la venida reciente de este simulacro por el Turia la callan los mismos códices de esta Iglesia, aunque refieren el suceso de Berito; no siendo verosímil este silencio de un hecho tan señalado y glorioso para esta Iglesia en unos códices cercanos al tiempo en que se fixa; antes bien, si tal hubiera, de hecho tan maravilloso, hubieran dexado memoria ó alusiones por lo menos en algunos de los responsorios, y en el ofertorio y comunion de la misa, como sucede con menos motivo en las fiestas de S. Lázaro, San Onofre y otros; ó á lo menos algun vestigio en la oracion, en la qual solo se habla de la pasion de Jesuchristo, y tal qual códice añade la palabra imagen. Lo restante del oficio es tomado en unos del de la Exâltacion de la Cruz, en otros del que celebraba esta Iglesia de quinque plagis.

Alguna consideracion merece la refle

xîon que ofrecen las preces que he dicho; y es, que esta fiesta es de un orígen muy reciente, á saber, del año 1460; lo qual,. aunque solo se entienda del oficio y misa, no es verosímil que sucediese, si tan antigua es la venida de esta imágen como suponen. Tampoco es fácil combinar con esta época posterior á la canonizacion de S. Vicente Ferrer la grande devocion que se supone haber tenido este Santo á dicha santa imágen. Porque si tal fuera, parece regular que con su crédito y autoridad lograra, aun viviendo, que se estableciera esta fiesta, de la qual no me acuerdo haber visto alguna memoria en sus sermones.

En fin, yo no niego la posibilidad de estos hechos; pero vuelvo á decir que desearia nuevas luces que desvaneciesen mis dudas sobre ellos, y mas tratándose de este devotísimo crucifixo, cuya sola vista dispierta muy tiernos afectos, y es santamente y con gran fruto venerado en esta ciudad,

y á sus moradores sirve como de asilo y lugar de refugio en las calamidades privadas y públicas. Hablo con esta franqueza de la piedad, constándome que contra la sólida devocion de los pueblos nada influyen las controversias históricas sobre el origen de

las imágenes; en las quales quiere la Iglesia que veneremos no lo , que son en sí, sino lo que representan, y que prescindamos de todas las circunstancias históricas sobre su orígen y portentos, quando no estan apoyadas en documentos sólidos. Y así aun quando la devocion de nuestros mayores haya sido sorprehendida en este punto como yo lo sospecho, por la obscuridad de los tiempos; sin embargo, son muy dignos de alabanza y de imitacion los que siguiendo el exemplo de Santo Tomas de Villanueva

y

de otros siervos de Dios, buscan en la presencia de este divino simulacro un dispertador de la compuncion y del fervor del espíritu que debe vivir siempre en no

sotros.

¿Qué diré de los oradores. que olvidando este fin, que es el principal de la oratoria christiana, emplean todo el tiempo y caudal en probar que esta es la imágen de Berito? Cosa que aun siendo cierta y pudiéndose demostrar, era bien tratarla separadamente y en otras ocasiones, mas no en un sermon, en el qual no debe ocupar mas lugar que el que se permite á la narracion para sacar de ella el fruto que espera el pueblo que no todos acuden á la Iglesia

ilevados de la curiosidad de oir glorias de la patria, sean como sean.

á

En resolucion, yo creo que esta imágen y su fiesta no tuviéron otro orígen que la devocion de esta ciudad y sus Obispos; los quales, como ya dixe, en desagravio del descomedimiento de los judios de Berito estableciéron tal vez esta fiesta anual, imitacion de los pueblos de Oriente y de Occidente, que desde luego (2) la habian instituido por encargo del Metropolitano de aquella Iglesia. Por lo demas me consta que los piadosos literatos de esta ciudad no dan oidos á los que segun la expresion de D. Lúcas de Tuy: dicunt aliqua esse fingenda, licet vera non sint, ad Christi nominis gloriam dilatandam..... Veritas namque cum sit, vult veridicis præconiis collaudari. (Luc. Tud. ado. Albig. error. lib. II. cap. XI.)

Se me olvidaba decir que hasta la mitad del siglo pasado ha permanecido en esta Catedral una capilla con la invocacion de Passione imaginis, en cuyas paredes se conservaban algunas pinturas de la historia de Berito; y es la misma capilla que ahora se llama del Santo Buen Ladron. Mas aun siendo esto así, como lo es, y que el Obispo D. Fr. Andres de Albalat fundó en

ella una capellanía con el título del cuer po de Christo, que es tambien advocacion de la misma capilla; y posteriormente se fundó otra con el título de la imágen ultrajada, lo mas que de allí pudiera cole girse á mi parecer es, que en el siglo XIII ya se habia introducido aquí la devocion á la imágen de Berito, pero no que la fiesta deba su institucion á la venida de la imáni menos á su identidad, supuesto que gen, no hay documentos de lo uno ni de lo otro. Valencia 28 de Noviembre de 1802.

NOTAS Y OBSERVACIONES.

(1) La imágen tan celebrada de Berito. Berito, ciudad marítima de la antigua Fenicia, conocida con el nombre de Colonia Felix Julia, llamada ahora Beirut, ó co· mo dicen los italianos, Baruti, está situada á la costa del mar de Siria, no lejos de Sidon, como consta del Itinerario de Antonino: algunos geógrafos modernos (Bau'drand art. Berytus) la colocan entre Trípoli y Damasco (V. Le Quien Oriens christ. t. III. p. 90. 1326). De la antigüedad de este pueblo hay varias memorias en Strabon (lib. XVI), y en Plinio (lib. V cap. 20). En ella hizo Agripa un suntuoso teatro, donde se hiciéron juegos y otras representaciones con gran magnificencia (Tillem. Histoire des Juifs, art.XXXI ap. Hist. des Emper. t. I. p. 475). Eusebio hace memoria de una famosa escuela que había en Berito, por cuya causa vivió allí mucho tiempo S. Aphiano Mártir (de Martyr. Palæstina

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