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rejía. De este modo decímos tambien que reina el Cristianismo, y no querémos decir otra cosa, sino que reina Jesucristo espiritualmente en los corazones de los fieles, por la fé de los que creen*; y mas perfectamente en aquellos que mantienen la fé con las obras +. Pero este reino espiritual y metafórico que confesámos, no basta á dar el lleno á tantos testos que con tanta claridad hablan de un reino propio y verdadero; y por esto decímos que no habiéndolo tenido Cristo en su primera venida, lo tendrá en la segunda. Si confesámos y no negámos, que hai un cuerpo místico llamado Iglesia, cuya cabeza es Cristo nuestro sacerdote eterno, nuestro supremo pontífice, nuestro divino pastor y príncipe de los pastores, nuestro abogado para con el Padre, nuestro maestro, nuestra luz, via, verdad y vida, propiciacion, redencion, &c. : lo confesámos todo esto; pero nada de esto es ser Rei de reyes, Señor de señores, y monarca supremo del universo, como en términos espresos le está al Señor prometido por boca de sus siervos los profetas. No es lo mismo ser cabeza y sacerdote eterno de un cuerpo místico, que ser rei y monarca de los hombres. Pasa una gran diferencia entre el sacerdocio y el imperio: y si lo primero se cumplió en la primera venida de Cristo á la tierra, lo segundo ciertamente se cumplirá cuando vuelva en aquellos tiempos y momentos felices que el Padre puso en su potestad‡.

109. Sea la segunda: que Cristo desde el primer instante de su Encarnacion, y desde que se hizo hombre por nosotros en el seno virginal de María, como Hijo de Dios que era, y en todo igual á su Padre, fué, es, y será con la mayor propiedad nuestro rei, soberano y supremo Señor. Y así con mucha razon y justicia le dieron este título los Magos, cuando en la córte de Herodes preguntaron: ¿Donde está el que ha nacido rei de los Judios§? Ni pudo Cristo, que era la misma verdad, á la pregunta de

* Per fidem credentium.

+ Qui fidem operibus tenent.

Quæ Pater posuit in sua potestate.

§ Ubi es qui natus est Rex Judæorum ?

Pilatos: Tú eres rei de los Judios? ¿ Luego eres rei*? responder otra cosa sino que lo era: Respondio Jesus: tú dices que soi reit. Pero una cosa es ser rei, y otra cosa muy diversa egercitar la real potestad. Cristo, como Dios, tenia por sí mismo todo el poder. Cristo, como hombre, habia recibido del Padre toda potestad, y podia egercitarla así en el cielo como en la tierra: Se me ha dado toda la potestad en el cielo, y en la tierra : mas aunque todo lo podia, como era su voluntad tan ordenada, mientras no entraba en posesion del reino, nada mas quiso ni egercitó, que lo que era propio del sacerdocio que le estaba conferido. Y por esto comunicándo á los apóstoles la potestad que habia recibido, les dijo; id por el mundo, no á conquistarme ciudades é imperios á mis dominios, sino á enseñar como maestros á todas las gentes: Id y enseñar á todas las gentes §. No hallará V. en todos los libros santos el mínimo egercicio de su potestad real en los dias de su vida mortal; y una vez que lo provocaron á ella, pidiéndole que compusiese á dos hermanos que litigaban sobre la herencia: Di á mi hermano que divida conmigo su herencia ||, como olvidado de su dulzura respondió ásperamente al que se lo pedía: Hombre ¿quien me ha hecho juez y partidor entre vosotros?¶ El vivió como un hombre vulgar, pagando, como todos, tributo al Cesar; y una vez que por los milagros que habia obrado en favor de las turbas lo quisieron hacer rei, conociendo sus deseos, con la solicitud que otros presentarían la cabeza á la corona, él huyó y se escondió en un monte solo **. Sola una vez al

¿Tu es Rex Judæorum? Ergo Rex es tu? + Respondit Jesus: tu dicis quia Rex sum ego. Data est mihi omnis potestas in coelo et in terra.

§ Euntes docete omnes gentes.

Dic fratri meo ut dividat meum hereditatem.

Homo quis me constituit Judicem aut divisorem super vos ? Luc. xii, 14.

** Jesus ergo cum cognovisset quia venturi essent, ut raperent eum el facerent eum regem, fugit in montem ipse solus. Joan. vi, 15.

entrar en Jerusalén, poco antes de su muerte, sufrió que el menudo pueblo lo aclamase rey. Mas cual fué el real ¿ aparato de su entrada? El que nos describe Zacarías. En vez de real manto, con sus pobres vestiduras: sentado, no sobre un carro glorioso, sino sobre una vil jumenta: mira que tu Rei vendrá á ti justo y salvador; él vendrá pobre, y sentado sobre una asna, y sobre un pollino hijo de asna*. Mas ¡qué presto se mudó la escena! En la misma semana lo negaron, diciendo que no reconocian á otro Rei que á Cesar; las vivas de aclamaciones se trocaron en gritos de muerte: por púrpura lo vistieron de un adrajo: por cetro le dieron una caña; por corona una de espinas, y por trono la Cruz.

110. Sea la tercera y ultima que estas palabras, reino de Dios, reino de los cielost, tan usadas en las Escrituras, unas veces se toman por lo mismo que en otras partes llamó Cristo el Evangelio del reino, este es, noticia, nuncio y predicacion del reino de Dios. Asi lo entienden generalmente los intérpretes. Oigase por todos á San Gerónimo: la predicacion del Evangelio es el reino de los cielos, y la noticia de las Escrituras que conduce á la vida §. Esta predicacion del Evangelio, y buen nuncio del reino de Dios no es otra cosa que un convite á los hombres para que vengan, á alistarse á las banderas de Cristo ; un llamarlos á la conquista del reino, enseñandoles las armas con que deben ganarlo, que son la fé y la justicia, o como dice San Pablo la fé que obra por la caridad ||. Esto fue lo que hizo Cristo en los tres años de su predicacion: Y rodeaba Jesus por todas las ciudades, y villas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evange

• Ecce Rex tuus veniet tibi justus, et salvator: ipse pauper et ascendens super asinam et super pullum filium asinæ. - Zach. ix, 9. + Regnum Dei, regnum cœlorum.

Evangelium regni.

§ Regnum cœlorum prædicatio Evangelii est, et noticia Scripturarum quæ ducit ad vitam.- Comment. in Mat, xiii.

Fides quæ per charitatem operatus.

lo

lio del reino*. Esto es lo que hicieron los Apostoles, á egemplo y por mandado de su divino maestro: Decidles: á vosotros se aproximará el reino de Dios +. Esto lo que hizo el Apostol de las gentes cuando pasaba por las ciudades predicando el reino de Dios. A este reino de Dios ó predicacion del reino fue tambien á lo que aludió el Salvador cuando preguntado por los Fariseos ¿cuando vendrá el reino de Dios? les respondió divinamente: el reino de Dios no vendrá con ostentacion... el reino de Dios está entre vosotros §; como si digera: mi predicacion no viene con ruido y aparato no teneis que buscar fuera de vosotros mismos este reino: ya os he enseñado la manera de conquistarlo: creed en mí, y obrar bien, y conseguiréis. Aora pues, hablando en rigor, este nuncio ó predicacion del reino, no se puede llamar el mismo reino, sino solo en un sentido mui lato; como pueden llamarse los preparativos y materiales de un templo el mismo templo. Pero otras veces sí, que las palabras reino de Dios se toman en rigor por el mismo reino de Dios: como cuando los discípulos antes de su partida al cielo preguntaron al divino Maestro casi lo mismo que los Fariseos: Señor ¿restituirás en este tiempo el reino de Israel? entonces que hablaba con sus amigos á quienes franqueaba sin reserva todos los secretos que habia oido de su Padre: Os llamé amigos, por que os he hecho saber todo lo que he oido al Padre ¶; entonces que estaba ya para dejarlos y partirse de este mundo al Padre, no queriendo dejarlos sin

* Et circuibat Jesus omnes civitates, et castella docens in sinagogis eorum, et prædicans Evangelium regni. — Mat. ix, 35.

+ Dicite illis: apropinquavit in vos regnum Dei.— Luc. x, 9. Transivit per omnes civitates prædicans regnum Dei.

XX.

Act.

§ Quando veniet regnum Dei? Regnum Dei non veniet cum observatione... Regnum Dei intra vos est.

|| Domine si in tempore hoc restitues regnum Israel.— Act. i, 6. ¶ Vos autem dixi amicos: quia omnia quæcumque audivi a Patre meo nota feci vobis.-Joan. xv, 15.

instruirlos en un punto gravísimo, del cual pendian tantos otros no menos graves, entonces, digo, no les respondió como á los Fariseos: el reino de Dios está entre vosotros : no les dijo que el reino de que preguntaban era un error, una fábula: errais por que ignorais las Escrituras*; sino que con la respuesta que les dió, implicitamente los confirmó en la espectacion del reino; aunque no satisfizo su curiosidad en órden al tiempo, porque este era un arcano reservado á la ciencia del Padre; No os toca conocer los tiempos, ni los momentos que el Padre puso en su potestad↑. Les respondio ahora acerca del reino, como en otro tiempo acerca de su segunda venida: de aquel dia y hora nadie sabe ni los ángeles del cielo, sino solo el Padre ‡. Y como entonces, supuesta la verdad de su venida, solo no descubrió el tiempo de ella, así aora dejando ocultos los momentos que el Padre se tiene reservados, supone como cierta la verdad de que á su tiempo será restituido el reino de Israel; de otra manera sería inútil reservarse tiempos y momentos de una cosa que nunca habia de suceder. Con estas tres doctrinas generales, sacadas del autor, que acabamos de dar, creo, si no me lisonjeo mucho, que aplicadas debidamente, no solo se responde á los muchos testos que V. trae para probar el rei y reinado de Jesucristo en su primera venida, sino á cuantos otros se pueden alegar, buscándolos en las concordancias por las palabras, rei, reino, y otras análogas que se les parezcan. Y no puedo dejar de maravillarme (permitame V. que usando sus palabras acabe yo este punto como V. lo comienza) del empeño que V. pone en destruir el reino milenario de Cristo á los fines del mundo, sustituyendo en su lugar el reino espiritual y metafórico de Cristo en su Iglesia, como si con él pudieran

* Erratis nescientes Scripturas.

+ Non est vestrum nosse tempora, vel momenta, quæ Pater posuit in sua potestate.

De die autem illa et hora nemo scit neque angeli cœlorum, nisi solus Pater.- Mat. xxiv, 36.

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