Obrazy na stronie
PDF
ePub

premiar, castigar, &c., todo lo cual supone el juicio que debe preceder. Así, todos los reyes ó principes soberanos (sean personas particulares, 6 cuerpos morales) son otros tantos jueces de sus respectivos dominios; á cuyo bien y felicidad deben velar, dando á todos y á cada uno, lo que merece segun sus obras, ó sea de premio ú de castigo, y procurando siempre un buen órden, y una buena armonía en todo el cuerpo del estado.

15. Aora: como los reyes y soberanos de la tierra no pueden juzgarlo todo por sí mismos, porque escede infinitamente la limitacion del hombre; la razon natural, la esperiencia y la necesidad les ha enseñado, de tiempos antiguos, aquel óptimo espediente que aconsejó á Moysés su suegro Jetro: es á saber: repartir entre muchos, temerosos de Dios, en quiénes se halla verdad, y que aborrezcan la avaricia*, aquel juicio que reside en ellos, dando á cada uno aquella parte determinada, 6 por tiempo determinado ó indeterminado, segun su voluntad; mas con la condicion indispensable de que todos reconozcan su dependencia, pues el juicio no es suyo, sino prestado, y todos se reunan al fin en un solo punto ó centro de unidad: esto es, en el soberano mismo, de quien todos recibieron la porcion de juicio, que cada uno tiene, ó la potestad de juzgar dentro de los límites de su jurisdiccion. Estos conjueces son, propiamente hablando, los co-reinantes, y los que forman juntamente con el rey el reino activo, ó la parte activa del reino, que es la principal. Esta parece la verdadera idea sencilla y clara de un rey, y de una monarquía y esta parece del mismo modo (guardando la debida proporcion) la verdadera idea del juicio de Cristo que nos anuncian para su tiempo las Escrituras.

16. Este juicio no puede ser un juicio pasajero, ni limitado á algunas horas, dias, ni años; como quien se sienta en un tribunal, y examinada y sustanciada la causa de un

• Timentes Deum, in quibus sit veritas, et qui oderint avaritiam. -Exod. xviii, 21.

TOMO III.

C

El

reo, da la sentencia definitiva. Esta idea, tomada confusamente de una parábola del evangelio, no es tan justa, que no necesite de una mas atenta consideracion. juicio de Cristo desde que empieze en el dia de su poder*, ó en el dia de su venida en gloria y magestad, debe ser un juicio tan permanente y tan eterno como el mismo Cristo. Así como Cristo en calidad de rey ha de ser eterno; pues su reino ha de ser eterno, y no tendrá fin su reino†; así ha de ser eterno en calidad de juez; pues el juicio es esencial al rey: el honor del rey ama la justiciat. Ni puede concebirse un rey ó soberano, como rey 6 como soberano, sin concebirse junto con él y en él mismo, el juicio ó la potestad de juzgar, de ordenar, de mandar, de regir y gobernar, &c. Cristo cuando vino la primera vez, no vino ciertísimamente como rey: por consiguiente ni como juez: ni hay en todas las Escrituras antiguas, ni en los Evangelios, ni en los escritos de los Apóstoles una sola palabra, que persuada ó indique de algun modo esta idea; antes por el contrario, todo nos indica y persuade otra idea infinitamente diversa. Por resumirlo todo en una palabra (que ciertamente vale por mil) el mismo Señor nos lo aseguró así espresamente con la mayor formalidad y claridad, que puede caber en el asunto. (Diciéndonos :)...no envió Dios su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él§. Conque es cosa diversísima juzgar al mundo como rey ó como juez, ó salvar como salvador y redentor á los que creyeren en él, y lo creyeren á él, y conformaren sus obras con su fe, que es la verdadera creencia, sin la cual no puede haber salud.

17. Mas cuando venga la segunda vez (que creemos y esperamos con ansia todos los que le amámos), vendrá sin

* In die virtutis suæ.-Vide Ps. cix, 3.

+ Cujus regni non erit finis.-Ex. simb. Const. et vide Luc. i, 33. Honor regis judicium diligit.-Ps. xcviii, 4.

§ Non enim misit Deus Filium suum in mundum, ut judicet mundum, sed ut salvetur mundus per ipsum.-Joan. iii, 17.

duda como Rey (dice S. Lucas :)... volvió, después de haber recibido el reino *. Por consiguiente vendrá como juez, porque el Padre... todo el juicio ha dado al Hijo.... Y le dió poder de hacer juicio, porque es Hijo del Hom bret. En esta potestad consiste sustancialmente el testamento nuevo y eterno de Dios, como que en él renuncia, ó deposita enteramente el Padre en el Hijo, y pone en sus manos todo el juicio y esto porque se hizo hombre, y en cuanto hombre, le dió poder de hacer juicio, porque es· Hijo del Hombre... Y dióle (dice Daniel) la potestad, y la honra, y el reino: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él: su potestad es potestad eterna, 'que no será quitada: y su reino, que no será destruido‡.

18. Este juicio de Cristo se ve frecuentísimamente en todas las Escrituras, no solo santo, recto y justísimo; sino sumamente magnífico, admirable y lleno de todas aquellas perfecciones y escelencias que no ha tenido jamás, ni ha podido tener el juicio de los puros hombres. Así, se dice de Cristo en el salmo ix, como una cosa nueva é inaudita en todo el orbe de la tierra: Preparó su trono para juicio: Y él mismo juzgará la redondez de la tierra en equidad, juzgará los pueblos con justicia §. Y en los salmos xcv y xcvii son convidadas todas las criaturas, aun las irracionales é insensibles, á alegrarse y regocijarse, no solo porque viene, sinó espresamente porque viene á juzgar la tierra. Alégrense los cielos, y regocijese la tierra, conmuévase el mar, y su plenitud: Se gozarán los campos,

* Et factum est, ut rediret, accepto regno. — Luc. xix, 15. Enim Pater... omne judicium dedit Filio... Et potestatem dedit ei judicium facere, quia Filius Hominis est. - Joan. v, 22 et 27.

Et potestatem dedit ei judicium facere, quia Filius Hominis est... Et dedit ei potestatem, et honorem, et regnum: et omnes populi, tribus, et linguæ ipsi servient: potestas ejus, potestas æterna, quæ non auferetur: et regnum ejus quod non corrumpetur. — Joan. v, 27; et Dan. vii, 14.

[ocr errors]

§ Paravit in judicio thronum suum: Et ipse judicabit orbem terræ in æquitate, judicabit populos in justitia. Ps. ix, 8 et 9.

y todas las cosas que en ellos hay. Entonces se regocijarán todos los árboles de las selvas á la vista del Señor, porque vino: porque vino á juzgar la tierra. Juzgará la redondez de la tierra con equidad, y los pueblos con su verdad... Cantad alegres en la presencia del rey, que es el Señor: Muévase el mar, y su plenitud: la redondez de la tierra, y los que moran en ella. Los rios aplaudirán con palmadas: juntamente los montes se alegrarán á la vista del Señor: porque vino á juzgar la tierra*.

19. En la idea ordinaria del juicio de Cristo y de su venida, no sé como pueda tener lugar esta exultacion. De estos lugares de la Escritura pudiera citar dos ó tres centenares: pues no hay cosa mas obvia en los Profetas y en los Salmos mas porque esta proligidad seria tan enfadosa como inútil, me contento por aora con un solo lugar de Isaías. En este profeta se halla casi siempre (en ciertos asuntos) compendiado en poco, y con suma claridad y elegancia, cuanto se halla disperso, y de un modo oscuro ó poco claro en otros Profetas.

• Lætentur cœli, et exultet terra, commoveatur mare, et plenitudo ejus: Gaudebunt campi, et omnia, quæ in eis sunt. Tunc exultabunt omnia ligna silvarum à facie Domini, quia venit: quoniam venit judicare terram. Judicabit orbem terræ in æquitate, et populos in veritate sua... Jubilate in conspectu regis Domini: Moveatur mare, et plenitudo ejus: orbis terrarum, et qui habitant in eo. Flumina plaudent manu, simul montes exultabant à conspectu Domini; quoniam venit judicare terram, &c.— Ps xcv, 11, 12, et 13; et Ps. xcvii, 6, 7, 8, et 9.

CAPITULO III.

SIGUE EL MISMO EXAMINASE UN TESTO IMPORTANTE DE

ISAIAS.

20. EN el Fenómeno V, aspecto i, instrumento ii, me acuerdo bien que dejé suspensa la observacion de cierto fenómeno particular: esto es, la mitad del cap. xi de Isaías, pareciéndome que no era entonces tan necesaria para aquel punto particular que allí se trataba, sino solamente la segunda mitad que empieza desde el v. 11: por lo cual reservé esta observacion particular para otro lugar y tiempo mas propio y oportuno: éste me parece que ha llegado ya.

CAP. XI DE ISAIAS.

21. Saldrá una vara de la raiz de Jesé, y de su raiz subirá una flor. Y reposará sobre él el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría, y de entendimiento, espíritu de consejo, y de fortaleza, espíritu de ciencia, y de piedad, y le llenará el espíritu del temor del Señor: no juzgará segun vista de ojos, ni argüirá por oida de orejas; sino que juzgará á los pobres con justicia, y reprenderá con equidad en defensa de los mansos de la tierra; y herirá á la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus lábios matará al impio. Y la justicia será cingulo de sus lomos; y la fe (ó la fidelidad) ceñidor de sus riñones. Habitará el lobo con el cordero; y el pardo se echará con el cabrito: el becerro, y el leon, y la oveja andarán juntos, y un niño pequeñito los conducirá. El becerro, y el oso serán apacentados juntos: y sus crias juntamente descansarán; y el leon comerá paja como el

« PoprzedniaDalej »