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reformadores, y con la misma ligereza, la misma inşolencia y la misma mala fe que ellos, los filósofos del siglo xvi, y sus hijos naturales los filósofos de nuestro siglo, han osado sostener que la confesion auricular no es mas que una institucion del hombre para servir al hombre, un medio de conocer el interior de las familias para explotar este conocimiento en provecho del sacerdote y del rey (1). Por consiguiente, no os parecerá fuera de propósito ni desprovista de actualidad la controversia que vamos á entablar con los jefes de la reforma acerca del asunto que nos ocupa. Ellos al menos formulan sus errores con claridad; los presentan con mas ilacion y los tratan con mas detenimiento; de modo que, refutando á esos maestros, habrémos refutado al mismo tiempo á sus miserables discípulos.

Mas no por tener tres siglos de antigüedad la doctrina relativa á la confesion que acabo de indicar, y por haber sido sostenida desde entonces bajo formas graves, deja de ser un insulto á la razon y una blasfemia contra la religion verdadera; y esto por cinco grandes razones que os voy á presentar, y que prueban que la confesion sacramental es una institucion evidentemente divina: 1.a, porque ella es tan antigua como el mundo; 2.a, porque ha sido tan universal como el género humano; 3.*, porque si un hombre la hubiera establecido, no hubiera podido quedar

(1) Véase el folleto de M. Michelet Sobre la familia.

ignorado; 4., porque ha sido creida y practicada en todos los siglos y en todos los pueblos cristianos, y 5.*, en fin, porque se encuentra establecida en el Evangelio en los términos mas claros y mas formales. Ya teneis aquí el resúmen y la division de esta primera conferencia sobre la confesion. Prosigamos.

PRIMER ARGUMENTO

en favor del origen divino de la confesion: ELLA ES TAN ANTIGUA COMO EL MUNDO. La confesion en el paraíso terrenal.

3. Teniendo el hombre una inteligencia, no ha podido ser criado, como lo hemos demostrado ya (Tomon, confer. 14, §. 6), por el ciego poder del acaso ó por combinaciones estúpidas de los átomos; el hombre no es ni puede ser otra cosa que la obra de un artífice sumamente inteligente, y este artífice es Dios.

Mas habiendo Dios criado al hombre, no pudo dejarlo sobre la tierra sin decirle una sola palabra de .amor, supuesto que era su padre; sin enseñarle nada, siendo su maestro ; y sin mandarle nada, siendo su señor. El no pudo abandonarle á sí mismo, no pudo desde el principio condenarle al largo y penoso trabajo de conocer por sí solo á su Criador, de conocerse á sí mismo, por sí mismo y en sí mismo, con peligro de no conocer jamás á Dios, de no conocerse ni comprenderse jamas á sí mismo; y segun la observacion de S. Pablo, con peligro de gastar toda su vida en buscar la verdad sin encontrarla jamás: Semper

discentes et nunquam ad scientiam veritatis pervenientes. (1, Tim., 1, 7.) Tanto valdria decir que el hombre no es obra de Dios esta blasfemia equivale á la otra.

Esta revelacion original, cuya necesidad nos muestra la razon, se nos manifiesta en los libros santos. Al decirnos que el hombre fué desde su primer instante UNA ALMA VIVIENTE: Factus est in animam viventem (Genes., II, 7), nos dicen claramente que el hombre desde su primer instante se halló en posesion de la plenitud de la vida, no solo en el órden físico y moral, sino tambien en el órden intelectual; y que, por consiguiente, él conoció la verdad y toda la verdad, porque en el órden intelectual el alma no vive sino de la verdad. Así pues, segun los libros santos, al criar Dios al hombre, le descubrió su orígen, su naturaleza, su destino y los medios de conseguirlo; le manifestó las condiciones de su existencia, de su ser, las verdaderas relaciones en que está colocado sobre la tierra con respecto á Dios, con respecto á sus semejantes y con respecto á sí mismo; en una palabra, le reveló toda la religion (1).

La religion se llamó así de la palabra RELIGARE, ligar; porque siendo la expresion de las relaciones entre Dios y el hombre, entre el hombre y el hom

(1) Véase en nuestra primera confereucia (Tom. 1, pág. 8) el magnífico pasaje en que el inspirado escritor del libro titulado El Eclesiástico nos refiere con todos sus detalles la revelacion que Dios hizo al primer hombre, y en la que le enseñó toda ciencia y todo deber.

bre mismo, y entre el hombre y sus semejantes, es, por consiguiente, tambien el gran medio de ligadura de estos mismos seres, de tal modo que formen un mismo todo: Ut sint unum, sicut Ego et Tu unum sumus, como dice Jesucristo en el Evangelio. (Joan., XVII, 22.)

La religion se llama tambien CULTO, palabra sublime, dice S. Agustin, porque significa á un mismo tiempo los homenajes y las obras con que nosotros cultivamos el corazon de Dios, y hacemos en cierto modo que germine en él la misericordia para con nosotros, y la gracia con que Dios, á quien su divino Hijo llama el GRAN AGRICULTOR: Pater meus agricola est (Joan., xv, 1), cultiva á su vez nuestro corazon, y hace que germine en él la santidad y la virtud (1). El culto, por consiguiente, resume en sí todas estas relaciones, y este es el gran medio de ligadura entre Dios y el hombre, y los hombres entre sí y consigo mismos.

4. Pero siendo el hombre un compuesto sustancial de espíritu y de cuerpo (Confer. 7), estas relaciones, este gran medio de ligadura, y el culto que los resume, no pueden, dice S. Juan Crisóstomo (2), ser rea

(1) Colit nos Deus, et nos colimus Deum. Nos colimus creden»do, adorando, etc.; ipse nos colit misericordiam impertiendo, etc.>> (2) « Si no fueses mas que un ser incorpóreo, Dios te hubiera conferido sus dones (como lo hizo á los ángeles) de una manera simple é incorpórea; pero encontrándose en tí el alma unida al cuerpo, debió presentarte aun las mismas cosas inteligibles bajo formas sensibles Si incorporeus esses, nuda, incorporea tibi dedisset ipsa

lizados ni perpetuados sino por signos corporales y visibles, que indican cosas invisibles y espirituales; y estos signos no pudieron, no debieron ser instituidos, revelados y establecidos como leyes sino por el Autor mismo de la religion, porque solo á Dios, que conoce al hombre y se conoce á sí mismo, pertenece decir al hombre cómo quiere cultivar al hombre por su gracia, y ser cultivado del hombre por sus obras.

Todo signo sagrado y sensible de la gracia santificante, instituido por el mismo Dios de una manera perma— nente, es lo que se llama sacramento (1). Es pues evi

dona; sed quoniam anima corpori conserta est, in sensibilibus inteligibilia tibi præbet.» (Homil. 38 in Matth.)

(1) La palabra sacramento tiene una doble siguificacion unas veces significa una cosa oculta, un secreto sagrado, y otras un misterio y un signo de santificacion. En este último sentido se toma aquí, y en este sentido se define: Signum sensibile, sacrum, gratiæ sanctificantis, permanenter à Deo institutum. Esta definicion del sacramento es admitida aun por los.teólogos protestantes, que no han abolido de todo punto los sacramentos.

Se dice que el sacramento es un signo sagrado : 1.o, porque todo sacramento significa la gracia, que es una cosa sagrada ; 2.o, porque se refiere al culto de Dios y á la utilidad del hombre en el órden sobrenatural, y este culto y esta utilidad son tambien cosas sagradas; y3.o, porque todo sacramento consagra formalmente á Dios, y santifica, al menos con una santidad moral, al sugeto que lo recibe. (Antoine, De Sacramento, cap. 1.) La definicion del sacramento se completa por las palabras instituido por Dios de una manera permanente; porque ningun signo sensible podria significar infaliblemente la gracia, á menos que no fuese elegido para este efecto por el mismo Dios, que es el único que confiere la gracia, de que es autor, por los medios que le parecen mas convenientes; y porque los sacramentos están establecidos como leyes permanentes de la sociedad religiosa.,

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