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rara vez ó nunca se santifican*. El fruto en aquel siglo feliz deberá ser tan grande, cuanto lo serán las cosas nuevas y estupendas de que serán testigos oculares. Qué cosas

serán estas?

314. ¡O Cristófilo mio! Serán sin duda muchísimas que no están escritas en la Bíblia sagrada, y que el Espíritu Santo deja á nuestra consideracion; mas fuera de estas serán en primer lugar aquellas pocas que están escritas, y que no hay necesidad alguna de quitarles su propio sentido obvio y literal: entre estas yo solo considero tres principales y bien notables, de las cuales se pueden inferir otras muchas.

PRIMERA.

315. Verán á lo menos alguna vez estos santos peregrinos la persona misma infinitamente amable y admirable del Hombre Dios, ó de un modo llano y familiar, como lo vieron los Apóstoles despues de resucitado, ó en toda su gloria y magestad como en el Tabor. Esto suenan obvia y naturalmente las vivas espresiones de los Profetas (examinemos algunas): se descubrirá la gloria del Señor, y verá toda carne al mismo tiempo, lo que habló la boca del Señor (ó como leen los LXX, toda carne verá el salvador de Dios, porque el Señor habló)†: Verán las gentes á su justo, y todos los reyes á su inclitot. Será visto el Dios de los dioses en Sión... vieron todos los pueblos su gloria... Vieron todos los términos de la tierra al salvador del Dios nuestros, &c.

* Qui multum peregrinantur, raro, vel nunquam sanctificantur.Thomas à Kempis.

+ Et revelabitur gloria Domini, et videbit omniscaro pariter, quod os Domini locutum est (videbit omnis caro salutare Dei, quia Dominus locutus est). — Isai. xl, 5.

Videbunt gentes justum tuum, et cuncti reges inclytum tuum.Isai. Ixii, 2.

§ Videbitur Deus Deorum in Sion... viderunt omnes populi glorian ejus :...Viderunt omnes termini terra salutare Dei nostri, &c. - Ps. lxxxiii, 8; xevi, 6; xcvii, 3.

SEGUNDA.

316. Verán y esperimentarán por sí mismos la santidad de Jerusalén y de todos sus habitadores, con quienes hablarán en una misma lengua, de quienes recibirán toda suerte de obsequios, con sencillez de corazon*; y en quienes no verán otra cosa universalmente sino óptimos ejemplos, infinitamente mas eficaces para persuadir que todas las palabras. De esta santidad de Jerusalén futura hemos hablado ya en varias partes, especialmente en el capítulo viii y no hay que repetirlo aquí. Estos devotísimos peregrinos de todas las naciones ó pueblos de la tierra nueva, parece que son aquellos mismos con quienes se habla en el capítulo último de Isaías, ver. 10. Alegraos con Jerusalén, y regocijaos con ella todos los que la amais: gozaos con ella de gozo todos los que llorais sobre ella (por aora), para que mameis, y seais llenos de la teta de su consolacion: para que chupeis, y abundeis en delicias de toda su gloria. Porque esto dice el Señor: He aquí que yo derivaré sobre ella como rio de paz+, &c.

317. En el templo mismo donde entrarán frecuentemente como en casa de oracion, pues como se lee en Isaías: mi casa será llamada casa de oracion para todos los pueblos‡, verán lo que anuncia Ezequiel para su nuevo templo: miré, y he aquí que la gloria del Señor henchió la casa del Señor y me postré sobre mi rostro§. Verán lo que

* In simplicitate cordis. — Sap. i, 1.

+ Lætamini cum Jerusalem, et exultate in ea omnes qui diligitis eam gaudete cum ea gaudio universi, qui lugetis super eam [scilicet nunc], ut sugatis, et repleamini ab ubere consolationis fejus : ut mulgeatis, et deliciis affluatis ab omnimoda gloria ejus. Quia hæc dicit Dominus: Ecce ego declinabo super eam quasi fluvium pacis, &c.—Isai. lxvi, 10, 11, et 12.

Domus mea domus orationis vocabitur cunctis populis. Isai. Ivi, 7.

§ Et vidi, et ecce implevit gloria Domini domum Domini: et cecidi in faciem meam. - Ezech. xliv, 4.

se anuncia en los escritos del profeta Jeremías... aparecerá la magestad del Señor, y habrá nube, como se manifestaba á Moisés, y así como apareció á Salomón, cuando pidió que el templo fuese santificado para el grande Dios*. Entonces se entenderá bien, pues se verá perfectamente cumplida la célebre profecía de Ajéo, cuya esplicacion ha sido siempre bien incómoda.

Aun falta un poco (ó como lee S. Pablo con los LXX en la epístola á los Hebréos, xii, ver. 26: aun una vez...) yo conmoveré el cielo, y la tierra, y la mar, y todo el universo. Y moveré todas las gentes: Y VENDRÁ EL DESEADO de todas las gentes: y henchiré esta casa de gloria... Mia es la plata, y mio es el oro... Grande será la gloria de esta última casa, mas que la de la primera..... y en este lugar daré yo la paz †...

318. Decís aquí que todo esto se verificó literalmente en aquel segundo que edificaron los que vinieron de Babilonia, pues en él se dejó ver muchas veces el Mesías mismo, y allí predicó, habló, enseño, &c. A lo cual respondo en breve, que no teneis razon: lo primero, porque aquel templo aunque fué el segundo, no fué el novísimo ó el último, ni le puede competer este nombre con propiedad: contra esta idea universalmente recibida en el sistema vulgar, clama á grandes voces la verdad de las Escrituras: las cuales prometen para lo futuro otro templo infinitamente mejor, así en lo material como en lo formal. Lo segundo: por

In descriptionibus Jeremiæ... et apparebit majestas Domini, et nubes erit, sicut et Moysi manifestabatur, et sicut cùm Solomon petiit ut locus sanctificaretur magno Deo, manifestabat hæc. Macab. ii, 1 et 8.

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↑ Adhuc unum modicum est [adhuc semel]: et ego commovebo cœlum, et terram, et mare, et aridam. Et movebo omnes gentes: ET VENIET DESIDERATUS cunctis gentibus: et implebo domum Magna istam gloriâ... Meum est argentum, et meum est aurum... erit gloria domûs istius novissimæ plus quam primæ... et in loco isto dabo pacem... Agg. ii, 7, 8, 9 et 10.

que en aquel segundo templo, en todos los 500 años que duró, no se cumplió aquella promesa del Señor: en este lugar daré yo la paz. Lo tercero porque la gloria de áquel segundo templo no fué mayor, ni aun siquiera igual á la del primero que edificó Salomón: vos mismo lo confesais así en otras partes; pues es innegable, segun toda la historia sagrada. Si leemos el libro de Nehemías y los dos de los Macabéos, hallámos todo lo contrario. Si leemos los evangelios hallámos aquel segundo templo en tanta profanacion y tanta ignominia, que el Mesías mismo entrando en él se sintió abrasado del celo de la casa del Señor *: Y haciendo de cuerdas como un azote, los echó á todos del templo, y las ovejas, y los bueyes, y arrojó por tierra el dinero de los cambistas, y derribó las mesas. Y dijo á los que vendian las palomas: Quitad esto de aquí, y la casa de mi Padre no la hagais casa de tráfico, &c†. Confrontad aora, como de paso, este suceso con aquellas últimas palabras de la profecía de Zacarías: no habrá mas mercader en la casa del Señor de los egercitos en aquel dia ‡: y hecha esta confrontacion en juicio y en justicia, juzgad con buena crítica.

319. Mas ó sea en el templo ó fuera de él, en toda la gran Jerusalén y en sus confines, verán estos dichosos pasajeros y gozarán de cerca de aquel magnífico convite, que se anuncia y promete á todos los pueblos en el cap. xxv de Isaías: el Señor de los egércitos hará á todos los pueblos en este monte convite de manjares mantecosos, convite de vendimia, de manjares mantecosos con

* Quia... zelus domus tuæ comedit me. — Joan. ii, 17.

+ Et cùm fecisset quasi flagellum de funiculis, omnes ejecit de templo, oves quoque, et boves, et numulariorum effudit æs, et mensas subvertit. Et his, qui columbas vendebant, dixit: Auferte ista hinc, et nolite facere domum Patris mei, domun negotiationis, &c. -Joan. ii, 15 et 16.

Et non erit mercator ultra in domo Domini exercituum in die illo. Zachar. xiv, 21.

tuétanos, de vino sin heces*. Espresiones y semejanzas vivísimas, que prueban mucho, y dicen mas de lo que podemos aora imaginar. Con razon decia el Santo Tobías: Bienaventurado seré, si quedaren reliquias de mi linage para ver la claridad de Jerusalén... por sus barrios se cantará Aleluya. Bendito el Señor, que la ha ensalzado, y sea su reino en ella por los siglos de los siglos. Amen*.

320. No es inverosímil, que vean por defuera la ciudad santa bajada del cielo; y si acaso esta se les oculta, como yo sospecho, por estar cubierta por defuera de alguna nube, de un modo semejante á lo que sucedió antiguamente en el monte Sínai, que vean á lo menos esta nube, y entre ella algunas señales esternas y nada equívocas de la santidad y gloria inefable de aquel lugar. Jesucristo dijo una vez á algunos de sus discípulos, presente Nicodemus: vereis el cielo abierto, y los angeles de Dios subir, y descender sobre el Hijo del Hombre. Esta promesa visiblemente alusiva á la escala de Jacob, y que no consta haberse verificado jamás ¿no podrá verificarse plenísimamente en aquellos tiempos?

PARRAFO III.

321. Finalmente, para radicar mas profundamente en todas las gentes, tribus, y familias de todo el orbe, un santo y religioso temor de Dios, que es el principio de la verdadera sabiduría y de todos los bienes, deberán todos los diputados, antes de volver á sus respectivos países, bajar

* Et faciet Dominus exercituum omnibus populis in monte hoc convivium pinguium, convivium vindemiæ, pinguium medullatorum, vindemiæ defæcatæ, &c. - Isai. xxv, 6.

↑ Beatus ero, si fuerint reliquiæ seminis mei ad videndam claritatem Jerusalem... per vicos ejus Alleluia cantabitur. Benedictus Dominus, qui exaltabit eam, et sit regnum ejus in sæcula sæculorum super eam. Amen. - Tob. xiii, 20, 22, et 23.

Videbitis cœlum apertum, et angelos Dei ascendentes, et descendentes supra Filium Hominis. - Joan. i, 51.

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