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es verdad que muchas veces, cuando hay en el alma estas comunicaciones espirituales muy interiores y secretas, aunque el demonio no alcanza cuáles y cómo sean, por la gran pausa y silencio que causan algunas de ellas en los sentidos y potencias de la parte sensitiva, por aquí echa de ver que las hay y que recibe el alma algun gran bien; y entonces, como ve que no puede alcanzar á contradecirlas al fondo del alma, hace cuanto puede por alborotar y turbar la parte sensitiva, que es donde alcanza, ya con dolores, ya con horrores y miedos, con intento de inquietar y turbar por este medio á la parte superior y espiritual del alma acerca de aquel bien que entonces recibe y goza; pero muchas veces, cuando la comunicacion de la tal contemplacion tiene su puro embestimiento en el espíritu y hace fuerza en él, no le aprovecha al demonio su diligencia para inquietarle; antes entonces el alma recibe nuevo provecho y amor y mas segura paz; porque en sintiendo la turbadora presencia del enemigo, ¡cosa admirable! que sin saber cómo es aquello, se entra ella mas adentro del fondo interior, sintiendo muy bien que se pone en cierto refugio, donde se ve estar mas alejada y escondida del enemigo; y así, aumentársele la paz y el gozo que el demonio le pretende quitar; y entonces todo aquel temor le cac por defuera, sintiéndolo ella claramente, y holgándose de verse tan á lo seguro gozar de aquella quieta paz y sabor del Esposo en escondido, que ni mundo ni demonio puede dar ni quitar. Sintiendo allí el alma la verdad de lo que la Esposa dice á este propósito en los Cantares: En lectulum Salomonis sexaginta fortes ambiunt... propter timores nocturnos; Mirad que al lecho de Salomon cercan sesenta fuertes, por los temores de la noche. Y esta fortaleza y paz siente, aunque muchas veces siente atormentar la carne y los huesos por defuera.

Otras veces, cuando la comunicacion espiritual participa con el sentido, con mas facilidad alcanza el demonio á turbar el espíritu y alborotarle por medio del sentido con estos horrores. Y entonces es grande el tormento y pena que causa en el espíritu, y algunas veces mas de lo que se puede decir; porque, como va de espíritu á espíritu, es intolerable el horror que causa el malo en el bueno, digo en el del ánima, cuando le alcanza su alboroto; lo cual tambien da á entender la Esposa en los Cantares, cuando dice haberle á ella acaecido así al tiempo que queria descender al interior recogimiento á gozar de estos bienes, diciendo: Descendi in hortum nucum, ut viderem poma convallium, et inspicerem si floruisset vinea... nescivi: anima mea conturbavit me propter cuadrigas Aminadab; Descendí al huerto de las nueces para ver las manzanas de los valles, y si habia florecido la viña no supe; conturbóse mi alma por los carros y estruendos de Aminadab, que cs el demonio.*

Otras veces acontece esta contradiccion del demonio cuando Dios hace mercedes al alma por medio del ángel bueno, que estas algunas veces el demonio las echa de ver, porque ordinariamente permite Dios que las

entienda el adversario; lo uno, para que haga contra ellas lo que pudiere segun la proporcion de la justicia, y así no pueda el demonio alegar de su derecho, diciendo que no le dan lugar para conquistar al alma, como hizo de Job. Y así, es conveniente que Dios dé lugar á que haya cierta paridad en los dos guerreros, conviene á saber, el ángel bueno y el malo, acerca del alma, para que la vitoria sea mas estimada, y el alma vitoriosa y fiel en la tentacion sea mas premiada.

Donde nos conviene notar que esta es la causa por que algunas veces en aquel órden por donde Dios va llevando al alma da licencia al demonio para que la inquiete y tiente, como es cuando tiene visiones verdaderas por medio del ángel bueno, que tambien da Dios licencia al ángel malo para que en aquel mismo género se las pueda representar falsas; de manera que, segun son de aparentes, el alma que no es cauta fácilmente puede ser engañada, como muchas de esta manera lo han sido; de lo cual hay figura en el Exodo, donde se dice que todas las señales que hacia Moisen verdaderas, hacian tambien los magos de Faraon aparentes; que si él sacaba ranas, tambien ellos las sacaban; si él volvia el agua en sangre, ellos tambien la volvian; y no solo en este género de visiones corporales imita, siuo tambien en las espirituales comunicaciones que son por medio del ángel, cuando las alcanza á ver; pues, como dijo Job: Omne sublime videt; Imita y se entremete como puede. Aunque en estas, como son sin forma y figura, porque de razon del espíritu es no tenerla, no las puede imitar y formar como las otras que debajo de alguna especie ó figura se representan. Y así, para impugnarla al modo que el alma es visitada, represéntala como puede su temeroso espíritu al tiempo que el ángel bueno va á comunicar al alma la espiritual contemplacion, con algun horror y turbacion espiritual, á veces harto penosa para el alma. Y entonces algunas veces se puede el alma despedir presto, sin que haya lugar de hacer en ella impresion el dicho horror del espíritu malo, y se recoge dentro de sí, favorecida para esto de la merced espiritual que el ángel bueno entonces le hace.

Otras veces da Dios lugar que dure mas esta turbacion y horror, lo cual es para ella de mayor pena que ningun tormento de esta vida le podia ser, y después queda la memoria, que basta para dar gran pena. Todo esto que habemos dicho pasa en el alma sin ser ella parte en hacer ni deshacer acerca de esta representacion ó sentimiento; pero es aquí de saber que cuando permite Dios al demonio este apretar al alma con este espiritual horror, hácelo para purificarla y disponerla con esta vigilia espiritual para alguna gran fiesta y merced espiritual que la quiere hacer el que nunca mortifica sino para dar vida, ni humilla sino para ensalzar; lo cual acaece de allí á poco, que el alma, conforme á la purgacion tenebrosa que padeció, goza de sabrosa contemplacion espiritual, ú veces tan subida, que no hay lenguaje para ella. Lo dicho se entiende acerca de cualldo Dios visita al alma por medio del ángel bueno, en lo cual no va ella segura, segun se ha dicho, totalmente,

ni tan á escuras y en celada, que no le alcance algo el enemigo. Pero cuando Dios por sí mismo la visita, entonces se verifica bien el dicho verso, porque totalmente á escuras y en celada del enemigo recibe las mercedes espirituales de Dios. La causa es, porque, como su Majestad es el supremo Señor, mora sustancialmente en el alma, donde ni el ángel ni demonio puede llegar á entender lo que pasa, ni puede conocer las intimas y secretas comunicaciones que entre ella y Dios alli pasan; que estas, por cuanto las hace el Señor por sí mismo, totalmente son divinas y soberanas, y unos como toques sustanciales de divina union entre el alma y Dios; en uno de los cuales, por ser este el mas alto grado de oracion que hay, recibe el alma mayor bien que en todo el resto; porque estos son los toques que ella le entró pidiendo en los Cantares, diciendo: Osculetur me osculo oris sui. Que, por ser cosa que tan junto pasa con Dios, donde el alma con tantas ansias codicia llegar, estima y codicia un toque de esta divinidad mas que todas las demás mercedes que Dios le hace. Por lo cual, después que en los Cantares le habia hecho muchas que ella allí le habia cantado, no hallándose satisfecha, pidiéndole estos toques divinos, dice: Quis mihi det te fratrem meum sugentem ubera matris meae, ut inveniam te foris, et deosculer te, et jam me nemo despiciat? ¿Quién te me dará, hermano mio, que te ballase yo sola afuera mamando los pechos de mi madre, para que con la boca de mi alma te besase, y así no me despreciase ni se me atreviese ninguno? Dando por esto á entender que fuese la comunicacion que Dios le hiciese por sí solo, afuera y á escuras de todas las criaturas, que esto quiere decir « sola y afuera mamando; lo cual es cuando, ya con libertad de espíritu, sin que la parte sensitiva alcance á impedirlo, ni el demonio por medio de ella á contradecirlo, goza el alma en sabor y paz íntima estos bienes; que entonces no se le atreveria el demonio, porque no lo alcanzaria, ni podrá llegar á entender estos divinos toques en la sustancia del alma por la noticia amorosa con la sustancia de Dios. A este bien ninguno llega sino es por íntima purgacion y desnudez y escondrijo espiritual de todo lo que es criatura; lo cual es á escuras; en el cual escondrijo se va confirmando el alma con la union con Dios por amor, y por eso lo canta ella en el dicho verso, diciendo: «A escuras y en celada. »

Cuando acaece que aquellas mercedes se le hacen al alma en celada, que es solo en espíritu, suele en algunas de ellas el alma verse, sin saber cómo es aquello, tan alejada, segun la parte superior, de la porcion inferior que conoce en sí dos partes tan distintas entre sí, que le parece no tiene qué ver la una con la otra, pareciéndole que está muy remota y apartada de la una; y á la verdad, en cierta manera así lo está; porque, segun la operacion que entonces obra, que es toda espiritual, no comunica en la parte sensitiva; de esta suerte se va haciendo el alma toda espiritual, y en este escondrijo de contemplacion unitiva se le acaban por sus términos de quitar las pasiones y apetitos espirituales en mucho

grado. Y así, hablando de la porcion superior del alma, dice luego el último verso.

CAPITULO XXIV.

Acábase de explicar la segunda cancion.

Estando ya mi casa sosegada.

Lo cual es tanto como decir: Estando ya la porcion superior de mi alma, tan bien como la inferior, sosegada segun sus apetitos y potencias, salí á la divina union de amor de Dios.

Por cuanto de dos maneras, por medio de aquella guerra de la escura noche (como queda dicho), es combatida y purgada el alma; conviene á saber, segun la parte sensitiva y la espiritual con sus sentidos, potencias y pasiones, tambien de dos maneras, segun estas dos partes, sensitiva y espiritual, con todas sus potencias y apetitos, viene el alma á conseguir paz y sosicgo; que por eso (como tambien queda dicho) repite dos veces este verso en esta cancion y la pasada, porrazon de estas dos porciones del alma, espiritual y sensitilas cuales, para poder ellas salir á la divina union de amor, conviene que estén primero reformadas, ordenadas y quietas acerca de lo sensitivo y espiritual, á modo del estado de la inocencia que habia en Adan, no obstante que no queda libre del todo de las tentaciones de la parte inferior; y así, este verso, que en la primera cancion se entendió del sosiego de la parte inferior y sensitiva, en esta segunda se entiende particularmente de la superior y espiritual, que por eso le ha repetido dos veces.

va,

Este sosiego y quietud de esta casa espiritual viene á conseguir el alma habitual y perfectamente (segun esta condicion de vida sufre) por medio de estos actos, como sustanciales de divina union, que acabamos de decir que en celada y escondido de la turbacion del demonio y de los sentidos y pasiones ha ido recibiendo de la divinidad en que el alma se ha ido purificando, sosegando y fortaleciendo y haciéndose estable, para poder de asiento recibir la dicha union, que es el desposorio divino entre el alma y el Hijo de Dios; el cual, luego que estas dos casas del alma se acaban de sosegar y fortalecer en uno, con todos sus domésticos de potencias y apetitos, poniéndolas en sueño y silencio acerca de todas las cosas de arriba y de abajo, inmediatamente esta divina sabiduría se une en el alma con un nuevo nudo de posesion de amor, y se cumple lo que ella dice: Cum enim quietum silentium continerent omnia, et nox in suo cursu medium iter haberet, Omnipotens Sermo tuus de Coelo à Regalibus sedibus prosilivit. Lo mismo da á entender la Esposa en los Cantares, diciendo que, después que pasó de los que la desnudaron el manto de noche y la llagaron, halló al que deseaba su alma: Paululum, cum pertransissem eos, inveni, quem diligit anima mea. No se puede venir á esta union sin gran pureza, y esta pureza no se alcanza sin gran desnudez de toda cosa criada y viva mortificacion; lo cual es significado por el desnudar el manto á la Esposa

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y llagarla de noche en la busca y pretension del Esposo; porque el nuevo manto que pretendia del desposorio, no se le podia vestir sin desnudar el viejo; por tanto, que rehusare salir en la noche ya dicha á buscar al Amado, y ser desnudado de su voluntad y ser mortificado, sino que en su lecho y acomodamiento le busca, como hacia la Esposa, no llegará á hallarle, como esta alma dice de sí que lo halló saliendo á escuras y con ansias de amor.

CAPITULO XXV.

En que brevemente se declara la tercera cancion.
En la noche dichosa,

En secreto, que nadie me veia,

Ni yo miraba cosa,

Sin otra luz y guia

Sino la que en el corazon ardia.

Continuando todavia el alma la metáfora y semejanza de la noche temporal en esta suya espiritual, va todavía cantando y engrandeciendo las buenas propiedades que hay en ella, y por medio de ella halló y llevó para que breve y seguramente consiguiese su deseado fin; de las cuales pone aquí tres.

La segunda propiedad que dice, es por causa de las tinieblas espirituales de esta noche, en que todas las potencias de la parte superior del alma están á escuras, no mirando el alma ni pudiendo mirar en nada, no se detiene en nada fuera de Dios, para ir á él; por cuanto va libre de los obstáculos de formas y figuras y de las aprehensiones naturales, que son las que suelen empa→ char al alma para no se unir siempre con Dios.

La tercera es, que, aunque no va arrimada á alguna particular luz interior del entendimiento ni á alguna guia exterior, para recibir satisfaccion de ella en este alto camino, teniéndola privada de todo esto estas escuras tinieblas; pero el amor y fe que en este tiempo arde, solicitando el corazon por el amado, es el que mueve y guia al alma entonces, y la hace volar á su Dios por el camino de la soledad, sin ella saber cómo ni en qué

manera.

FIN DE LA NOCHE ESCURA.

CANTICO ESPIRITUAL

ENTRE EL ALMA Y CRISTO, SU ESPOSO;

EN QUE SE DECLARAN VARIOS Y TIERNOS AFECTOS DE ORACION Y CONTEMPLACION EN LA INTERIOR COMUNICACION CON DIOS;

POR EL BEATO PADRE SAN JUAN DE LA CRUZ.

PRÓLOGO.

POR cuanto estas canciones parecen ser escritas con algun fervor de amor de Dios, cuya sabiduría y amor es tan inmenso, que, como se dice en el libro de la Sabiduría, toca desde un fin hasta otro fin, y el alma que de él es informada y movida en alguna manera, esa misma abundancia é ímpetu lleva en el su decir, no pienso yo ahora declarar toda la anchura y copia que el espiritu fecundo del amor en ellas lleva; antes seria ignorancia pensar que los dichos de amor é inteligencia mística, cuales son los de las presentes canciones, con alguna manera de palabras se pueden bien explicar; porque el Espíritu del Señor, que ayuda á nuestra flaqueza, como dice san Pablo, morando en nosotros, pide por nosotros con gemidos inefables lo que nosotros no podemos bien entender ni comprehender para lo manifestar: Spiritus adjuvat infirmitatem nostram... ipse Spiritus postulat pro nobis gemitibus inenarrabilibus. Porque, ¿quién podrá escribir lo que a las almas amorosas donde él mora hace entender? Y ¿quién podrá manifestar con palabras lo que las hace sentir? Y ¿quién, finalmente, lo que las hace desear? Cierto, nadie lo puede; cierto, ni aun ellas mismas, por quien pasa, lo pueden; porque esta es la causa por que con figuras, comparaciones y semejanzas, antes rebosan algo de lo que sienten, y de la abundancia del espíritu vierten secretos y misterios que con razones lo declaran. Las cuales semejanzas, no leidas con la sencillez del espíritu de amor é inteligencia que ellas llevan, antes parecen dislates que dichos puestos en razon, segun es de ver en los divinos Cantares de Salomon y en otros libros de la divina Escritura, donde, no pudiéndose dar á entender la abundancia de su sentido por términos vulgares y usados, habla el Espíritu Santo misterios en extrañas figuras y semejanzas; de donde se sigue que los santos doctores, aunque mucho dicen y mas digan, nunca pueden acabar de declararlo por palabras, así como tampoco por palabras se pudo ello decir; y así, lo que de ello se declara, ordinariamente es lo menos que contiene en sí. Por haberse pues estas canciones compuesto en amor de abundante inteligencia mística, no se podrán declarar al justo, ni mi intento será tal, sino solo dar alguna luz en general; y esto tengo por mejor, porque los dichos de amor es mejor dejarlos en su anchura, para que cada uno de ellos se aproveche segun su modo y caudal de espíritu, que abreviarlos á un sentido à que no se acomode todo paladar; y así, aunque en alguna manera se declaran, no hay para qué atarse á la declaracion; porque la sabiduría mística, la cual es por amor, de que las presentes canciones tratan, no ha menester distintamente entenderse para hacer efecto de amor y aficion en el alma, porque es á modo de la fe, en la cual amamos á Dios sin entenderle claramente. Por tanto seré bien breve, aunque no podrá ser menos de alargarme en algunas partes donde lo pidiere la materia y se ofreciere la ocasion de tratar y declarar algunos puntos y efectos de oracion, que por tocarse en las canciones muchos, no podrá ser menos de tratar algunos; pero, dejando los mas comunes, trataré brevemente los mas extraordinarios que pasan por los que con el favor de Dios han pasado de principiantes, y esto por dos cosas: la una, porque para los principiantes hay muchas cosas escritas; la otra, porque en ello hablo con personas á las cuales nuestro Señor ha hecho merced de haberlas sacado de esos principios y llevádolas mas adentro al seno de su amor divino; y así, espero que aunque se escriban aquí algunos puntos de teología escolástica acerca del trato interior del alma

con su Dios, no será en vano haber hablado algo á lo puro del espíritu en tal manera; pues, aunque á algunas les falte el ejercicio de teología escolástica con que se entienden las verdades divinas, no les falta el de la mística, que se sabe por amor, en que, no solamente se saben, mas juntamente se gustan.

Y porque lo que dijere (lo cual quiero sujetar á mejor juicio, y totalmente al de la santa madre Iglesia) haga mas fe, no pienso afirmar cosa fiándome de experiencia que por mi haya pasado, ni de lo que en otras personas espirituales haya conocido ó de ellas haya oido, aunque de lo uno y de lo otro me pienso aprovechar, sino que con autoridades de la Escritura divina vaya confirmando, declarando á lo menos lo que fuere mas dificultoso de entender; en las cuales llevaré este estilo, que primero pondré las sentencias de su latin, y luego las declararé al propósito de lo que se trajeren. Y pondré primero juntas todas las canciones, y luego por su órden iré poniendo cada una de por sí para haberlas de declarar; de las cuales declararé cada verso, poniéndole al principio de su declaracion.

CANCIONES ENTRE EL ALMA Y EL ESPOSO.

ESPOSA.

1. ¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
Habiéndome herido;

Sali tras ti clamando, y ya eras ido.

2. Pastores, los que fuerdes
Allá por las majadas al otero,
Si por ventura vierdes
Aquel que yo mas quiero,

Decidle que adolezco, peno y muero.
3. Buscando mis amores,

Iré por esos montes y riberas,
Ni cogeré las flores,

Ni temeré las fieras,

Y pasaré los fuertes y fronteras.
4. Oh bosques y espesuras,
Plantadas por mano del Amado,
Oh prado de verduras,
De flores esmaltado,
Decid si por vosotros há pasado.

CRIATURAS.

5. Mil gracias derramando,
Pasó por estos sotos con presura,
Y yéndolos mirando,
Con sola su figura

Vestidos los dejó de su hermosura.

ESPOSA.

6. ¡Ay, quién podrá sanarme! Acaba de entregarte ya de vero, No quieras enviarme

De hoy mas ya mensajero,

Que no saben decirme lo que quiero.
7. Y todos cuantos vagan,

De ti me van mil gracias refiriendo,
Y todos mas me llagan,

Y déjame muriendo

Un no sé qué que quedan balbuciendo.
8. Mas ¿cómo perseveras,

Oh vida, no viviendo donde vives,
Y haciendo porque mueras,
Las flechas que recibes,

De lo que del Amado en tí concibes?
9. ¿Por qué, pues has llegado
A aqueste corazon, no le sanaste?
Y pues me le has robado,

¿Por qué así le dejaste,

Y no tomas el robo que robaste?

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